Aunque la alergia se asocia a la primavera, al polen, el pasto y los plátanos orientales, lo cierto es que en invierno abunda otro tipo de alergias, que en una situación donde lo que se recomienda es salir lo menos posible, se vuelve más complicada: las alergias dentro del hogar. Y es que quizás ya no estemos tan expuestas al polvo y los hongos presentes en algunos aires acondicionados de oficinas, pero sí a otros alérgenos más domésticos e igualmente molestos.
“Estos alérgenos están adentro de la casa, en los ácaros del polvo, los hongos intradomiciliarios presentes en la humedad, las plumas de almohadas, sillones y cubrecamas, y también provienen de las mascotas”, dice Carla de la Fuente, inmunóloga especialista en Medicina Biorreguladora.
Los más comunes son los ácaros, lo que es preocupante porque están presentes, principalmente, en el dormitorio: en el colchón, las almohadas y los plumones de pluma. ¿Qué se puede hacer al respecto? “En relación al medioambiente, hay ciertas cosas que tienen efecto, como aspirar el colchón con aspiradoras que tengan filtro HEPA o aspiradoras de agua”, dice la especialista, y añade: “Las almohadas deberían cambiarse cada seis meses, mientras que el aspirado del colchón debiera ser periódicamente, con énfasis en invierno, que es cuando aumenta la carga de ácaros. También se recomienda usar fundas para plumones y almohadas que sean anti ácaros, y no usar ropa de cama de lana ni de pluma”.
Por otro lado, si en casa hay un alérgico a las mascotas, y tenemos una o más, la especialista recomienda tener un tipo de piso que se pueda limpiar fácilmente con un paño húmedo, para así sacar el polvo y las caspas. “Da lo mismo el largo del pelo de la mascota”, dice De la Fuente: “Pero si el perro o gato es muy peludo, se corre el riesgo de que entre un pelo a una nariz inflamada, y eso va a derivar en una respuesta mayor de molestia, pero no es más alergia. No existen estudios que demuestren que haya perros o gatos que den menos alergia que otros”.
Pero más allá de lo que uno puede cambiar del medioambiente para evitar las alergias, existen formas de cambiar a nuestro propio organismo para que responda a ellas de mejor manera. Y esto, aunque suene extraño, está muy relacionado con el intestino. “En la mucosa del intestino hay muchas células del sistema inmune. Si el intestino está inflamado, esto se traslada al resto del cuerpo”, dice la inmunóloga.
Según explica, alimentos como el azúcar, procesados, con alto contenido de químicos, gluten o lácteos pueden inflamar la mucosa intestinal, lo que se verá reflejado en el resto del cuerpo, por lo que se recomienda bajar su consumo y priorizar alimentos naturales.
Desde su enfoque biorregulador, De la Fuente explica que hay fármacos que pueden ayudar a que se genere una inmumomodulación, para que las personas tengan una mejor respuesta ante los alérgenos. Acá destaca a Adrisin, de Heel, el cual “hará que disminuya la inflamación de la mucosa. También apoya a una mejor respuesta antiestamínica. La gracia que tiene este fármaco es que no bloquea las respuestas del organismo, como los medicamentos tradicionales, sino que modula esas respuestas, por lo que no tiene efectos adversos, como el clásico sueño. Hace que el cuerpo haga un viraje hacia una respuesta menos alérgica, volviendo al cuerpo a un equilibrio, para que responda como lo haría con un sistema inmune sano”.