La depresión de las personas felices

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Cuando Constanza le confesó a su mejor amiga que tenía depresión diagnosticada, pensó que le estaba jugando una broma. "Pero si tú eres una de las personas más felices que conozco", le dijo, recordando las fiestas, salidas a comer y momentos compartidos en los que Constanza nunca había expresado tristeza. Y es que, si bien muchas personas deprimidas demuestran su estado anímico y emocional, existe un grupo que la esconde detrás de sonrisas, bromas y normalidad.

"Es la depresión atípica y se caracteriza por tener mayor reactividad del ánimo, o sea que responde a estímulos externos o vivencias determinadas", explica la psiquiatra de Clínica Indisa, Martiza Bocic, y agrega que se desarrolla a más temprana edad que los trastornos depresivos comunes. Entre sus síntomas se encuentran la hiperfagia e hipersomnia, lo que significa que el apetito aumenta y se duerme más de lo común.

Las personas que tienen este tipo de depresión no demuestran una tristeza constante ni se ven apagadas en su día a día, y en la mayoría de casos responden a estímulos positivos. Si pasa algo bueno en su entorno, es muy probable que manifiesten alegría. De la misma forma, son personas muy sensibles al rechazo y a las críticas, lo que a la larga puede afectar sus relaciones sociales y laborales. En Clínica Mayo relatan que es posible que personas que la padecen "tengan dificultades para realizar actividades cotidianas y que, a veces, sientan que no vale la pena vivir".

¿Se puede estar deprimido y ser feliz? Una persona con depresión puede experimentar momentos felices e incluso puede parecer constantemente feliz. Es por esto que a la depresión atípica también se le conoce como depresión sonriente y, aunque no lo parezca, es un problema importante en la salud mental universal. Si se revisa en Google Trends, se puede ver que el término Smiling Depression es buscado constantemente, y que tuvo un peak importante en diciembre de 2019.

El problema, según plantea la experta en salud mental de la Universidad de Cambridge, Olivia Remes, en un artículo llamado Depresión sonriente: los peligros de estar bajo mínimos y parecer feliz del portal universitario The Conversation, es que estas personas logran esconder su depresión a tal punto que no buscan ni se les ofrece ayuda profesional, lo que los hace especialmente vulnerables al suicidio.

Remes agrega que detectar a estas personas no es difícil solo porque lo escondan, sino porque no parecen tener motivos para estar deprimidos: "tienen trabajo, un departamento y quizás hasta hijos o pareja. Sonríen cuando se les saluda y pueden mantener conversaciones agradables. Se ponen una máscara que muestran al mundo, a la vez que llevan vidas aparentemente normales y activas". Por lo mismo, muchos se quedan callados porque se sienten culpables al creer que sus problemas no son importantes o al menos son menos graves que los de personas que no tienen dónde vivir o qué comer. "Estar deprimido tiene un correlato biológico, que va más allá de la voluntad", explica Bocic, en relación a que en muchos casos tener una vida en apariencia perfecta no evita que se tenga una enfermedad mental, especialmente cuando existen antecedentes familiares.

En el mundo de las redes sociales, la depresión sonriente o atípica pareciera cobrar un nuevo significado. ¿Qué pasaría si al publicar una foto, en vez de escribir un texto que de seguro conseguirá varios Me gusta, escribiéramos qué sentíamos realmente al momento que la tomamos? Frases como "tomé 20 fotos hasta que encontré una en la que me veo bien" o "estaba aburridísima y me dediqué a sacar fotos del paisaje", serían más comunes de lo que pensamos, incluso en personas sin ningún problema mental ni mucho menos depresivas. En el caso de quienes sí padecen esta enfermedad, la máscara que se ponen con ayuda de las redes, especialmente Instagram, es más potente.

En 2018, la escritora estadounidense Tracy Clayton pidió a través de su cuenta de Twitter que sus seguidores compartieran imágenes de sus redes sociales en las que se vieran felices, pero que hubiesen publicado en medio de momentos tristes o situaciones difíciles. Lo que consiguió fue viralizar el experimento, recibiendo cientos de respuestas, casi 4 mil retwits y 26,9 mil favoritos.

Una de las respuestas, del usuario @brokeymcpoverty, fue: "el año pasado perdí a dos miembros de mi familia, estaba ahogándome en depresión, tenía una relación tóxica y vivía en ambientes tóxicos. Esta foto la saqué el día en que planifiqué mi suicidio, pero decidí no llevarlo a cabo". La imagen muestra una selfie completamente normal, en medio de un bosque. Otra respuesta similar vino de @naturalhairrule, quien respondió con una imagen sonriente de ella caminando por la calle: "Estaba deprimida, teniendo ataques de pánico todas las noches y era la única proveedora en mi familia de cuatro. Además de todo, mi perro se murió".

Aunque la depresión es una enfermedad que se puede mantener en el tiempo, existen tratamientos, pero en este caso particular, lo fundamental es que la persona enferma se dé cuenta del problema y pida ayuda, aunque crea que su depresión no es grave o que es pasajera.

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