Paula 1168. Sábado 28 de febrero de 2015.
Siempre fue transgresora. A los seis años Camila Moreno (29) cantaba contra el machismo como extra en el coro infantil del video clip de Los Prisioneros, Corazones, y crecía con su madre y su abuela en una parcela cercana a Talagante. Allí se subía a los árboles y se escondía en el jardín. Su fantasía era escapar de la casa y poder correr hasta el canal, donde iban a parar los cadáveres de los perros y los chanchos al que los adultos le tenían prohibido acercarse.
"Nuestra sociedad ha aprendido que la rabia, la pena y la insolencia son negativas, pero lo bueno y lo malo es netamente cultural. Para mí la oscuridad es un motor creativo y quiero reivindicarla en este disco con sonidos más rockeros y beats más frenéticos", dice Camila Moreno sobre su cuarto disco, Mala Madre, que se publica en mayo.
"No querían que viera la muerte, como si la vida fuera a durar para siempre", cuenta. A los 19 años, hastiada de su paso por el colegio, se fue a recorrer el mundo acompañada de su guitarra, La Pancrasia. Esa guitarra le ayudó a sobrevivir en Europa: cantaba canciones latinoamericanas en las esquinas y, además, cumplía labores de niñera en Londres o de temporera en Francia. Allá conoció a una cantante de origen rusa, coja y fumadora, que la enseñó a manejar los tonos agudos y la convenció de saltar al escenario. Años más tarde, en 2009, lo consiguió cuando editó su primer disco, Almismotiempo. A la fecha tiene tres discos publicados y un cuarto en camino que adelantará en exclusiva en Lollapalooza el 14 de marzo. Se llama Mala Madre.
¿Por qué tiene ese nombre tu próximo disco?
Lo tomé de una planta, la Mala Madre, que se llama así porque expulsa a sus hijos del macetero. Pero si vas a Argentina, a la misma planta le llaman Lazo de Amor porque para ellos, no es que los margine sino que los está liberando. Me fascina esta doble lectura. Nuestra sociedad ha aprendido que la rabia, la pena y la insolencia son negativas, pero lo bueno y lo malo es netamente cultural. Para mí la oscuridad es un motor creativo y quiero reivindicarla en este disco con poesía, sonidos más rockeros y beats más frenéticos.
Desde que su canción contra las farmacéuticas, Millones, fue nominada a los premios Grammy Latino, en 2009, Camila no se detiene. Participó en la banda sonora de series como Los 80 y Prófugos. Es una de las artistas más importantes de la nueva generación de cantautores en Chile. Pero no le gusta que la encasillen en el folk. "Odio las etiquetas. Yo hago música", dice.
¿Quieres desmitificar a la mujer perfecta?
Exactamente, porque la perfección no existe. Quiero hablar de Stella Díaz Varín, Cecilia Vicuña, Violeta Parra, Gabriela Mistral y tantas otras mujeres que han sido marginadas por ser incómodas o tildadas de locas. Mala madre se les decía, además, a las mujeres de las tribus que menstruaban en Luna Llena en lugar de hacerlo en Luna Nueva como los hombres establecieron. Ellas desarrollaron la hechicería, el chamanismo, la brujería. Son las villanas, pero también representan un lado de la sociedad del que nadie quiere hablar.
¿Cómo es ese lado?
Pienso en el aborto, por ejemplo. Somos dueñas de nuestros cuerpos. ¿Por qué hay una ley que dice lo contrario? ¿Por qué estamos pidiendo permiso para ser libres en vez de simplemente serlo? Por suerte está ocurriendo un cambio energético y social súper fuerte con las mujeres hoy. El patriarcado está en crisis. Se está luchando por una liberación que no es solamente económica, sino del espíritu. Nos estamos permitiendo asumir que somos naturaleza. Es decir, conflicto, catarsis, insolencia. El arte que más me gusta es el que me provoca y me irrita. No me gusta que me encasillen.
¿Qué mujeres han sido importantes en tu formación?
He pensado mucho en mi niñez haciendo este disco. En mi familia, tanto mi bisabuela, mi abuela, mi madre y yo hemos sido hijas mayores. No es fácil ocupar ese rol. Mi mamá se separó de mi papá cuando yo tenía nueve meses y tuvo que quebrar con su madre que era conservadora y de derecha y no entendía que tuviéramos una vida tan gitana. Para mí ella es una guerrera. Tengo mucho de su energía.
¿Qué te molesta de la sociedad actual?
Me molesta mucho la estupidez y la cultura televisiva, el concepto y la ilusión de la fama. No sabes cuánto me molestan cuando digo que no me quiero sacar una foto con ellos. La gente es invasiva y eso es producto de la ilusión de la tele. Soy una persona como cualquier otra, a veces ando de mal humor, lloro, me río, tengo amigos y a veces no tengo ganas de sacarme una foto. Es desagradable, extraño y sicótico vivir en una cultura así, en que las personas se relacionan de esta manera con las figuras públicas. El artista está endiosado. No es que quiera estar lejos. Es que quiero que se acerquen de otra manera.
"Me molesta mucho la estupidez y la cultura televisiva, el concepto y la ilusión de la fama. No sabes cuánto me molestan cuando digo que no me quiero sacar una foto con ellos. La gente es invasiva y eso es producto de la ilusión de la tele".
¿Te gustaría tener hijos alguna vez?
Me muero de miedo, pero es uno de mis grandes deseos.
¿A pesar de que el mundo no sea siempre un buen lugar para vivir?
A pesar de que mi única forma de sobrevivir sea hacer música desde la rabia y la pena que me provoca estar en una sociedad estructurada desde el egoísmo. Soy una persona muy emocional. Pero a través de la música puedo comunicar mi mundo, retratar los misterios que uno lleva en el pecho. Hay una rebeldía que no quiero perder y que sale por los poros de Patti Smith, PJ Harvey, Björk y otras artistas que me gustan. Quiero mantener viva la incomodidad. Hacer algo que estremezca.•