La fortaleza de una yogui
En el mundo del yoga, Olga Madariaga (42) es una maestra muy reconocida: se formó en el método iyengar en Chile y se especializó en India, abrió su propio centro, llamado Atmanjali, y ha entrenado a personajes conocidos como la actriz María José Prieto y al ex ministro Álvaro García. Pero, en su mundo privado, el yoga ha sido para ella mucho más que una herramienta física o de trabajo. Ha sido el sostén para lidiar con sus propios dolores.
Paula 1159. Sábado 25 de octubre de 2014.
En 1999, Olga Madariaga era periodista y le tocó hacer una entrevista que cambió para siempre el rumbo de su vida. Se trataba de un artículo sobre Gustavo Ponce, uno de los pioneros del yoga en Chile y fundador de Yogashala. Olga, que es muy matea, se preparó para ese encuentro tomando clases de yoga. "Practicar por primera vez fue como abrir una ventana a un universo alucinante lleno de tradiciones, leyendas y conocimiento", dice. Y se largó a practicar tanto, que terminó dejando el periodismo y se convirtió en profesora de yoga. En 2005, luego de formar parte de la escuela Yoga Mukti de Rishi Joseph en Ñuñoa, se fue a la India para especializarse durante cuatro meses en el método iyengar –creado por el padre del yoga moderno, B.K.S. Iyengar, recientemente fallecido a los 95 años–donde tomó un taller con los maestros Arun H.S. y Vinod Dulal. También viajó al sur de Francia y a Málaga en España, a profundizar sus conocimientos. Su certificación la sacó en Chile con el profesor senior español José María Vigar, a quien reconoce como su mentor. En 2009 abrió su primer centro de yoga, Atmanjali, en Providencia. En 2013, con 15 años de práctica ya cumplidos, Olga se había superado a sí misma y ya era una maestra reconocida. Pero ese año, la disciplina le mostró algo más.
Su hija Laura, que en ese tiempo tenía 5 años, fue diagnosticada de una diabetes severa y a partir de entonces iba a tener que inyectarse insulina de por vida. Olga asistió a una charla de acompañamiento para padres. Y mientras la mayoría de esos padres se venía abajo al escuchar sobre la enfermedad de sus hijos, ella se mantenía erguida con los pies paralelos, anclados en la tierra, muy concentrada en su respiración. "Me impresioné de mí misma. Sabía que la enfermedad de Laura sería difícil. Pero lograba aceptarlo. Tenía la fortaleza. Hoy pienso que sin el yoga no habría podido con esa pena", dice Olga.
¿Qué es para ti el yoga?
Siempre les digo a mis alumnos: el yoga no es un ejercicio físico sino una filosofía. Una instancia de aprendizaje donde, como dice el maestro Iyengar, usas tu cuerpo, tu mente, tu inteligencia y sentidos para enfrentar la existencia con determinación y con más libertad.
¿A qué te refieres?
El yoga te ayuda a enfrentar miedos profundos. Cuando te paras de cabeza sin el apoyo de una pared, que es una de las asanas más atemorizantes, usas tu valor, pero también tu percepción pues sabes reconocer dónde hay más o menos peso en tu cuerpo para obtener el equilibrio y permanecer en la vertical. Los yogui son metódicos porque han integrado las asanas como una forma de vida. Es decir, para lograr un objetivo saben que necesitan de un conjunto de acciones precisas y correctas que las conduzcan a él.
El yoga como una receta contra la ansiedad.
Sí. Y es muy liberador porque el yoga te saca del ego. Cuando estás en la práctica tú sales de ti para observar a otro, a través del cual te das cuenta de tus propios errores y puedes corregirlos en tu propia postura. Las asanas representan muchas cosas: árboles, reptiles, animales acuáticos, figuras geométricas, dioses, y en ese representar uno sale de sí mismo. El yoga tiene ese poder. Cambia tu percepción sobre las relaciones, las rabias. Aprendes que en la vida estás solo y que aun cuando tengas hijos y marido, no puedes dejar de trabajar contigo mismo. Que así como se flexibiliza tu cuerpo también lo hace tu mente.
¿Cómo la percepción que te da el yoga te ha ayudado a enfrentar cosas concretas, como la diabetes de tu hija?
El yoga es una manera de comprender tu existencia y te entrega herramientas para enfrentar el dolor físico o emocional. Te da autoconocimiento, fuerza, foco, la posibilidad de corregir y empezar de nuevo. Pero también aceptación. Fue triste lo de mi hija Laura, porque siendo tan chiquitita tiene una enfermedad crónica de la que no se va a mejorar, pero hoy siento que desde que fue diagnosticada de diabetes la vida me regaló una hija. Antes, la niña que yo conocía, en realidad no era ella, dependía de sus alzas o bajas de azúcar el cómo ella estaba en el mundo. O estaba aletargada o muy irritable, mientras que ahora es una niña alegre, más estable y auténtica.
"No es que siendo yogui no pelee con mi marido ni enfrente dificultades con mis hijos, nunca tan zen, pero la diferencia es que ya conozco el camino y, cuando me salgo de ahí, sé cómo volver".
¿Haces yoga con ella?
A veces. Pero en general ella toma la clase de niños que no la hago yo. Ha sido terapéutico para Laura porque la ha ayudado a ver su diabetes no como una enfermedad sino como una condición. A mi otro hijo, de ocho años, Sebastiano, practicar yoga también lo ha ayudado. Él tiene un Asperger leve y eso hace que sea muy de idea fija, por lo que transformarse en una grulla o un pájaro le ayuda a salir de sí mismo. Al más chico no lo meto aún a una clase, porque tiene tres años y es un terremoto.
¿Una mamá yogui es una mamá zen?
También me sacan los choros del canasto. No es que siendo yogui no pelees con el marido ni enfrentes dificultades con los hijos, nunca tan zen, pero la diferencia es que ya conoces el camino y, cuando te sales de ahí, sabes cómo volver.
¿Cuál es tu postura favorita para volver a la calma cuando todo está caótico?
Se llama paschimottanasana y es la extensión oeste del cuerpo. Con las piernas estiradas lentamente inclinas el tronco hacia adelante. Y te quedas ahí con la cabeza apoyada en las rodillas. Cuando tengo un mal día la hago porque calma el sistema nervioso. Me da mucha quietud.
* El 29 de octubre, Olga Madariaga abrirá una segunda sede de Atmanjali en Lo Matta 1120, Vitacura. Más información en www.atmanjaliyoga.cl
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