paula 1198, Especial Madres. Sábado 23 de abril de 2016.
En segundo básico, la profesora de Ciencias Naturales nos pidió que averiguáramos si habíamos nacido por parto natural o por cesárea. A la clase siguiente, yo no levanté la mano en ninguna de las dos respuestas. Entonces me preguntaron: 'Vale ¿y tú?'. Y yo respondí: 'es que todas ustedes nacieron por la guata de su mamá. Yo nací por el corazón'. Desde que tengo uso de razón, sé que soy adoptada. Y mis papás siempre me lo explicaron así, con palabras bonitas. Hace un par de años mi papá me contó que en ese tiempo iban juntos al sicólogo para saber cómo enfrentar la situación de explicarle a un hijo que es adoptado. Lo hicieron increíble.
A medida que yo iba creciendo, me iban entregando más información: me adoptaron en Osorno, en el hogar Dame tu Mano y entre todos los niños que estaban ahí, me eligieron a mí. A mi papá le gustaron mis facciones (lo que me parece ridículo porque tenía apenas 5 meses), mientras que a mi mamá lo que la conquistó fue la manera en que yo la miraba. Era la única de las guaguas que no lloraba, solo la miraba fijamente como diciéndole: 'llévame contigo'. También, con mucho amor, me explicaron que yo venía de otra familia que por algún motivo no me pudo tener, pero que habían sido muy generosos en dejarme en adopción para tener el cariño de otros padres.
Ellos tuvieron una hija, mi hermana mayor, que hoy tiene 37 años, y después intentaron pero no pudieron tener más. Un ginecólogo les dijo que por la calidad de los espermios de mi papá, era muy difícil que pudieran volver a tener hijos. Entonces decidieron adoptar. Primero a mi hermano Cristóbal, quien es de Santiago, y tres años después, a mí. Supuestamente yo era la última. Pero de milagro mi mamá se quedó embarazada de mi hermano chico, Nicolás.
En el colegio sufrí por mis apellidos. Los dos –Poppe y Mengers– son alemanes. Y la gente me preguntaba por qué era tan morena si era descendiente alemana. A mí me daba lata explicarle a todo el mundo que era adoptada, entonces tenía dos justificaciones. ¿Cómo el futbolista Michael Ballack es alemán y moreno? Y lo otro, simple: mi mamá era mitad chilena, mitad alemana, entonces yo saqué los rasgos chilenos. Sí me costaba un poco asumirlo, porque miraba a mis compañeras y todas tenían su genética, se parecían a su mamá o a sus hermanos. Eso me daba un poco de pena.
Así como sé que soy adoptada desde que tengo uso de razón, también siempre supe que mi mamá estaba enferma y que se iba a morir. Casi no la recuerdo antes de la enfermedad. Solo tengo grabado en mi mente un día que se desmayó, mi papá la llevó a la clínica y ahí empezó todo: cáncer al colon, ramificación, metástasis. Mis recuerdos con ella son en la Clínica Alemana, para mí, esa era su casa.
Un día llegó hasta nuestra casa en Vitacura una fiscalizadora. Venía a asegurarse de que yo estuviera viviendo en buenas condiciones. Mi mamá sabía que lo de su enfermedad podía ser una razón para que me devolvieran al hogar en Osorno. Entonces se sacó todos los cables, se desconectó la sonda, se levantó de la cama en la que estaba prácticamente postrada hace meses, escondió a la enfermera que la acompañaba día y noche y se fue a acostar a la cama matrimonial. Todo para que pareciera un simple resfrío. Me apretó la mano y me dijo: 'Vale, tranquila. Todo va a estar bien. Cualquier cosa nos escapamos a México. Yo no voy a dejar que te alejen de nosotros'. Nunca voy a olvidar ese momento. Ahí, a los 7 años, parada al lado de su cama, apretándole la mano, entendí que ningún lazo de sangre puede ser más fuerte que estar dispuesto a dar la vida por el otro.
Dos años después de ese episodio, mi mamá murió. Yo me rebelé contra el mundo. No entendía el sentido de la vida. ¿Por qué justo me adoptó una mamá que iba a morir 9 años después? ¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué a mí? ¿Por qué no pude disfrutar más a mi mamá, conocerla más, saber lo que le gustaba, lo que le molestaba, sus mañas? Son preguntas que hasta hoy no puedo responder.
"Cuando cumplí 18 me metí a los documentos de mi papá escondida y saqué mi certificado de adopción. Ahí estaba el nombre y rut de mi mamá. Fui a los Carabineros para que me ayudaran a encontrarla".
A mis compañeras las pasaba a buscar la mamá al colegio. Y estaban todo el día con ella. Me daba entre envidia y rabia. También lo pasaba mal para el Día de la Madre, porque nos hacían hacerle manualidades. Yo se las entregaba a la empleada doméstica de mi casa. Y algo que fue muy duro para mí, cuando me llegó la menstruación no supe a quién contarle.
A los 15 años le dije a mi papá que quería conocer a mi familia biológica. Me inundaron las típicas dudas existenciales de la edad, pero en mi caso aumentadas al triple: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Tendré alguna enfermedad heredada? Me pasaba que en las clínicas me preguntaban mis antecedentes familiares de enfermedades y no sabía qué responder. Mi papá se negó rotundamente. Yo le explicaba que no quería conocer a mi mamá biológica para llenar el vacío de la adoptiva, sino que para agradecerle que me haya dado en adopción en vez de abortar. Ella me dio la vida. Mi hermano Cristóbal, por el contrario, siempre ha tenido rabia con sus papás biológicos. Siente que lo abandonaron.
Cuando cumplí 18 me metí a los documentos de mi papá escondida y saqué mi certificado de adopción. Ahí estaba el nombre y rut de mi mamá. Fui a los Carabineros para que me ayudaran a encontrarla. Pero había muerto hace tres años, justo cuando yo le estaba diciendo a mi papá que quería conocerla. Ahora me pregunto: '¿será que se estaba acordando de mí cuando estaba agonizando y por eso sentí esa inquietud?' Creo en esas energías. Averigüé sobre mis abuelos, también estaban muertos. Y de sus 8 hermanos, solo 2 están vivos. Hablé por teléfono con una tía, pero se había ido a los 15 de la casa, así que no pudo darme muchas respuestas.
"Imprimí su foto de carné, la única que tengo de ella, la agrandé y la colgué en un cuadro en mi pieza. Y dije: 'bueno, hasta aquí llegó mi búsqueda. No tengo nada más que hacer'".
Están mis dos madres muertas. Pero la noticia de la biológica no me impactó tanto. No fue una pérdida. Nunca la tuve. Solo quería agradecerle. Imprimí su foto de carné, la única que tengo de ella, la agrandé y la colgué en un cuadro en mi pieza. Y dije: 'bueno, hasta aquí llegó mi búsqueda. No tengo nada más que hacer'.
Me gustaría ser mamá alguna día. Igual que la mía, me gustaría tener algunos yo y otros adoptarlos. Me parece lo más lindo del mundo. ¿Sabías que al nacer te asignan un rut y te inscriben con un nombre? Bueno, cuando te adoptan el rut cambia, porque tienes otros padres y es como volver a nacer. Nuevo nombre, nuevo rut, nueva familia. ¿No te parece maravilloso?
A veces siento a mi mamá. Cuando una brisa fuerte me pega en la cara, siento que es ella".