Paula 1144. Sábado 29 de marzo de 2014.

Después de un promisorio recorrido en festivales internacionales, el 10 de abril se estrena I am from Chile, ópera prima de Gonzalo Díaz (34) que cuenta la historia de un chileno que se va a vivir a Londres. Como el presupuesto no alcanzaba para filmar en la capital inglesa, el director transformó su propia casa santiaguina en una típica vivienda londinense. Aquí, explica cómo logró un resultado tan convincente.

Basada en experiencias reales

El cineasta Gonzalo Díaz vivió tres años en Londres trabajando como director de fotografía en una pequeña productora. Con esa experiencia escribió el guión para su primer largometraje I am from Chile, drama-comedia sobre Salvador (Diego Ruiz), un joven chileno de clase acomodada que se va a Londres y se aloja en la casa de su tía (Paulina García), quien arrienda piezas a otros extranjeros. Pero, al llegar, sus padres dejan de enviarle plata y él decide arreglárselas solo. "El personaje de Paulina García se parece mucho a la mujer que me alojó en Londres y que también fue mi gran amiga. El ruso que interpreta Iván Álvarez de Araya está basado en un albanés que conocí y que, al igual que el personaje, tenía una alarma en el pie porque estaba con arresto domiciliario", cuenta Díaz.

Diego Ruiz ganó una mención especial del jurado por su actuación en el Festival Internacional de Cine de Punta del Este, mientras que la película -que ganó una mención honrosa en Sanfic- fue seleccionada para cerrar el Festival de Cine Latino de Chicago el 17 de abril.

Casa transformada

El presupuesto era ajustado. Gonzalo Díaz solo contaba con ahorros personales y un par de fondos privados, así que no tuvo otra opción que filmar Londres en Santiago. Primero buscaron una casa estilo inglés, como las que hay en Vitacura. Pero era muy caro sacar a una familia de su casa durante un mes. Entonces, el director pensó en su propia casa, que no tenía nada de británica, pero se podía transformar. "Yo quería retratar una casa estilo working class, así que alfombramos la casa y la manchamos con vino y cigarros. Agregamos molduras en el techo y cambiamos las ventanas por esas altas y delgadas londinenses", cuenta. Les pidió a sus amigos de Londres que recolectaran cajas de jugo, de jabón, champú, cereal, condimentos, detergentes, diarios, revistas, cigarros y se trajo en barco dos containers llenos para la utilería y también un papel mural de ladrillo inglés, para cubrir una muralla en el patio. Todo el proceso de llegar a la escenografía final, le llevó un año.

Chilenos con acentos extranjeros

En la película conviven rusos, japoneses, chilenos y españoles. En un principio, Díaz busco actores de esas nacionalidades, pero no encontró, a pesar de que ya se acercaba la fecha de rodaje. "Tuve que buscar actores chilenos, pero me dolía la guata, porque quería que los personajes quedaran creíbles", cuenta. Finalmente logró un gran resultado con mucho ensayo: Iván Álvarez de Araya sabía algo de ruso –porque tenía un abuelo de ese origen–, y estudió referencias de películas como Promesas del Este. La actriz Tamara Ferreira, que tiene rasgos orientales por su abuelo asiático, hizo de japonesa y aprendió el acento con una nipona. Y Catalina Aguayo, que hace de española, ensayó con un amigo de esa nacionalidad.