La belleza sin esfuerzo de María José Illanes

La actriz y músico no solo llama la atención por su comentado papel de lesbiana en la teleserie No abras la puerta (TVN), sino que en cada escena da cuenta de su elegante belleza. En estas páginas, María José Illanes (32) cuenta el peso de la herencia de su madre en sus rutinas de cuidado y cómo las plantas y la música se han transformado en su mejor terapia. Una mujer que no anda contando las calorías ni se mata en el gimnasio.




Paula 1159. Sábado 25 de octubre de 2014.

La pena en el cuerpo

"Sé que el cuerpo habla. Durante mi primer año en televisión, en 2007, lo pasé bien en lo profesional, pero mal en lo personal. A pesar de que firmé contrato por tres años y me compré mi departamento maravilloso, no había vivido realmente el duelo de la muerte de mi madre, que había ocurrido un año antes. De eso me di cuenta al subir de peso. Tenía al menos seis kilos más de lo normal en mí y nada en mi alimentación había cambiado. Sí sufrí un gran desorden hormonal que, estoy segura, fue producto de mi pena. El cuerpo me mandaba señales. Una vez que entendí lo que me estaba pasando, toqué, por primera vez, las puertas de un sicólogo. Fue una gran decisión; necesitaba una ayudita. Dos años y medio fui a terapia una vez por semana y aprendí que hay penas que no se pasan nunca, pero que sí se puede convivir con ellas y tener una buena vida. De repente, todo se fue acomodando. Bajé de peso, sin haber hecho ni una dieta, y nunca más subí".

Lo que heredé de mi madre

"Mi mamá era de esas mujeres que siempre están con los labios pintados. Sus hijas, somos cuatro hermanas, hemos seguido ese gesto de coquetería. Aunque me maquillo muy poco, solo en contadas ocasiones, no puedo salir a la calle sin labial. Solo uso rojo y naranja, con o sin brillo, igual que mi mamá. De ella también aprendí el hábito de encremarme de pies a cabeza al salir de la ducha. Otra herencia suya, pero genética, es mi piel: nunca me ha salido siquiera un grano. Igual la cuido y en la ducha me aplico un gel de limpieza, luego un contorno de ojos y crema hidratante y, siempre –invierno y verano–, factor 50. En la noche, con la cara limpia, uso una crema nutritiva".

Refugio de bienestar

"Las plantas y tocar instrumentos –piano, clarinete y guitarra– es lo que me hace bien. Vivo en un primer piso y ahí tengo un pequeño jardín, un cactario en el que trabajo cada vez que puedo. Me paso horas trasplantando y cultivando. Eso me ayuda a desconectarme de todos los problemas y sentir una plenitud enorme. Suena muy 'pachamámico', pero la conexión con la tierra es muy heavy y me fascina el intercambio que se da: yo les entrego vida a las plantas y ellas, agradecidas, crecen y me protegen. No solo eso, hacen del lugar en que vivo un espacio precioso. Con la música me pasa algo parecido. Puedo tocar durante horas y pierdo la noción del tiempo. Es mi segundo idioma, no sabría vivir sin ella".

Solo es un sacrificio

"He hecho spinning, yoga, bikram yoga, running y, ahora último, pilates. Pero, definitivamente, no soy una persona deportista. Para mí, hacer cualquier actividad física es puro sacrificio y fuerza de voluntad. Desde que entré a la Escuela de Teatro tengo metido en la cabeza la importancia de hacer algo y ser perseverante, porque trabajo con mi cuerpo y lo necesito ágil y cómodo. El problema es que soy demasiado inconstante y me aburro rápido. Lo más probable es que en unos meses más esté haciendo otra cosa y jurando que ahora sí descubrí lo que me gusta".

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"No uso bálsamo, porque me genera caspa y el pelo se me pone muy grasoso. Solo me lavo con champú sin sal, para mantener el efecto del tratamiento de queratina. Cuando me salgo de la ducha me aplico la crema Potion 9, de Sebastian".

Sin dietas, pero con sistema

"No hago dietas, pero como sano. Desayuno siempre un yogurt sin sabor y sin lactosa con berries, avena y chía; y un té rojo o verde. A mediodía me tomo un café con leche descremada. Con el resto de las comidas aplico la regla de no mezclar proteínas con carbohidratos. Por ejemplo, hoy almorcé arroz integral con palta y quesillo. En la noche comeré carne con alguna verdura cruda o cocida. Este sistema no significa grandes privaciones. Si salgo a comer con amigos, pido una carne o un pescado y, de acompañamiento, verduras salteadas. Dado que soy especialmente tentada con lo dulce, me controlo de lunes a jueves y me doy mis gustitos durante el fin de semana. Nunca renunciaré al vino".

La historia de mi pelo

"En mi época de colegiala y universitaria siempre tuve el pelo muy largo y con rulos. Me decían que me parecía a Alanis Morissette y eso me encantaba. Luego, desde que estoy en televisión, por requerimiento de mis personajes, lo he tenido largo y liso; corto, en melena como ahora, en total al menos siete looks diferentes. No tengo especial apego a mi pelo. Si me lo tengo que cortar, lo corto. Solo una vez sufrí: en 2010, para hacer de mala en La familia de al lado, me lo cortaron como hombre y lloré mientras veía como caía mi pelo al suelo".

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"No tengo rollos con la vejez y tampoco con las operaciones. Si a los 50 años sigo en la tele y el párpado se me cae, no voy a tener ningún problema con estirarlo. Si quiero y tengo la plata, lo voy a hacer".

* Hasta el 18 de diciembre María José Illanes y Cuti Aste imparten el taller Montaje y Arreglos Musicales para Bandas en Estudio Panal. Inscripciones y más información en contacto@estudiopanal.com.

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