Hablemos de maternidad: “La menarquia de ninguna manera marca el paso de niña a mujer ni las convierte en señoritas. Es una señal de que todo está en orden”




“Así de repente, sin aviso previo, con 8 años y medio, mi hija Magdalena me preguntó qué era el período. Yo, antes de responderle, me quedé pensativa. ¿Había llegado ya el momento, tan rápido? Y me pregunté cómo quiero que ella lo entienda, cómo se lo explico entonces.

Después de pensarlo por varios días, solo una idea daba vueltas en mi cabeza: quiero que ella lo viva sin miedos, sin traumas, sin vergüenzas, empoderada, informada, acompañada y contenida. Que su periodo sea el comienzo de una vida cíclica sana y segura.

El tema era cómo hacer esto. Con qué herramientas podía lograrlo si mi propia menarquia no fue así. En esos años era un tema tabú, algo de lo que no se hablaba. Era solo lo que el colegio o tus compañeritas y amigas te contaban, transformándose en algo lleno de mitos y en un proceso estigmatizado, como un castigo. Me imagino entonces que para nuestras madres fue aún peor.

Como soy enfermera de profesión, bien podría darle una clase de biología, pero no era esa la idea. Yo quería más, quería darle un sentido, el real sentido que la menstruación tiene para nosotras las mujeres. Pero, ¿cómo se lo explico siendo tan niña? ¿Romperé su niñez si lo hago?

Fue entonces cuando comencé a prepararme. Leí todo lo que pude respecto al tema y lo hice desde diferentes ámbitos, porque la menstruación es un tema que va desde lo biológico hasta lo político, pasando por lo espiritual, lo mágico y lo trascendental.

Lo que empezó como una explicación para mi niña sobre “qué es el periodo”, ahora se ha convertido en un emprendimiento a través del que me dedico a acompañar a otras madres y padres, hermanas, tías, abuelitas o madrinas, que guían el proceso de sus niñas y que quieren un inicio de sus vidas cíclicas diferente, porque también entienden lo trascendental de este momento en la vida de toda niña.

Y lo primero que les digo a quienes me piden asesoría es que son niñas y que lo seguirán siendo por el tiempo que ellas deseen. La menarquia no marca el paso de niña a mujer ni las convierte en señoritas, de ninguna manera. Es una señal del cuerpo que les dice que todo está marchando en orden. ¿Cómo podría ser mujer una niña de 9 años? O, peor aún, ¿cómo podría uno decirles que desde ahora ya pueden ser mamás si ni su cuerpo ni su madurez emocional les permitiría ser madres a esa edad? Sí, se adquiere biológicamente la capacidad reproductiva, pero de ninguna manera deben o pueden serlo. Su cuerpo va poco a poco preparándose hasta alcanzar la estabilidad terminada la adolescencia. De hecho, las primeras menstruaciones son irregulares, algunas anovulatorias. Sus cuerpos son de niñas y deben seguir disfrutando su niñez. Por eso es que les digo que deben conservar siempre algo de niñas, incluso siendo mayores.

Les explico también a las madres, padres y niñas que el inicio de su vida cíclica es un descubrirse, un conocerse en el que van a experimentar estados anímicos variables. Son nuestras hormonas las responsables de esto y ese vaivén hormonal se traduce en una montaña rusa de emociones que primero es importante reconocer para luego sacar provecho de cada una de las fases del ciclo, muy marcados en algunas y mas sutiles en otras. Solo explicando esto es que se puede ayudar a entender que algunos días del ciclo estamos más sensibles y desanimadas que otros, y así permitirse estar mas reposada o identificar cosas que afectan más mientras durante otros días se sentirán más creativas y poderosas.

En ese camino recorrido he detectado también la importancia que tiene mostrarles y enseñarles todos los pros y contras de los productos para la gestión menstrual, que sepan que lamentablemente el acceso a estos productos no esta garantizado para todas y que por el solo hecho de haber nacido mujeres, debemos gastar dinero para gestionar nuestra menstruación, algo que nos pone una vez más en desventaja frente a los hombres. Si en promedio menstruamos 40 años de nuestras vidas , el costo económico que esto genera es absorbido íntegramente por nosotras, mientras en países como Escocia ya se han promulgado leyes que garantizan que los productos para la gestión menstrual sean entregados de manera gratuita, poniendo fin a “la pobreza del periodo”.

A las niñas se les deben mostrar todas las opciones y la manera de usarlos, y que sean ellas las que finalmente decidan de manera informada cual o cuales son de su preferencia: toallas desechables comunes y biodegradables, toallas ecológicas reutilizables, copa menstrual, tampones, calzones menstruales. Y es que solo conociéndolos todos podrán decidir.

Es imperioso hablar del tema a través de la educación menstrual. Visibilizarlo, involucrarnos, hablar en el colegio, también a los niños que conozcan y respeten el proceso menstrual, solo así dejará de ser un tema tabú. Hoy mi niña tiene 10 años y espera con ansias el día de su menarquia. Sabe concretamente qué y por qué le pasará. No tiene angustia ni temor, de hecho participa activamente en talleres que realizamos para niñas que esperan o recibieron recientemente su menarquia y en los que hablamos con toda libertad de los cambios previos.

Mi hija es y será mi inspiración siempre. Fue ella quien me llevó a crear este bello emprendimiento, Mi primera lunita, donde ofrezco libros para acompañar la menarquia y hermosos kits con regalos para dar la bienvenida a la vida cíclica así, como debe ser, amada, contenida, acompañada y por sobre todo informada.

Claudia es mamá, enfermera y creadora de @miprimera_lunita, emprendimiento que ofrece libros para acompañar la menarquia y diferentes kits ideales para esta etapa.

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