La importancia del voto femenino: “Los grupos que no participan están delegando en otros su participación”
Hace 70 años las mujeres somos parte de la decisión presidencial en Chile ¿Cómo ha influido la participación femenina en las urnas y por qué es importante que vayamos a votar este domingo?
El 1 de octubre el PNUD lanzó su campaña Vota por todas a través de la que busca fomentar el voto femenino para el plebiscito de este domingo y promover el voto como una forma de expresión clave en democracia. Según datos entregados en el lanzamiento de la iniciativa, mientras que en 1989 votó el 88% de las mujeres mayores de edad, en 2017 sólo lo hizo el 51%. En las municipales de 2016 solo el 38% de las mujeres habilitadas emitir su voto lo hicieron.
El voto femenino importa, y ¿cómo no?, si somos mayoría, representando a un 50,73% del total de la población nacional. E importa desde que se aprobó, en 1934 para las elecciones municipales y en 1949 para las parlamentarias y presidenciales. Para nuestra primera vez votando por alcaldes según datos del Servel 76.049 mujeres se inscribieron y ya para las últimas elecciones presidenciales de 2017 éramos 7.336.957 las habilitadas.
La participación de mujeres en política y en altos puestos de poder, aunque es inferior a la de los hombres, ha logrado movilizar hacia las urnas. Según un documento publicado en 2008 por el Observatorio Electoral de la Universidad Diego Portales, la cantidad de inscritos más alta desde 1990 se registró en 2005, cuando el voto aún era obligatorio para quienes se inscribían, llegando a 8.220.897 ciudadanos. Ese año por primera vez en la historia de Chile una mujer fue electa Presidenta.
“Más allá de lo decidor que ha sido el voto femenino, importa mucho el contexto”, dice la politóloga y presidenta de la Asociación Chilena de Ciencia Política, Carolina Garrido. Y es que según cuenta, "existía el antecedente de que las mujeres votaban más conservador, pero eso cambia cuando existen ciertas coyunturas, como por ejemplo cuando ganó Michelle Bachelet por primera vez, que coincidió con una mayor participación de mujeres”.
La crisis del voto
Desde 2012 en Chile el voto es voluntario, y aunque al aprobarse dicha ley los expertos y expertas que la promovían abocaban a que los políticos se verían obligados a hablarle a toda la variedad de ciudadanos y ciudadanas, esto no se dio así, afectando el porcentaje de personas que llegan hasta las urnas. De hecho, la primera elección con voto voluntario mostró que un 57% de las personas habilitadas se abstuvieron de hacerlo en las elecciones municipales.
Luego en la primera vuelta presidencial de 2013, participó el 49,3%, y en la segunda vuelta se abstuvo el 58%. Estas cifras vivieron su momento más crítico para las elecciones municipales de 2016, donde solo el 34% de quienes tenían derecho a votar lo hicieron.
Garrido, quien ha participado activamente de la Comisión de Constitución de la Cámara, cree que en el contexto actual se podría dar algo similar a lo ocurrido en 2005. “Las mujeres siempre hemos estado relegadas del proceso de toma de decisiones y si gana la opción Convención Constitucional, va a ser la primera vez en el mundo que se garantice un órgano completamente paritario. Por eso es importante que las mujeres votemos, porque los grupos que no participan están delegando en otros su participación. Considerando que a las mujeres nos han excluido tanto tiempo, este es el momento en que tenemos que participar, y la primera participación es la electoral”, recalca la especialista en Ciencia Política.
Sesgo de género y discriminación en el plebiscito
“Más allá de las tendencias, en este contexto histórico, promover el voto de las mujeres es muy relevante, porque por lo general estamos excluidas de los espacios de toma de poder, de toma de decisiones. Pero es posible que con el efecto de la pandemia el sesgo de clase se acentúe, pues sabemos que, sobre todo en la Región Metropolitana, se vota más en comunas ricas que en las pobres”, explica.
Garrido, quien fue invitada cuando se discutieron las medidas para implementar el plebiscito seguro, asegura que estas decisiones deberían tener perspectiva de género. Aún así, algunas medidas que se han tomado van directamente en desmedro de las mujeres, y especialmente de las más pobres.
El Protocolo Sanitario publicado por el Servel en septiembre indica que las personas deben ir a votar solas, a no ser que necesiten acompañamiento. “Esto es muy simbólico, porque no se pensó en las mujeres. Somos las que principalmente estamos a cargo de las labores domésticas y de cuidado, y en general son las más pobres las que no van a tener con quién dejar a sus hijos”.
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