Jorge cree que los seres humanos llevamos monstruos dentro. Por eso, cuando lo invitaron a realizar los efectos especiales de Feroz, la nueva teleserie de Canal 13, que va de hombres lobos, con los actores Cristián Campos y Patricia López, aceptó. Cómo no iba a hacerlo si la figura del hombre lobo le permite usar las técnicas que domina con soltura, esta vez para cautivar a un público masivo, y mostrar el lado animal de las personas, apoderarse de la metáfora de las transformaciones y transmitir el dolor de la pelea de cada uno con su monstruo interno: su hombre lobo.
En Feroz, a los personajes les salen pelos, cambian sus dientes por colmillos y sus uñas por terribles garras. De eso se encarga Olguín, el maestro chileno del género de terror. ¿Cómo llegó a este podio? Pase y lea.
Ropa negra
Érase una vez un adolescente solitario. Se llamaba Jorge. Tenía miedo, mucho miedo a la gente, pero no se lo decía a nadie. El ser humano es un animal muy extraño: con el resto de las especies se pueden establecer patrones de conducta, pero con el hombre nunca se sabe lo que hará, deducía Jorge.
El adolescente encontró en las películas de Hitchcock el sustento de sus inquietantes pensamientos. Sus personajes expresaban la misma visión pesimista que rondaba por su cabeza. La misma paranoia. Un día empezó a vestirse de negro. Detectó que era fácil de combinar pero, en el fondo, escogió el luto permanente para neutralizar su apariencia.
Los colores atraen miradas y Jorge no quería eso. Prefería la distancia. El adolescente creció y, vestido de negro y con su miedo a la gente a cuestas, a los 25 años hizo su primera película, Ángel negro, con gente que moría ensangrentada y un asesino misterioso. Olguín se
inspiró en sus recuerdos del colegio, en la agresividad de las relaciones de sus compañeros de curso, en su sensación de no pertenencia. Gran parte del rodaje se hizo en el Instituto Médico Legal, lleno de cadáveres. Paseó la película por los festivales de cine fantástico de
Montreal, Portugual y Barcelona, entre otros. Fue editada en DVD en Estados Unidos y la cadena norteamericana HBO de televisión la compró para emitirla en inglés. Cinemax la transmitió en castellano. Luego, filmó en Chile Sangre eterna, una película sobre un grupo de
adolescentes que pierde la noción de la realidad en un juego de rol de vampiros, mucho antes de que estos engendros se pusieran de moda. Su propósito era hacer visible su obsesión: los monstruos que habitan en cada uno de nosotros y la violencia de la realidad.
Para esto empleó efectos especiales hechos en Chile y la película recibió premios como mejor actuación y mejores efectos de maquillaje en el festival de Cine de Terror de Los Ángeles Screamfest L.A. A Jorge, el adolescente que quería hacerse invisible detrás de su ropa negra, lo enfocan las cámaras de todo el mundo.
La maldición de El Caleuche
Jorge no se encandila y sigue filmando. Hizo Solos, una película sobre un grupo de niños que debe sobrevivir en un mundo hostil, huyendo de extraños militares que matan a gente que después se convierte en zombi.
En ningún momento deja de pensar en la extraña condición humana, en el insoportable abismo entre el hombre y la naturaleza, en la mostruosidad interna del ser humano. Olguín está seguro de que en la naturaleza está la explicación de los miedos de los seres humanos, los mismos que él teme. Así nació El Caleuche. El llamado del mar, una película que le ha costado seis años de trabajo y que todavía no consigue estrenar, pese a que los protagonistas son los cautivantes e internacionales actores chilenos Leonor Varela y Santiago Cabrera. A Olguín no le preocupa, porque intuye que la película necesitaba todo
este tiempo, todo este dolor. Como en una maldición. A estas alturas, Olguín sabe que puede usa la naturaleza para sembrar el terror entre los espectadores: en ella está la fuente de lo fantástico y de lo más perturbador, dice. Y le va a sacar partido en su próximo
proyecto cinematográfico, Los elementales, que quiere filmar justo en la época en que ninguna productora quiere hacerlo: pleno invierno, con días grises, vientos huracanados y lluvia.
Hoy está sumido de lleno en su rol en Canal 13 y, aunque no lo parezca, sigue siendo el antisocial vestido de negro. Tiene pocos amigos y una loba. Sigue evadiéndose frente a una pantalla. Le gusta ver El mago de Oz y las viejas películas de Walt Disney.·