El panorama astral de esta semana nos devuelve nuestra imagen como en un espejo. Y es que ahora, más que nunca, el Oráculo nos invita a todas a mirarnos profundamente hacia adentro. En un momento donde los ánimos se revuelven, se caen las estructuras y reina la incertidumbre, el llamado es a contener a los otros con nuestra calma y a dejarnos contener por quienes nos quieren. Y para esto necesitamos estar en nuestro centro.

El Oráculo nos pide que bajemos la mirada del cielo a la tierra y que respiremos. Que seamos capaces de velar por nuestro bien y por el de los demás desde el cuidado y el amor. El llamado es primero a estar tranquilas y a confiar en nuestra intuición. Los humanos somos seres de certezas: las rutinas, repeticiones y plazos nos tranquilizan. Por eso, cuando no sabemos qué es lo que viene, tampoco sabemos a qué aferrarnos.

Para lo que queda del año, los planetas y las estrellas nos invitan a disfrutar de la incerteza. De lo desconocido, de lo inesperado. No nos forcemos a saber, a conocer y a controlar. Disfrutemos aunque sea brevemente el descontrol, porque ahí también hay una oportunidad de hacerse preguntas, de cambiar y de crecer.

Escucha: A tu alrededor. Toda opinión –por más distinta a la tuya– puede enseñarte algo.

Tómate: Tu tiempo en opinar. Primero observa, reflexiona y una vez que decante lo que sientes, formúlalo en palabras simples, para que todas entendamos.

Comparte: Lo que tengas a mano, sean bienes materiales o inmateriales. Es importante que estemos juntas.

Cree: Que todo cambio es para mejor. Lo peor que nos puede pasar como individuos y como sociedad es quedarnos estancadas en una idea equivocada de nosotras mismas.