Paula 1111. Sábado 22 de diciembre 2012.
Está fregada la cosa en España, Maripepa…
¡Ufff!, estamos con montones de problemas, pero finalmente, qué país no los tiene. Lo importante es solucionarlos, digo yo.
¿Has salido a protestar a la calle?
Por supuesto.
¿Con plumas?
No, para nada, voy totalmente camuflada, como cualquier persona de la calle.
¿Tienes claro que en la época de la dictadura te transformaste en una especie de delirio, fantasía, fuiste " la" mujer destapada en Chile?
No, perdona, antes de mí hubo otras haciendo exactamente lo mismo y destapándose exactamente igual que yo. Lo que pasa es que mi trasero tuvo impacto, pero no fui la primera para nada.
Pero fuiste un símbolo. ¿Cuántas veces estuviste en programas estelares en la época de Pinochet?
Estuve en muchísimos, pero después también, de hecho, con todos los gobiernos he estado súper. Incluso hay un programa que estuve con Eduardo Frei, cuando era candidato y yo le dije: "Usted va a ser el próximo Presidente". Vamos, que me he llevado bien siempre con todo el mundo. De hecho, en Costa Rica conozco a tres Presidentes y los tres son admiradores míos, incluso don Óscar Arias me rindió honores como jefe de Estado, con patrulla metropolitana, fue impresionante.
¿Qué se siente ser tan famosa por un atributo físico? En tu caso lo que se denomina en el ambiente del espectáculo, el derrière.
Mira, cariño mío, lo que pasa es que ese atributo es algo que Dios me ha regalao y punto. Ayuda, en la parte artística tener un buen cuerpo, agraciado y armonioso, pero luego hay que trabajar, sacrificarse y tener disciplina. Y esto último no es nada de fácil.
Y, cuando Dios no lo regala, ¿estás de acuerdo con que las mujeres ingresen al quirófano?
Eso es algo que me tiene sorprendida, no puedo imaginar cómo es la sensación, lo que se siente tener una cosa metida en tu cuerpo que no es tuya. Yo soy partidaria de la cirugía, pero el hecho de meterse cosas extrañas me da un poco de cosa. Por ejemplo, las que se intervienen el trasero es como estar todo el día con un cojín puesto. También me ha llamado la atención el tema de los pechos, de mujeres que no tenían nada y se ponen silicona; algunas me han dicho que toque para ver cómo es, pero a mí no, me da miedo.
Y tú, Maripepa, ¿me vas a negar que has acudido a algún pinchacito?
Me he hecho tratamientos de radiofrecuencias, el bótox, pero cirugía no.
¿Cuántos años llevas casada junto al mismo hombre?
27 años, hija mía. ¿Te parece poco?
Noo, mucho. ¿Cuál ha sido la clave para permanecer juntos todo este tiempo?
En los matrimonios, cuando pasan tantos años, la convivencia tiene que ir siempre para mejor, pero lo que nunca puede perderse es el respeto y el cariño.
¿Cuál es tu mayor defecto como esposa?
Ay, que soy muy mandona, pero eso siempre lo he sido, como novia, como esposa, como polola y como todo.
Y como amante, ¿también eres mandona o te dejas dominar?
Me dejo dominar con razones y con explicaciones. Si no, no. Soy bastante rebelde, pero rebelde con causa.
¿Alguna vez te ha pesado el hecho de no ser madre?
Yo siempre acepto todas las cosas que vienen de la naturaleza. Al principio no quería tener bebés por temas de trabajo, que lo vas dejando, que ya tendré tiempo, y de pronto, cuando vas a buscarlos, no vienen. Podría haber adoptado. Pero ¿qué hice? Compré dos perros de capricho que quería, y luego adopté dos que iban a matar. Lo que quiero decirte con esto, es que es algo que si no ha venido, no vino y no pasa nada. Pero también he ejercido de madre de mucha gente, esa cualidad con que nacemos todas las mujeres y que en algún momento ponemos en práctica.
¿Cuántas veces en tu vida has recurrido al sicólogo o al siquiatra?
Bastante, desgraciadamente, en los últimos 10 años he tenido crisis. Yo nunca había entendido esto de la depresión hasta que me tocó y es tremendo. He pasado por dos crisis gordas en mi vida. Una de ellas me retiró de mi trabajo de los escenarios. Y la segunda, fue el fallecimiento de mi madre. Eso para mí ha sido terrible. Todavía estoy de luto.
¿Hace cuánto murió tu madre?
Casi 5 años. Y yo quería guardarle luto 10 años, pero todo el mundo se me echó encima y se armó un lío terrible con la familia. Llevo todo este tiempo de luto, si me tengo que subir al escenario y me tengo que poner otros colores lo hago, pero normalmente voy de negro o de blanco. Yo con mi madre jamás he roto el cordón umbilical. Todavía estoy tocada con ese tema, caigo constantemente en llantos.
¿Es cierto que tu retiro de los escenarios no fue por tu propia opción?
A mí me retiraron. Eso también fue un palo de mucho sufrimiento, esa fue la primera vez que fui al sicólogo en mi vida. Todo fue por el problema con mi hermana.
Tu hermana estuvo vinculada a un tema de tráfico de drogas.
Sí, eso fue lo peor para mí.
¿Fue verdad o mentira?
No lo sé, lo que sí sé es que ella consumía muchísimo. Por eso tuve que dedicarme a ella, cuidarla como una niña pequeña, todo el tiempo pegada a mí, hice un trabajo que no te puedes imaginar, que no la dejaba ni ir al baño sola para que no bebiera, para que no hiciera nada. Le empecé a enseñar a vivir la vida, a ir a una discoteca sin tomar nada. Y aprender, incluso, a pololear y cualquier cosa, porque todo lo tenía relacionado a cosas malas, nocivas.
¡Qué pesados han sido estos años para ti!
Bueno, pero ojo, que yo en general soy súper alegre y positiva y me encantan las cosas buenas de la vida. Oye, y a propósito del nombre de este programa La poca vergüenza, quiero confesarte que soy una de las mujeres que tienen más vergüenza del mundo.
¿Tú?
De verdad, soy súper vergonzosa con todo.