Fundadora de Palpa, Josefa Cortés: “No le tomamos el peso a la detección temprana, pero no es nuestra culpa. Nunca se nos enseñó y estos temas siguen siendo tabú”

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Ad portas de realizar su título universitario, la diseñadora Josefa Cortés supo que una persona muy querida tenía cáncer de mama. Se había sentido una anomalía años atrás, pero la había dejado pasar pensando que se trataba de un poroto de grasa. Supo que era cáncer cuando finalmente, tiempo después, decidió ir a revisárselo. Fue ahí, luego de escuchar esa experiencia, que Josefa entendió la importancia de poder reconocer a tiempo un posible tumor.

Ella misma, siendo joven, nunca se había realizado un autoexamen y no tenía idea cómo hacerlo. Moduló entonces, a través de un cruce de disciplinas, una posible solución; intervendría un espacio de intimidad, en el que la mujer se siente cómoda, para facilitar un dispositivo que permita hacerse un autoexamen de la manera más simple y didáctica. “El diseño tiene un rol importante en el cambio de hábitos. Yo quería proponer una solución y la manera de hacerlo era investigando con especialistas para luego poder canalizar ese conocimiento en un objeto. Hice todo en base a reporteos previos con doctores, que me explicaron cómo podía sentirse un tumor, cómo se podía replicar, me contaron que es algo duro, fijo, que tiene ciertas medidas y características”, explica.

Y así, en el 2019, nació Palpa, una esponja de ducha hecha de un plástico símil a la silicona, pero 100% reciclable y más accesible, que permite que las mujeres se realicen un autoexamen en la comodidad de sus baños. “Es un artefacto del mundo del diseño que confluye con otras disciplinas y surge de una investigación conjunta, y por ende nada está ahí por mero capricho; el hecho que sea una jabonera para la ducha es porque se recomienda médicamente que el autoexamen se haga con jabón o con crema, porque el deslizamiento es mucho más fácil así. Esto no es solo una esponja con forma de pechuga, es un producto que genera cambios, porque al tenerlo en el baño lo vemos, lo palpamos, sentimos los posibles tumores y nos tocamos para ver si nosotras también los tenemos. El mes que no tuve esta esponja en mi baño, no me hice el autoexamen”.

Hay un porcentaje de casos de cáncer de mama que se dan en mujeres menores a los 40 años. Ahí está la importancia de hacerse el autoexamen.

Justamente el autoexamen está para que las mujeres que tengan menos de 40 años y que no tienen antecedentes, y que por ende no se han hecho otro examen, puedan palparse y darse cuenta si es que tienen algo nuevo. La única forma de saber eso es conociendo el propio cuerpo. El autoexamen no reemplaza ningún examen médico, y los especialistas son enfáticos en eso, pero sí te ayuda a reconocer tu cuerpo, y si detectas algún cambio, te da la posibilidad de ir a consultarlo a tiempo. Ese es su rol principal, especialmente para las mujeres que no se realizan otro tipo de exámenes. Y para las que sí, sirve a modo de complemento, para no tener que esperar un año entero entre una mamografía y otra.

¿Cómo fue el proceso de pasar de la idea a la materialización de un artefacto funcional, didáctico y educacional?

Cada invención tiene una historia detrás. En este caso, una persona muy cercana a mí sintió una anomalía pero se la fue a ver tiempo después. Fue ese acto el que me hizo concientizar respecto a la importancia de revisarse con frecuencia y a tiempo. Y también darme cuenta de que en general, las mujeres nos postergamos a nosotras mismas. El otro día escuchaba a un doctor decir que cuando una es mamá a veces sobre exagera con los niños, y los lleva al médico igual, solo para estar seguras. Pero con ellas mismas, hacen lo contrario. Y es así, no le tomamos el peso a lo nuestro y siempre el otro viene antes que nosotras. Ahí empecé una investigación con médicos que me transmitieron todo, porque hay una serie de características que son relevantes a la hora de diseñar un producto; no me servía de nada poner un tumor en el artefacto que fuera de un milímetro, cuando en una mama real sería imposible detectar un tumor de ese porte. Todo tenía que ser a escala.

Lo que busca Palpa es que la mujer tome conciencia respecto a eso, pero no por detectar un cáncer de mama a los 15, si no que para generar el hábito y conocerse a sí misma. Si toma conciencia a una edad temprana y entiende la importancia de detectar cambios en su cuerpo, va ir a hacerse la mamografía con tiempo cuando le toque. Y es que hoy en día, las mujeres no nos hacemos la mamografía porque no tenemos ni el tiempo ni le tomamos el peso, pero no es culpa nuestra, es porque nunca se nos enseñó respecto a la importancia de hacerlo. Estamos en un país en el que no hay educación al respecto, y todos estos temas, desde las pastillas anticonceptivas al autoexamen, son tabú. Y saber que tan solo por ser mujer, ya tenemos el principal factor de riesgo para desarrollar un cáncer de mama, es vital. Junto a eso, tenemos que encontrar la manera de verlo como algo natural, más que una enfermedad de la que nos vamos a morir. Entender que nos puede pasar pero que también podemos detectarlo a tiempo y recuperarnos.

En general las campañas hablan de prevención y no de detección. ¿Ese es un error?

El cáncer de mama no es algo que se pueda prevenir, pero sí se puede detectar de manera temprana. Ya ahí hay un relato erróneo, que se sale del cómo se debería presentar esto. Además, si uno lo detecta tempranamente, el porcentaje de recuperación es sobre el 90%. El otro tema es que se le da tanto enfoque en octubre, que la mujer que no puede justo ese mes, se olvida hasta el próximo año. Y junto a eso, también hay mucha campaña de marketing asociada, que pintan el logo de rosado y listo. Eso puede servir para visibilizar, pero si no va acompañado de educación, no genera un cambio profundo y no incentiva. A muchas de esas campañas les falta el contenido educativo, más que poner cifras que a veces generan miedo. Hay que darle una vuelta a este cambio cultural que queremos lograr, porque hoy en día tenemos políticas de detección temprana, las mujeres de 50 años pueden ir a hacerse las mamografías gratis, tenemos medio día feriado legal para hacernos los exámenes, pero falta educación, sobre todo para las mujeres jóvenes. Cómo hacer entonces que se lo haga porque quiere estar bien ella, saber y conocerse. Esa mirada hay que lograr.

Y a eso se le suma, como decías, un tema cultural; las mujeres, por los roles de género e imposiciones, postergamos nuestras propias necesidades.

Exacto, y el día de mañana, si tenemos un cáncer de mama avanzado, no nos involucra solo a nosotras. Por eso, a nivel social e institucional, hay que lograr los incentivos suficientes como para que le tomemos el peso a la detección temprana. Gran parte está en políticas públicas y en los colegios -hay que enseñar desde el día uno a hacerse un autoexamen- pero también en la salud pública; si voy donde mi matrona, que ella me enseñe a hacerlo y que me haga una capacitación.

Palpa también pasó a ser una especie de comunidad y plataforma educativa en la que se informa al respecto.

Es que este es un dispositivo didáctico pero que no sirve de nada sin educación, y hay información que si la gente tuviera, sería fácil de implementar. Por ejemplo, la importancia de saberse la talla del sostén, o saber qué pueden hacer los hombres y cuál es el rol de ellos en la detección. Se trata de sacarle el tabú y el miedo a estos temas, y abrir un espacio en el que se aborden ciertas cosas de una manera menos terrorífica.

¿Cómo lo hacemos a nivel cultural para que el autoexamen se perciba como algo natural y rutinario y no como algo que genera susto?

Hay que aprovechar que estamos en un momento de mayor conciencia y lucidez, en el que la mujer quiere conocer su cuerpo. Hay que verlo como un descubrimiento entonces; palpar la pechuga y preguntarse ‘¿tendré algo parecido a eso?’, y así empezar a tocarse. Palpa despierta esa curiosidad, y esa reacción inmediata es clave. Porque además, decir ‘palpa tu mama y si encuentras algo duro, anda a verlo’ es muy distinto a decir ‘hazte un examen porque te toca’. Y junto a eso, entender que esto no es solo en octubre y que hay que tratar de ver más allá del rosado.

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