Los permisos postnatales para padres

Un reciente estudio del Centro Internacional de Políticas para el Crecimiento Inclusivo y la UNICEF sobre maternidad y paternidad en los lugares de trabajo en Latinoamérica, reveló datos que nos invitan a reflexionar a propósito del Día del Padre: sólo Chile, Cuba y Uruguay cuentan con permisos postnatales pagados para papás, que en ningún caso superan los 5 días. Una realidad que va en el sentido contrario a la necesaria corresponsabilidad, pues interfiere en sus posibilidades de hacerse parte de los cuidados diarios y de dedicar tiempo exclusivo al vínculo con su recién nacido.

¿Cómo incentivamos la presencia del padre y su participación en la crianza? El precario postnatal para papás es un dato que nos abre esta pregunta, pero que no se agota en ello, pues también es necesario pensar en la corresponsabilidad y coparentalidad en un amplio espectro de situaciones: cómo facilitamos que los papás asistan a los controles prenatales de sus hijos e hijas, que los puedan llevar a sus controles médicos luego del nacimiento, y en definitiva, cómo promovemos que los padres se sientan igual de responsables que las madres en el cuidado de sus hijos.

La presencia y la participación activa de los papás en la crianza de los niños es de gran importancia para la construcción de relaciones sanas dentro de las familias, y particularmente para poder pensar en una maternidad más saludable y menos solitaria. Hoy tenemos índices de salud mental materna que nos preocupan, y podemos identificar la soledad de las madres en cuanto a que la responsabilidad del cuidado y la crianza recae muchas veces exclusivamente en ellas como parte de los factores causantes de ese malestar. Promover una paternidad activa y responsable es también apoyar a las mamás.

Promover incentivos para una presencia paterna activa es tarea de múltiples actores sociales, no sólo de la familia y la manera en que distribuyen sus responsabilidades. La extensión del postnatal del padre es sólo uno de estos incentivos. Necesitamos que legisladores, y quienes están pensando las políticas públicas de desarrollo en infancia, trabajo, género y educación incorporen la corresponsabilidad parental en los planes y programas que de ellos dependan. Así como hay una política de género transversal, debería existir la de corresponsabilidad.