La ducha de agua fría: ¿Realmente mejora la apariencia de la piel?
Incluso en los meses más fríos del año, hay valientes que se someten a duchas de agua helada durante las mañanas, o que dejan un chorrito de agua muy fría para el final de la ducha, todo con el objetivo de mejorar la apariencia de su piel y, principalmente, reducir la celulitis. Pero ¿valdrá la pena ese sufrimiento matutino? Según la dermatóloga Carla Muñoz (@dra.carlamunoz_dermatologa, Clínica Santa María), el frío sí genera algunos cambios en la piel, pero puede que no sean los esperados. “El agua fría genera vasoconstricción, y por el contrario, el calor genera vasodilatación. Esos cambios vasculares pueden tener un efecto transitorio en la piel, haciéndola ver más azulada o roja”, explica.
“Si hablamos de la celulitis o lipodistrofia, ésta se produce por múltiples factores, que pueden ser hormonales, genéticos, alimentarios, locales, entre otros”, dice la especialista. “El frío de la ducha genera vasoconstricción, que podría tener algún efecto disminuyendo edema, lo que puede dar una imagen transitoria de mayor turgencia, pero en ningún caso persistente en el tiempo. Respecto a la circulación, ésta se ve aumentada con el agua caliente y no con el agua fría”, aclara.
Y así como la celulitis se produce por múltiples factores, si el objetivo es reducirla, es necesario tener en cuenta una serie técnicas, las cuales estarán relacionadas con la alimentación, la actividad física, pero también la genética y la salud en general. Por eso, y considerando que la gran mayoría de las mujeres tiene celulitis y que esta no representa un problema para la salud, quizás lo mejor sería normalizarla.
Lo que sí está comprobado es que el agua fría, al contacto con la piel, es un shock para el organismo: el cuerpo reacciona desencadenando una respuesta masiva al estrés, que hace que suba el ritmo cardíaco, aumente la circulación sanguínea y se libere adrenalina. Pero según la experta, si hablamos de la temperatura ideal del agua, lo recomendable es evitar extremos de frío y caliente, buscando un punto medio. “Lo más importante será humectar adecuadamente la piel inmediatamente después del baño, incluso con la piel algo húmeda”, concluye.
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