Paula 1167. Sábado 14 de febrero de 2015.
Es el hito más importante de su carrera. Este 17 de febrero, Lupe Gajardo muestra su última colección de vestuario en la Semana de la Moda de Nueva York, convirtiéndose en la primera diseñadora chilena que llega a esta influyente pasarela. ¿Cómo lo logró? Una pasantía en el taller neoyorkino del artista Sebastián Errázuriz le dio algunas claves para dar ese salto.
La diseñadora chilena de vestuario Guadalupe Gajardo (27), conocida como Lupe, no lo podía creer: el 2 de octubre pasado, recibió un mail en el que Iconcept Media –una de las agencias encargadas de recopilar nuevos nombres para la Semana de la Moda de Nueva York (NYFW)– la invitó a ser parte de este evento. Una pasarela que para muchos es la más importante del mundo y que ella sólo creía posible en sueños. Pero que ese día, cuando la agencia reconoció que su trabajo tenía potencial para entrar en el mercado norteamericano, se hizo realidad. "La Semana de la Moda de Nueva York es mi predilecta: amo esa ciudad y la libre expresión de sus calles. Era mi máxima aspiración, mi sueño. No puedo pedir más", dice la diseñadora, que desde ese momento se encerró en su taller de Providencia por cuatro meses para confeccionar la colección otoño-invierno 2015 ready to wear que estrenará en el Lincoln Center este 17 de febrero, el icónico escenario donde se llevará a cabo el espectáculo neoyorquino en el que Lupe compartirá pasarela con diseñadores de la talla de Carolina Herrera y Michael Kors.
Pero antes de llegar hasta aquí, Lupe fue brillando poco a poco: tras egresar de Técnico en Diseño de Vestuario en el Instituto Incacea de Viña del Mar hizo su práctica con el diseñador Miguel Ángel Guzmán y un año después, en 2010, lanzó su marca Lupe Gajardo. En 2013, fue la única chilena en el showroom de la Berlin Fashion Week; y en Vogue Italia y Vogue Latinoamérica la entrevistaron y la catalogaron en sus páginas como un "talento de trabajo artesanal con prendas de siluetas sencillas y rigurosas". Todo eso es lo que rescató la agencia estadounidense cuando el 2 de octubre pasado la reclutó para la NY Fashion Week.
He tenido que trabajar mi seguridad, porque ha sido difícil asumir que me validan en la NY Fashion Week. Encuentro muy bueno lo que hago pero, a veces, no sé si tanto. Miro mi pequeño taller, en una pequeña calle de Providencia, y pienso que no es proporcional a los talleres de los diseñadores con los que voy a compartir pasarela. Pero después me acuerdo que los que vieron potencial en mí fueron ellos y me quedo más tranquila", dice Lupe.
Cuando Lupe fue convocada a la pasarela neoyorquina, lo primero que hizo fue llamar a su amigo y socio, el ingeniero comercial, Raúl Molina, que vive en Manhattan. Y que al escucharla, de inmediato se ofreció para actuar como su representante. Jugó un rol primordial: la propuesta inicial de la agencia Iconcept Media era que Lupe participara en la plataforma Milk, solo para diseñadores emergentes. Pero Molina, sin el consentimiento de la diseñadora, se arriesgó y le dijo a la agencia que no les interesaba Milk, que solo irían a Nueva York en caso de que la colección de Lupe fuera mostrada en la plataforma más grande e importante: la Mercedes Benz Fashion Week. "A mí no me importaba la plataforma, solo quería estar ahí, donde fuese. Pero Raúl estaba muy seguro de lo que hacía. Y terminamos postulando a esa sección ", recuerda la diseñadora.
Los días que vinieron fueron muy tensos por causa de la osadía de su amigo: tuvo que enviar su currículum, biografía, look book, portafolio y cinco prendas físicas –casuales y elegantes– de colecciones anteriores, como un vestido blanco invierno de alta costura confeccionado con algodón orgánico peruano. Dos meses y medio después, el 18 de diciembre, Lupe recibió la respuesta que esperaba: obtuvo uno de los diez cupos que la firma alemana Mercedes Benz reserva para diseñadores emergentes en la ansiada plataforma de la Semana de la Moda, en la que participan más de 500 casas de diseño consolidadas, como Lacoste, Hugo Boss y Ralph Lauren.
Lupe lloró de emoción. Desde ese mismo día, no hizo otra cosa que trabajar. Encerrada en su taller de Providencia y con la ayuda de cuatro practicantes, dos diseñadoras de vestuario y algunas tejedoras externas, pasó maratónicas jornadas sin despegarse de la máquina de coser: de 5:30 a.m. a 10 p.m. "Con la emoción tenía mucha adrenalina y más energía que nunca", cuenta.
Algo de esa colección que la desvelaba ya estaba de alguna forma en su cabeza: materiales, formas e ideas fueron inspiradas por una pasantía que en 2014 hizo con el artista visual y diseñador chileno radicado en Nueva York, Sebastián Errázuriz.
Inspiración neoyorquina
Para viajar a Nueva York en 2014 Lupe cerró su atelier. Dejó de recibir pedidos y partió a la gran manzana, donde estuvo desde mayo a julio trabajando en el taller de Sebastián Errázuriz. "Llevaba cinco años con los dedos en la máquina. Necesitaba organizar mis ideas", cuenta.
Allí restauró antiguas obras de Errázuriz, trabajó en diseño digital y aprendió los secretos del oficio de un top line, como se denomina en Nueva York a los artistas y creadores de primera línea: trato personalizado e íntimo con la clientela. "Hay una dedicación para cada uno y un nivel de discusión mucho más elevado. Aunque Sebastián hace muebles, intervenciones y cosas distintas a las mías, aprendí que esa debía ser la forma de trabajar", afirma Lupe.
Por esos días, también se dedicó a recorrer la ciudad y a encantarse con sus contrastes y extravagancias. "Caminando por la Quinta Avenida, afuera de la tienda Louis Vuitton, me encontré con un mendigo. Esa convivencia de contrastes me apasiona, porque el mundo es así y en mi colección trato de demostrarlo: prendas lujosas visualmente, pero a la vez muy sencillas en colores y materiales", explica la diseñadora sobre la línea que presentará en la NYFW.
"La Semana de la Moda de Nueva York es mi predilecta: amo esa ciudad y la libre expresión de sus calles. Era mi máxima aspiración, mi sueño. No puedo pedir más", dice la diseñadora.
Las prendas que Gajardo realizó para los 40 looks que mostrará durante 20 minutos en la pasarela Mercedes Benz son 80. La colección –que es la novena de su carrera– comprende poleras, faldas, vestidos, abrigos y pantalones, todas con siluetas anchas y trabajadas con la técnica de capas sobre capas.
La diseñadora ocupó algodones peruanos que trajo de una expotextil en Lima, orgánicos y teñidos al natural, sin químicos ni brillos. También integró plumas, que recolectó durante su estadía en Nueva York, y jeans reciclados, además de arpilleras y sedas de la India. La paleta de colores es amplia pero acotada: blanco invierno, vicuña, verde agua, una gama de azules –desde el celeste claro hasta el azul marino–, toques de mostaza y su infaltable negro. Además, esta es la primera vez que incursiona en el mundo de los accesorios: diseñó carteras, cinturones y zapatos que fueron fabricados por la marca chilena Bestias.
Lupe Gajardo confeccionando un vestido hecho con plumas traídas de Nueva York.
La moda según Lupe Gajardo
La moda es… un medio para reforzar la identidad donde no hay prejuicios: transmite a cabalidad los procesos sociológicos que suceden y, además, se adelanta a ellos. Pero para mí también es funcional: en mi día a día, por ejemplo, me visto de jeans y de negro todo el tiempo porque me entrega comodidad, no porque esté de moda.
Un referente en el mundo del diseño es… el colombiano Haider Ackermann. Ha sido un gran rupturista de siluetas en los últimos años. Es el propulsor de oversized fashion, con caídas grandes pero que mantiene una linda silueta. He sacado varias ideas de él. Me encanta.
Lupe Gajardo tiene su taller suspendido para las clientas hasta marzo, donde vuelve con su showroom ubicado en Providencia, previo aviso a su mail: contacto@lupegajardo.com. www.lupegajardo.com