Guía para armar un clóset sustentable

Saber escoger las prendas para nuestro clóset y cuestionar algunos hábitos de consumo de ropa son claves para apostar por un armario consciente. Y es que según indican cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para crear un solo par de jeans se utilizan alrededor de 7500 litros de agua, y trasladarlo a la tienda emite 33,4 kilogramos de carbono equivalente. No por nada la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones de carbono globales, produciendo cerca del 20% de las aguas residuales mundiales (UNECE).
Pero se puede ser parte de la solución y no del problema, partiendo por el clóset y considerando la ropa que ya tenemos. Reutilizar debería ser la consigna y adoptar hábitos sencillos que se adecúen a tu estilo de vida son alternativas realistas, explica la diseñadora y consultora experta en moda sustentable, Coca Ruiz. “Mi recomendación es crear un clóset atemporal con prendas de excelente calidad y que sean funcionales. La idea es que te solucionen el día a día más allá de las tendencias y que puedan ser piezas únicas”.
La diseñadora dice que lo que necesitemos en nuestro repertorio va a depender del estilo de cada persona y su ritmo de vida. Crear un ropero estándar es una misión compleja pero se puede adaptar a una guía práctica. De hecho, sugiere crear un fondo de armario, pues son piezas seguras a la hora de crear un conjunto. Muchas de estas prendas se pueden encontrar en tiendas de segunda mano a precios accesibles, porque son básicos que sobreviven a modas cortas que impone el retail.
Así, comenta que el fondo de armario debe privilegiar los patrones simples y fibras duraderas como el algodón orgánico, lana, lino, seda, tencel, mezclilla reciclada y descartes de cuero que pueden tener una mayor vida útil. En cuanto a los tonos, recomienda elegir los neutros, blancos, negros y camel. Además de preferir piezas clave como un abrigo oversize, blazer, blusa blanca básica, un cuello tortuga, un cárdigan, un pantalón sastre, un jean de corte recto, camisetas neutras, un impermeable, una pollera ligera y un par de botas de combate.
En relación a aquello que ya no se utiliza, Coca recomienda donarla, intercambiarla o venderla. Aunque reconoce que para las aficionadas a la costura, transformarlas puede ser una excelente opción: “Existen tutoriales como los de upcycling, que es una técnica que circula en redes sociales y permite modificar ropa, agregándoles valor y una segunda oportunidad al descarte”.
Si bien el consumo consciente puede ser parte pequeña de una solución a la problemática ambiental, como consumidores debemos informarnos del proceso que hay detrás de la creación del producto. Por ello, la diseñadora expresa que la tarea recae en reeducar nuestra manera de relacionarnos con la moda y cómo la obtenemos. “Como consumidores es complejo leer etiquetados, pero aún así es vital entender la trascendencia que tiene la elección de una prenda y su impacto ambiental, por lo tanto, elegir marcas que tengan certificaciones es un buen punto de partida”.
Así, comenta que existen tres tipos de certificaciones que son las más usadas: La ambiental, que se enfoca en el proceso de fabricación de la ropa, evaluando que la fabricación del tejido sea de acuerdo a los estándares medioambientales. La ecológica, que garantiza que la fibra se obtenga mediante la agricultura orgánica; y la certificación de responsabilidad social y de comercio justo que fiscaliza que las condiciones laborales y sociales hayan sido aplicadas.
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