Paula 1125. Sábado 6 de julio 2013.

¿Qué te sienta mejor: tragedia o comedia?

Me encantan las dos, pero a veces uno se cansa de hacer tragedia porque le estás diciendo todo el día a tu cuerpo 'pásalo mal, llora, odia, grita'. Entonces como que llegas a tu casa y no le puedes decir a la adrenalina que se queda circulando por tu cuerpo 'oye ¿sabes qué?, las emociones que representé eran mentira'.

Entonces, ¿eres una mujer insoportable en tu casa cuando te tocan papeles trágicos?

Un poquito. Trato de controlarlo, trato de irme tranquila en el auto, fumando…

Encuentro que tú y el resto de las chicas de Socias salen regias. ¿Cómo lo haces?

Tengo suerte parece, es una cosa de herencia. Porque no hago deportes y, como buena italiana, soy buena para las pastas, el queso y el vino. Nunca he logrado hacer una dieta.

¡Mentira!

Te juro.

Ya, pero a veces apareces en pelota y no tienes ni celulitis. ¿Inyecciones, masajes, silicona?

Te juro que nada. Mi único deporte es el sudoku. De hecho, soy media adicta: corro al diario a buscar los sudoku a ver cuál viene, ¡atroz!

¿Te asesoraste con abogados para trabajar tu papel en Socias? Ustedes son tres mujeres pertenecientes a un bufete de abogadas…

Trabajamos con abogados, con una fiscal y fuimos a los Tribunales de Justicia. Nos tocó ver un juicio de asesinato terrible. Fue un ejemplo de la famosa puerta giratoria porque ahí mostraron las pruebas, los testigos… Nosotros jurábamos que la persona iba a ser condenada, y ¿sabes qué? Salió libre ese mismo día. Ahí te das cuenta que si las pruebas no son exactas, no sirven.

¿Cuántos años llevas de matrimonio?

20.

¿Cómo lo has hecho para sobrevivir 20 años casada en el verdadero Sodoma y Gomorra que es el mundo de los actores?

Yo creo que los dos hemos caminado juntos. Ha sido pedregoso a veces pero lo hemos logrado y creo que tiene que ver con la confianza. Él no es el mismo con que yo me casé, ni yo soy la misma con la que él se casó, pero nos seguimos gustando y tenemos confianza.

¿En qué sentido hablas de confianza?

Yo veo a mi alrededor tanta pareja que se anda revisando el celular, que se anda metiendo al facebook del marido, que le dan ataques de celos. Eso lo encuentro insoportable. O sea, con nuestras pegas, con nuestros horarios, sería agotador caer en esas obsesiones.

¿Cuál ha sido el periodo más complicado? ¿los primeros años de matrimonio, los últimos, la mitad?

Los primeros, sin duda. Los primeros fueron súper complicados. No teníamos hijos y, cuando nos casamos, Felipe ya tenía 30 años y tenía miles de mañas. Yo llegué a cambiarle su mundo y él no quería. Entonces, chocamos harto. Y después, ya con la llegada de los niños, uno se pone un poquito mamá, puro mamá, dejas a la pareja un poquito de lado.

Claro y ahí se resiente un poco el marido.

Fue difícil, pero él asumió el rol de mamá también y ahí competíamos. Ahora puedo decir que ya llegó la calma.

¿Sufres con la adolescencia de tus hijos?

Sufro mucho, pero porque ya se fueron. Tengo esa sensación de que ya no están, que ya no soy necesaria para ellos, entonces lo paso pésimo porque tienen códigos distintos, porque son músicos los dos, entonces tienen una onda con su padre que también es músico y yo no canto ni un do, entonces sufro. Y, además, los tres son deportistas y yo hago sudoku, como te contaba.

Es decir, ¿estás sola como un dedo en tu casa?

Bien sola, entonces yo digo: "ya pues, por favor que alguien me acompañe al mall", y la respuesta es "no, ¡qué lata!" Ahora mi esperanza es llegar a tener nietas. Sueño con eso: con niñitas.

¿Cuál es el defecto que más deploras de ti misma?

Uy, tengo tantos, tantos. Tengo un problema químico: cuando me da rabia por las injusticias de la vida me altero químicamente, me enveneno. Por ejemplo, en el auto yo voy garabateando a todo el mundo. Pero con el vidrio cerrado porque me han pasado cosas horribles. Una vez un taxista se bajó del auto y me escupió.

¡Como a Michelle Bachelet!

Te juro. Una vez me pasé un ceda el paso. Igual iba despacito, no pasó nada. Pero el taxista se bajó, yo pensaba "va a hablar conmigo", pensaba pedirle perdón, pero abrí la ventana ¡y me tiró un pollo en el ojo!

¡Me muero! ¿y lloraste?

Me puse a llorar en la mitad de la calle y le gritaba cosas, fue horrible.

Lo encuentro realmente humillante. Oye ¿cuántas veces en tu vida has recurrido al sicólogo o al siquiatra?

Muchas, muchas. Me terapeo hace mucho tiempo y ahora sigo en terapia. Amo ese espacio.

¿Cuál ha sido la terapia más loca que has hecho?

Irme a Boston con mi hermana a comprar y copar las dos tarjetas de crédito.

¿El consumo te consume?

El consumo me sobrepasa.

¿Con o sin culpa?

Sin culpa y eso es lo terrible. Solo me da angustia cuando empiezo a ordenar el clóset y veo la cantidad de cosas todavía con etiqueta. Ahí empiezo a regalar.

Y ¿eres de las que compra cosas a escondidas? ¿Qué no se lo muestras a tu marido?

Por supuesto, escondo los paquetes y cuando ellos no están los subo al clóset. Y después me preguntan: "¿y eso tan lindo?" Y les contesto: "lo tengo hace ene rato".

¿Tu marido e hijos te molestan por eso?

Mucho, hacen competencia. Cuando saben que fui a comprar, apuestan: "ya, con cuántas bolsas va a llegar la mamá: con ocho, con nueve". Apuestan chocolates.

Hablemos de sexo, ¿todo tiempo pasado fue mejor?

En mi caso, no. Yo encuentro que uno está mucho más relajada, entonces, lo paso chancho. Además, ahora nosotros tenemos más capacidad económica así que inventamos salidas entretenidas, nos vamos a unos hoteles, tomamos esas promociones de noches románticas.

Lo tuyo es el sexo caro.

Sexo caro, sí. Es que la plata es un gran afrodisíaco, dice por ahí en algún texto de Shakespeare.

¿Quién es tu candidata o candidato para próximo Presidente de Chile?

Yo estoy con Miguel Bosé que dijo que no había que votar, que no había que ir a las urnas. La verdad, estoy confundidísima...