Por Francisco Alcoholado / Ilustración: Paloma Moreno y Patricia Holmqvist
Paula 1242. Sábado 30 de diciembre de 2017.
El discípulo rompió sin querer una invaluable taza de té, que pertenecía al Maestro. Cuando este apareció en el salón, el discípulo cogió los pedazos, los escondió entre sus manos, y le preguntó al viejo: "¿Por qué la gente tiene que morir?". "Todo tiene que morir cuando ya ha vivido lo suficiente", respondió el Maestro. El discípulo entonces le mostró los trozos de la taza y le dijo: "Era el tiempo de tu taza de morir". Cargamos a cuestas un saco lleno de cosas muertas, de las cuales no queremos desprendernos: amores perdidos, trabajos gastados, cosas inútiles con las que atiborramos la casa y la vida, culpas por docenas, fantasías infantiles que ya no fueron. Es tiempo de vaciar esos contenidos y ponerlos bajo tierra de una vez por todas. Nada nuevo nacerá si no te desprendes de lo que está irreparablemente roto. La nueva vida se genera a partir de una buena muerte.
El tótem: el armadillo. Él lleva su coraza sobre sus espaldas, como medio de protegerse, de no ser penetrado por sus enemigos. Establece límites claros entre tú y el mundo. Define tu espacio, aprende a decir que "no", y honra el tiempo que necesitas para tus necesidades y tu desarrollo.
La sombra: la obstinación. Si el barco está haciendo agua, es hora de abandonarlo. No inviertas en lo imposible ni pienses que el amor lo va a cambiar todo. Las cosas no se arreglan solas.
La luz: el despertar. Salir de la ignorancia hacia la conciencia es el desafío de este año. Significa ver aquello que está debajo de la alfombra, sacar los conflictos al aire, recuperar ganas y voluntad. Reactiva aquello que has postergado, por miedo o por comodidad. Que nadie más que tú se erija como la autoridad que gobierne tu vida.