Paula 1159. Sábado 25 de octubre de 2014.

Este plan de alimentación, basado en bajar al máximo el consumo de alimentos ácidos para privilegiar otros del tipo alcalinos, tiene como objetivo regular el pH del organismo para así potenciar sus funciones. Mientras los grandes aliados de esta dieta son las hojas verdes y frutos secos, los principales enemigos son el azúcar y las grasas.

La dieta alcalina es un sistema de alimentación basado en el consumo de alimentos que contengan alta alcalinidad, es decir, principalmente hojas verdes crudas y alimentos bajos en grasas y con bajo contenido de azúcar, que ayuden a lograr que el pH del organismo tenga un nivel de 7,4, es decir, muy próximo al neutro, de acuerdo a una escala de 0 a 14 (bajo 7 es ácido; 7 es neutro y sobre 7 es alcalino). Esto, a largo plazo, provocaría el mejoramiento de las reacciones químicas del cuerpo y, como consecuencia, lo beneficiaría en al menos cuatro puntos fundamentales:

1.- Antiage: el pH normal de la sangre es de 7,36, pero con la dieta ácida diaria (azúcares, carnes rojas, grasas y alimentos procesados) y las funciones metabólicas, baja a menos de 7, generando un organismo ácido (con baja alcalinidad), en el que las células se deterioran precozmente, es decir, se acelera el envejecimiento.

2.- Energizante: los nutrientes que entregan los alimentos alcalinos (potasio, sodio, calcio y magnesio) son una inyección de energía para el organismo debido a que mejoran el funcionamiento celular.

3.- Fortalece el sistema inmune: la sangre acidificada es un medio propicio para que virus y bacterias se hospeden en ella, porque contiene menos oxígeno y se vuelve más espesa, dificultando el transporte de nutrientes y desechos. Las células empiezan a vivir en medios tóxicos. Los nutrientes de los alimentos alcalinos generan justamente lo contrario.

4.- Controla el peso: aunque bajar de peso no es el objetivo de esta dieta, como consecuencia de su implementación se logra una pérdida del porcentaje de grasa. Los cambios, en este sentido, comienzan generalmente a registrarse a partir de la segunda semana.

La práctica de actividad física al menos cuatro veces por semana potencia los beneficios de la dieta alcalina, ya que quemar grasas es sinónimo de eliminar los depósitos de fuentes ácidas. Lo ideal es un entrenamiento de alta intensidad y de corta duración como el crossfit.

Cómo medir el pH

Se mide con un examen de orina simple o con el uso de tiras reguladoras de pH, ambos en laboratorios clínicos.

Los alimentos alcalinos

La dieta alcalina debe organizarse en etapas. En la primera (4 o 5 días) no debe consumirse ninguna proteína animal (ni carnes, ni huevos, ni lácteos). Durante la segunda, y definitiva, se retoma la proteína animal, pero acotada a un 20 por ciento del consumo.

-Verduras: las más alcalinas son las de hojas verdes, entre más oscura mejor, debido a su contenido de clorofila (rúcula, acelga, espinaca, lechuga), que deben consumirse de preferencia crudas. Otras a considerar son la zanahoria, el repollo, los champiñones, el pepino, el pimentón, el apio, la palta y el tomate. Las papas también califican.

-Legumbres: lentejas y garbanzos.

-Semillas y frutos secos: semillas de calabaza y de girasol, almendras y avellanas.

-Frutas: limón, naranja y pomelo son las frutas más alcalinas. Si se va a elegir otra, lo ideal es que no esté muy madura, ya que en ese estado tendrá un mayor contenido de azúcar. Hay que consumir mínimo tres diarias. Se recomienda tomar un litro de limonada al día endulzado con stevia. Esto ayudará significativamente a alcalinizar el pH por su alta dosis de vitamina C.

-Cereales: arroz integral, quínoa y mijo.

-Especias: cúrcuma, curry, jengibre, mostaza y pimienta negra.

-Sales: sal de mar y sal del Himalaya (sal mineral orgánica de color rosado).

-Aceites: oliva, pepita de uva y palta.

-Otros: vinagre de manzana, té verde, té blanco, lecitina de soya (sustancia lipídica que se extrae del poroto de soya), stevia.

Un día tipo

Desayuno

1/2 taza de quínoa inflada sin azúcar (pipoca de quínoa) con 200 ml de leche de almendra y una fruta, como kiwi, manzana verde o naranja. A elección, agregar un pan integral de centeno sin tostar con la mitad de una palta pequeña sin aliñar. Tomar un jugo de apio y perejil (agua con un tallo de apio más media taza de perejil picado) o uno de acelga y espinacas (media taza de hojas picadas de acelga y la otra mitad con hojas de espinaca).

Almuerzo

La mitad del plato con quínoa o legumbres. La otra mitad pueden ser hojas verdes, acompañadas de medio tomate y un tallo de apio o 200 g de repollo. A esto agregar una pequeña porción de carne blanca (90 g de pechuga de pollo o pescado). Para tomar, una limonada.

Cena

Lo ideal es un plato de sopa de verduras (media taza de espinaca, media de acelga, una mata de apio y media taza de perejil con cebolla). Otra posibilidad es un plato completo de hojas verdes, con frutos secos y semillas. De líquido, limonada.

Alimentos ácidos que hay que eliminar o disminuir

-Azúcar en todas sus variedades: es el alimento más acidificante.

-Carnes: hay que erradicar las carnes rojas y el cerdo, y acotar a una vez por semana el consumo de carnes blancas (aves y pescados).

-Huevos.

-Lácteos de origen animal.

-Arroz y pastas blancas.

-Harinas refinadas y sus derivados.

-Bebidas gaseosas (principalmente colas).

-Alcohol y café.

-Frituras.

Consejos para una buena dieta alcalina

1.- De a poco: no deshacerse de todos los alimentos ácidos de una vez, será muy difícil. Debe ser una transición lenta, e iniciar la dieta mediante la eliminación de un alimento ácido cada semana. Las primeras semanas tratar de hacer una sola comida alcalina por día.

2.- 80/20: que no toda la dieta sea 100% alcalina. El objetivo siempre debe estar en 80% alcalino y 20% ácido –pequeñas porciones diarias o mitad del plato una vez por semana–.

3.- Adaptar las recetas tradicionales: las viejas recetas se pueden hacer más alcalinas mediante el intercambio de alimentos ácidos por más alimentos alcalinos: reemplazar pastas y arroz por integrales o quínoa y aceites comunes por aceites de oliva.

* Para la elaboración de este artículo fueron entrevistados la nutricionista Noelle Litvak, especialista en dieta alcalina del Centro de Salud Holística Sanar (www.sanarchile.cl) y el doctor Ivo Vukusic, especialista en fenomenología médica y director del Instituto Chileno de Fenomenología Médica.