Manicure con polvo: la tendencia que cuida las uñas
En enero de este año se publicó un estudio de la Universidad de California en conjunto con la Universidad de Pittsburgh de Estados Unidos, que concluía que la exposición a la luz ultravioleta (UV) de las lámparas de uñas podría dañar el ADN de las células humanas. Y si bien no concluye cuál sería la periodicidad para evidenciar un daño real, sí alertó a muchas mujeres sobre la frecuencia con que se hacían esta manicure.
“Muchas mujeres consultan por cambios de coloración de las uñas, fragilidad y sensibilidad aumentada luego de períodos prolongados de uso de este tipo de manicure. Lo ideal es usarlo en forma esporádica o con periodos de descanso no menor a un par de semanas”, explica Tatiana Riveros, dermatóloga de Clínica Alemana. Pero agrega: “Las uñas también se dañan porque muchas personas solo “arrancan” el esmaltado y no lo retiran como debe ser”.
Pilar Larrain, fundadora de Amano, agrega que la luz que se ocupa es tan suave, poco potente y de tan corta exposición que no representa ningún peligro al usarlo quincenalmente. “Además si nos ayudamos aplicando factor solar en nuestras manos, esto no representaría ningún riesgo para la salud”, asegura.
Dip powder: lo nuevo
Para quienes busquen alternativas a la manicure permanente, el Dip powder es una técnica que cada vez consigue más adeptas. En términos simples, y tal como lo dice su nombre en inglés, significa “sumergir la uña en polvo”. Se trata de un esmaltado que en lugar de usar una pintura líquida, se hace mediante un polvo acrílico hecho de polímero y resina, que se va pegando a las uñas en distintas capas hasta lograr el tono y efecto deseado.
“El Dip Powder no es algo nuevo en el mundo de la manicure, fue creada en los años 90s y si bien el “dipping” es una técnica muy conocida en Estados Unidos, acá en Chile era prácticamente desconocida. Es una híbrido entre una manicure tradicional y un acrílico, pero a diferencia del acrílico es menos invasivo para la uña”, explica Constanza Costa, directora creativa de Fedora Nail Spa, donde usan esta técnica hace dos años.
La dermatóloga de la Clínica Alemana Lía Hojman lleva cerca de un año haciéndose las manos con esta técnica. “Dura más que el esmalte permanente, en especial para quienes por nuestro trabajo nos lavamos mucho las manos. Además, no requieren curado con lámpara UV para secar. Este último punto es fundamental porque hay reportes de aumento de lesiones premalignas y cáncer de piel en dorso de manos en personas que se hacen manicure permanente sin protegerse con guantes anti UV o fotoprotector”, explica.
El proceso es así: con la uña ya limada, se le aplica una base adhesiva y luego se mete el dedo en un frasco con polvo muy fino del color deseado, dos o tres veces. Por último, se utiliza un sellante para proteger y dar brillo. Por higiene, solo se aplica en manos -no en pies-, y se pueden lograr diferentes efectos desde un degradé hasta la tradicional francesa.
El retiro es igual que en la permanente, se lima la parte más superficial de la uña y se coloca en la uña algodón con acetona y se envuelve en papel aluminio, dejándolo actuar por algunos minutos.
“Es preferible hacer períodos de descanso entre aplicaciones del dip, pero más que por el polvo y el esmalte, porque el retiro es traumático para las uñas, ya que se usa acetona que deshidrata la lámina ungueal. Sin embargo en este punto, también el dip es mejor que el esmalte permanente, ya que requiere menos desgaste mecánico”, agrega Hojman.
Para evitar posibles infecciones, se aconseja evitar al máximo cortar la cutícula, prefiriendo solo repujarla.
Si no se quiere someter a las uñas a tanto “estrés” o para hacer una pausa, los expertos recomiendan el esmaltado clásico, pero revisar las marcas que se usan para ver, por ejemplo, si se pueden usar en embarazadas.
¿Dónde?
$39,000 en Tiendas Amano
$36.900, Fedora Nail Spa
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