La sofisticación de lo artesanal
Desde hace cinco años que Arte Origen viene rescatando las técnicas de trabajo textil de diversas comunidades de mujeres mapuches, huilliches y aimaras, entre otras, estableciéndose como un espacio de exhibición y venta de piezas de moda únicas hechas con materiales nobles y técnicas ancestrales. No ha sido fácil. "Hemos tenido que hacer un gran trabajo para desterrar la idea de que son prendas para combinar solo con ojotas", dice su fundadora, Daniela Acuña.
Paula 1138. Sábado 4 de enero de 2014.
Desde hace cinco años que Arte Origen viene rescatando las técnicas de trabajo textil de diversas comunidades de mujeres mapuches, huilliches y aimaras, entre otras, estableciéndose como un espacio de exhibición y venta de piezas de moda únicas hechas con materiales nobles y técnicas ancestrales. No ha sido fácil. "Hemos tenido que hacer un gran trabajo para desterrar la idea de que son prendas para combinar solo con ojotas", dice su fundadora, Daniela Acuña.
La comunicadora audiovisual Daniela Acuña (39) vivió en Icalma, Isla de Pascua y San Pedro de Atacama, y conoce Chile de norte a sur. En cada uno de los lugares donde se instaló estuvo cerca de las comunidades locales, especialmente de sus mujeres, atraída por su cultura e identidad, y técnicas de trabajo textil. Después de esa experiencia, Acuña partió a España para estudiar Antropología Audiovisual en la Universidad de Barcelona.
A su regreso, en 2008, Acuña fundó Arte Origen, proyecto cuyo foco está puesto en la sustentabilidad del proceso textil, su arte y técnica manual. Primero tuvo un taller en Reñaca, donde impartió talleres de telar mapuche y convocó a diseñadores de vestuario y orfebres para que trabajaran con materias primas nobles chilenas. Tiempo después, en Santiago, en una casona de Alonso de Córdova, armó un espacio en el que se ofrecían talleres de cerámica, escultura y orfebrería. Hoy tiene una tienda en Vitacura donde vende ropa y accesorios, además de una acotada línea de artículos de decoración. Todo está hecho a mano por mujeres de pequeñas comunidades repartidas por el continente. También están las creaciones de la orfebre Guillermina Antúnez, los trabajos en lana de la artista Angélica del Sante y las esculturas de Daphne Lyon, entre otros.
A cinco años de su fundación, ¿cuál es el objetivo actual de Arte Origen?
Ofrecer una plataforma en que se unan la moda y la ética social. El trabajo que realizan las mujeres de estas comunidades es muy potente en cuanto a su tradición y técnica, entonces el objetivo es llevar sus textiles a los terrenos de la alta moda. Una vez que ellas me entregan los textiles yo invito a distintos diseñadores reconocidos como Gerardo Tyrer, Maricarmen Oyarzún y Francisca Montecinos a hacer propuestas que no están en el retail. Son ediciones limitadas y exclusivas.
¿Cuáles han sido las principales dificultades para sacar adelante este proyecto?
Respecto de nuestra ropa, hemos tenido que hacer un gran trabajo para desterrar esa idea de que son prendas para combinar solo con ojotas o polleras artesanales. Esta es ropa que tiene un valor agregado y eso hay que enseñarlo. Si bien en Chile estamos viviendo un reencantamiento con lo artesanal, la gente aún no se lo cree del todo y cree que es algo que está de moda y pasará de moda. Pero es cosa de ver qué sucede en Perú y en Colombia, donde lo hecho a mano tiene un valor importantísimo. Las personas deben entender que una pieza artesanal, bien hecha, es una pieza única con un proceso de elaboración irreproducible.
"El trabajo que realizan las mujeres de estas comunidades es muy potente en cuanto a su tradición y técnica, entonces el objetivo es llevar sus textiles a los terrenos de la alta moda", dice Daniela Acuña.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con las mujeres de estas comunidades?
Hemos tenido que incentivarlas a que vuelvan a valorar sus creaciones y sus técnicas, y que trabajen con procesos más acuciosos, porque esa meticulosidad es la que han perdido con el tiempo. Otro desafío es enseñar a estas comunidades la necesidad de hacer una iniciación de actividades o, en algunos casos, abrir una cuenta corriente.
Vestido de la marca Roberta, de la diseñadora valdiviana Daniela Hoehmann, inspirado en la diablada del norte de Chile. Está hecho a mano con viscosa y materiales reciclados. $120.000.
Vestido de la diseñadora Francisca Montecinos con bordados hechos por mujeres índígenas del Cuzco. $ 85.000.
Kimono de Francisca Montecinos confeccionado con un textil antiguo de Guatemala. $ 220.000.
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