Más allá de la fuerza de voluntad: ¿Por qué comemos lo que comemos?

Por qué comemos lo que comemos



Comer es una necesidad básica para nuestra supervivencia y bienestar, al igual que respirar o dormir. Sin embargo, la elección de qué comer va mucho más allá de la simple saciedad. Nuestra alimentación se puede ver influenciada por diversos factores que van desde la biología hasta la cultura, pasando por nuestra economía y emociones.

Afirmaciones como “comer bien es solo cuestión de fuerza de voluntad” o “eres lo que comes” son simplistas y no reflejan la realidad. La alimentación es un tema mucho más complejo que depende de una multiplicidad de determinantes que van más allá de los caprichos personales.

Desmenuzando algunos factores que nos impulsan a elegir qué comer

Por qué comemos lo que comemos?

- Ingresos económicos: La capacidad de acceder a una alimentación balanceada y de calidad se ve directamente afectada por los ingresos económicos. La disparidad en el acceso a alimentos entre distintos grupos sociales y económicos contribuye a las desigualdades en salud y bienestar. El tiempo disponible, también considerado un recurso económico, juega un rol importante en las posibilidades de preparar comidas nutritivas y variadas.

- Disponibilidad y accesibilidad: La diversidad de alimentos a los que tenemos acceso depende de diversos factores como la ubicación geográfica, la época del año e incluso la infraestructura disponible. Por ejemplo: en zonas rurales o remotas, la disponibilidad de alimentos frescos y diversos puede ser limitada.

- Preferencias alimentarias: Las elecciones alimentarias no solo se basan en el gusto, sino también en creencias éticas, ambientales y religiosas. El vegetarianismo, veganismo y otras preferencias alimentarias están cada vez más presentes en nuestra sociedad, motivadas por el respeto por los animales y el impacto ambiental, principalmente.

- Condiciones climáticas: El clima influye en nuestras necesidades fisiológicas y preferencias. En verano buscamos alimentos frescos e hidratantes, mientras que en invierno preferimos comidas calientes y reconfortantes.

- Cultura y tradiciones: Los hábitos alimenticios están profundamente arraigados a la historia, geografía, creencias y costumbres de cada comunidad. Compartir comidas es un rito social, emocional y espiritual que nos conecta con nuestras raíces y seres queridos.

- Selectividad alimentaria: Es común observar en niños y personas con neurodivergencias como el autismo o el Trastorno por déficit de atención (TDA), una marcada preferencia por ciertos alimentos y un fuerte rechazo a otros. Esta selectividad puede tener diversas causas y debe abordarse de manera individualizada.

- Intolerancias alimentarias: Las alergias e intolerancias alimentarias, así como nuestra salud gastrointestinal, pueden influir en nuestra elección de alimentos. Evitamos aquellos que nos provocan malestar físico para proteger nuestro bienestar.

- Estado de ánimo y comer emocional: La comida no solo nutre nuestro cuerpo, sino que también está estrechamente relacionada con nuestras emociones. El placer y las emociones son propias de la existencia del ser humano, por lo que muchas veces manifestamos este sentir con la comida. Parte de tener una buena relación con nuestra alimentación es aprender a escuchar las necesidades de nuestro cuerpo.

Una mirada integral para una alimentación saludable

Si bien estos son algunos de los principales factores que determinan nuestra elección alimentaria, es importante recordar que cada caso es único y que las situaciones pueden ser muy complejas. “Comer bien” no se trata solo de fuerza de voluntad, sino de comprender los diversos factores que influyen en nuestras decisiones y desarrollar estrategias personalizadas para lograr una alimentación saludable y satisfactoria.

En definitiva, la alimentación es un viaje personal y dinámico que involucra múltiples dimensiones. Al comprender los factores que la determinan, podemos tomar decisiones más conscientes y alcanzar una relación más sana y positiva con la comida.

* Carolina es nutricionista especialista en Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y autora del libro “Te lo digo porque te quiero: derribando estereotipos estéticos en salud”.

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