Manuela Infante cambia el teatro por un concierto desquiciado

No es una obra de teatro, es un concierto. La actriz Paly García (Gloria) interpreta a un coro griego completo y desde el 4 de julio narrará al público del GAM la tragedia griega de Idomeneo, quien está condenado a matar a su propio hijo. "Paly es la vocalista", dice la directora Manuela Infante (Suárez, Estado vegetal).

Como en una banda musical, junto a Paly estará el músico Diego Noguera cambiando y distorsionando la voz de la actriz con samplers y sintetizadores. "Tiene el nervio del concierto, del error. Todo está sucediendo ahí mismo", explica Noguera. "La Paly no es un coro, pero se comporta como tal. No es un personaje, es una cantante. Con ella trabajamos el límite entre el texto cantado y hablado", replica Manuela.

Para Idomeneo estudió El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, de Nietszche, y ha visto muchos conciertos. "El origen de la tragedia es el coro que le canta al público. Antes no existían el diálogo ni el realismo en el teatro", señala la directora.

¿Qué te atrajo de esta versión moderna de una tragedia griega?

El texto del dramaturgo alemán Ronald Schimmelpfennig despercude el mito original de su dimensión supersticiosa y hace una lectura materialista, marxista. Más que hablar de un personaje que no le responde a los dioses, se trata del poder, de quien tiene el derecho a decidir la vida o la muerte de los otros. La obra baila alrededor de la idea del sacrificio humano, del rito de negociar sobre la capacidad de matar o no del hombre.

A un año y medio de cerrar su compañía Teatro de Chile, Manuela Infante sigue siendo una de las directoras chilenas más innovadoras, con nuevas propuestas escénicas y mezclas de lenguajes, híbridos entre la intensidad de lo clásico y las posibilidades de la tecnología actual.

¿Cuáles son los desafíos que asumirá Paly García?

En Idomeneo, la Paly es un sátiro contemporáneo, un frontman como Marilyn Manson, Nick Cave o Arca, que están siempre entre lo ritual y al borde de salirse de control. El coro griego cantando es un espacio de lo fiestero, lo dionisíaco, lo poético y lo sensorial. La obra de Schimmelpfennig tiene mucho de loop, cuenta un hecho y luego cuenta otra versión y otra. Esa estructura musical es preciosa y muy atractiva -finaliza la directora sobre este espectáculo único, reflexivo e irreverente, como todas las obras a las que nos tiene acostumbrado la provocadora Manuela Infante.