Mathias Klotz y Alberto Etchegaray de pic nic en la ciudad
El arquitecto Mathias Klotz, decano de la facultad de arquitectura de la UDP, y el ingeniero Alberto Etchegaray, presidente de Salfacorp, una de las empresas de desarrollo inmobiliario más grandes de Chile, aceptaron sentarse a dialogar sobre la ciudad. Lo hicieron en un picnic en el Jardín Tíbet del Parque O'Higgins. Estas son sus reflexiones sobre por qué los desafíos de integración social y calidad de vida pasan por el desarrollo de una política urbana de largo plazo. Y cuáles son los riesgos, para el día a día de los ciudadanos, si no se hace.
Paula 1119. Sábado 31 de agosto 2013.
Barrio Providencia. Alberto Etchegaray tiene su oficina muy cerca del Drugstore. Es ingeniero civil y fue el rostro visible de la organización que trajo al Papa Juan Pablo II a Chile. Simpatizante de la Democracia Cristiana, aunque no militante, fue ministro de Vivienda y Urbanismo del Gobierno de Aylwin. Ahora divide su tiempo como miembro de ONG´s para la superación de la pobreza, la presidencia de Salfacorp, una de las empresas de construcción y desarrollo inmobiliario más grandes de Chile, y miembro del directorio de Arauco, una de las forestales más grande del mundo.
Barrio República. Mathias Klotz, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Diego Portales, pasa muchas horas en esta escuela, instalada en un moderno edificio. Ha sido varias veces premiado. Entre ellos, el premio Premio Borromini (2001), que le entregaron en Roma. Sus obras arquitectónicas están repartidas por varios países del mundo.
Parque O`Higgins. A la hora de almuerzo de un martes de agosto, Etchegaray y Klotz, se reúnen para hacer un picnic, en el Jardín Tibet del Parque O´Higgins con la intención de hablar y pensar la ciudad. No es primera vez que se juntan con este objetivo. Ambos formaron parte de la Comisión Asesora Presidencial que trabajó en la desarrollo de la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano, PNDU. La comisión, que fue presidida por Antonia Lehmann, Premio Nacional de Arquitectura, convocó a un grupo de 28 expertos y académicos vinculados a temas urbanísticos. Y al cabo de 14 meses entregó al Presidente, en mayo pasado, un documento que fija objetivos y lineamientos para abordar los desafíos de las ciudades chilenas. La PNDU es una política, no una ley; es decir, es un proyecto de gran amplitud, una suerte de marco general que establece los principios rectores en base a los cuales debería crearse un marco legal e institucional que sustente dicha política. Requiere que el Presidente lo apruebe y promulgue, lo que aún no ha sucedido. Ahora, en este reencuentro, Klotz y Etchegaray comparten la desilusión que les ha causado que la Política Nacional de Desarrollo Urbano esté en riesgo de no ser promulgada. Y dicen sentir desazón, además, de que haya sido tan poco difundida y comentada, y no sea parte de la discusión electoral.
Etchegaray: Fíjate que el tema de la ciudad ha estado muy ausente en las autoridades. Solo se pone el acento en la falta de vivienda, los allegados, la falta de techo. Y eso es muy importante. Pero a los políticos el tema de la ciudad parece no interesarles. En las primarias presidenciales la infraestructura de la ciudad estuvo totalmente ausente, siendo que es primordial; la gente llega a la ciudad esperando tener mejor calidad de vida, en busca de las mejores oportunidades. A la periferia se va a vivir la gente que tiene menos dinero, y quedan muy lejos de sus lugares de trabajo. Si a esto le sumamos lo caro del transporte, y que gastan en promedio 1 hora 40 minutos de su tiempo en trasladarse, resulta que estas personas parten su día con un déficit importante, lo que se ve reflejado en su emocionalidad, energía y felicidad. En Australia, una sociedad desarrollada, con una población muy satisfecha y distribuida homogéneamente en su territorio, el tema de la ciudad está al nivel más alto del poder ejecutivo. Para el primer ministro australiano, su ministerio más importante, el que tiene a su lado, es el ministerio de ciudades. Incluso su programa de gobierno está basado en cómo van a enfrentar los problemas de la ciudad.
Klotz: Es que falta planificación. Pero hablar de planificación en Chile es como si se estuviera haciendo apología de Estatismo. En esa comisión presidencial en la que participamos, una de las conclusiones a las que se llegó fue que hay una falta absoluta de planificación integrada en el Estado. No hay un plan maestro detrás del cual construir una ciudad. En Chile la planificación se acabó hace 30-40 años. Y las ciudades quedaron a la deriva de un modelo económico que creía, o creyó, que el mercado sabiamente iba a regular todo. Pero después de 40 años de aplicación de este modelo, el resultado es que hemos construido ciudades inorgánicas, desarticuladas, mal distribuidas, inequitativas. Y lo que le sucede a Santiago les pasa a todas las ciudades del país: no hay una sola que no tenga problemas.
Etchegaray: Santiago se desarrolló con invasiones del sector rural que luego gatillaron las tomas. La mayoría de esas poblaciones pasó 20 o 30 años con unos pilones de agua, y de a poco fueron llegando las autoridades a urbanizar esos barrios improvisados. Con esto quiero decir que en la construcción de la ciudad intervino la pobreza. Y ha faltado planificación, es verdad. La última política urbana fue del gobierno de Pinochet, cuando se liberalizó el suelo. Se señaló que el suelo no era un bien escaso con lo cual se extendió el paño urbano y se liberalizaron las exigencias de urbanización. En 1990 en Santiago había mil kilómetros de calles de tierra, porque se dijo que no era necesario pavimentar ni plantar árboles. Y las empresas construían un edificio y después el Estado tenía que arreglárselas para hacer las veredas o las áreas verdes. Imagínate el desorden urbano que hay en Chile, el déficit que tenemos.
Klotz: Para que una ciudad no sea segregada debe tener integración, una mixtura de tejidos sociales en sus distintos barrios y comunas. No puede ocurrir que haya gente que viva con los estándares de Zurich, y otros que vivan con los de El Congo. Y al igual como ha ido sucediendo en salud con el Plan Auge, hemos planteado que esta nueva política urbana se implemente de forma gradual. Nos podremos demorar 20 o 30 años pero tenemos que fijar a dónde se quiere llegar y avanzar, gobierno a gobierno, en la implementación de estas cosas.
Etchegaray: Hay señales de que el gobierno está muy inseguro en relación a la oportunidad y a la dimensión que esto tiene. Lo delicado es que estas dudas aparecieron ahora que el documento de la comisión en que participamos ha sido entregado. Es muy delicado porque se trabajó durante un año y medio y, aunque no fue fácil llegar a consenso, se alcanzó una transversalidad muy importante para generar una propuesta significativa para el país.
Klotz: Al contrario de lo que se podría pensar, en esta comisión hubo una convergencia entre los distintos actores que uno jamás se hubiera imaginado. Esto te indica que el tema de la ciudad es compartido en líneas generales pese a que existan distintos matices. Pero los 28 miembros de esta comisión están de acuerdo con que lo que sale ahí en el documento debe implementarse.
Etchegaray: Hay un riesgo alto de que esta política urbana que la comisión propuso, no se promulgue. Porque más allá de la problemática institucional, donde esta propuesta es muy audaz, tanto en la planificación como en la participación ciudadana, también cuesta plata implementarla. Pero si tú miras esto de forma integral, entendiendo la real dimensión de los cambios que debemos hacer como sociedad, los costos no son lo importante. Mira: en salud tenemos el Plan Auge, que garantiza un mínimo de prestaciones a los habitantes del país. En educación hay una fuerte apuesta por la calidad. Bueno, hay que entender que la ciudad también necesita unas mínimas exigencias. Hay que garantizarles a los ciudadanos unos estándares urbanos de transporte y de servicios.
Etchegaray: Fue un proyecto de envergadura en que se discutió la institucionalidad desde distintos puntos de vista: cuántos ministerios intervenían en la ciudad, y cómo estos tienen que coordinarse; de gobiernos regionales y su competencia y autoridad; de la necesidad de crear el ministerio de las ciudades, funcional a las competencias de los ministerios de vivienda, obras públicas y transporte. Se discutió sobre integración social y se consignó que la ciudad es reflejo de una inequidad social, económica y cultural severa. También el tema de la planificación: planos reguladores y demás instrumentos de regulación para tener una ciudad armónica. Y por último vimos el patrimonio: el construido y cómo se preservaba el espacio público y el medioambiental. Es decir, se tocó todo el abanico que influye en la construcción de una ciudad. En este documento, por ejemplo, le estamos diciendo a los políticos que si ahora un ciudadano se demoraba 1 hora 40 para llegar a su trabajo, con esta política urbana se podría demorar 50 minutos.
Klotz: Aparentemente el gobierno estaría haciendo esfuerzos por modificar este informe, para retirar de él lo que produce conflicto y así poder llevar adelante lo que el Presidente está dispuesto a comprometerse a realizar. Creemos que las modificaciones podrán ir por algunas aprensiones que manifestara la Cámara Chilena de la Construcción, en relación al uso del suelo; es decir, a la plusvalía de los terrenos. La plusvalía se debe, en general, a la intervención del Estado; por ejemplo, los terrenos ganan valor cuando el Estado construye el Metro o hace un cambio normativo. Entonces, un grupo de la comisión planteó hacer lo que se hace en muchas partes del mundo: que una parte de esa plusvalía que se genera por intervención directa del Estado, y de la que se ve beneficiada el sector privado, sea devuelto al mismo Estado para que siga generando otra infraestructura pública. Esto, que a gran parte de la comisión nos parecía muy razonable, a otros pocos no le pareció así.
Etchegaray: Y en este punto de la plusvalía me gustaría marcar un acento importante. Los empresarios hacen lo que la ley les permite hacer. El asunto es más transversal, y pasa por un punto de vista ideológico: la propiedad privada. La reflexión que hacen muchos sectores de la sociedad en este tema es que si el Estado hace una intervención, no es tema mío, aunque sí lo es, porque hay aspectos de la ciudad y de la propiedad privada que son de bien común. Este tema se ha intentado modificar desde el regreso a la democracia, pero nunca ha sido posible ni siquiera tocarlo. Ahora que se hizo, parcialmente, en la comisión donde, después de mucha discusión, se aceptó que el suelo tiene una función social, tiene que ser ponderado al igual que el legítimo derecho de propiedad que tiene todo individuo. Y, a mi modo de ver, intervino radicalmente en la forma que estamos construyendo ciudad. El resurgimiento de Barcelona sería imposible de hacer con la legislación vigente en Chile, donde el Estado tiene pocos recursos, margen de acción y planificación. Ni pensar la renovación de Berlín. Y esto está anclado en la Constitución de 1980, que tuvo toda su lógica en reacción a la Reforma Agraria, a una defensa a la propiedad privada.
Klotz: La Constitución es de 1980 y estamos en el 2013. Objetivamente el mundo ha cambiado en 30 años. Y lo preocupante es que quienes se oponen a este tipo de reformas, utilizando el eslogan de que se estaría frenando algún tipo de desarrollo, caen en la miopía más absurda. Porque no hay desarrollo posible, futuro posible, si las cosas no evolucionan. El tema de ciudad tiene que ver con el concepto de calidad de vida. Pero el problema es que en Chile esos beneficios son solo para algunos habitantes. De tal manera que resulta natural que todos los que están fuera, reclamen.
Etchegaray: Nuestra sociedad tiene el grado de madurez para realizar los cambios institucionales y constitucionales que sus ciudadanos demandan. No podemos seguir pensando en que el único problema por resolver es la pobreza. Los temas ciudadanos ya no pasan por poner agua potable o pavimentar una calle. Ahora los desafíos son más exigentes. Los temas de participación, renovación de la política, modelos de energía, planificación de la ciudad, modelo de educación, igualdad, son las cosas que la ciudadanía está reclamando.
Klotz: En el tema energético es interesante preguntarse sobre el modelo de desarrollo que queremos. En la comisión fui de los pocos que me negué rotundamente a que Santiago siguiera creciendo. Porque ya concentra una cantidad de la población del país absurda, y está en un valle con graves problemas de ventilación que no son solucionables. Y llegará un día en que la presión ciudadana será tan activa que demandarán judicialmente al Estado chileno por problemas de salud, y el Estado va a quebrar. Me respondieron que para que Santiago fuera competitivo tenía que crecer hacia unas 9 millones de personas, que de lo contrario la ciudad no sería competitiva. Pero ¿competir para qué?; ¿para conseguir qué? Si seguimos así en un corto plazo todos estaremos muertos de cáncer.
Etchegaray: El crecimiento en sí no es un problema, trae muchos beneficios a sus ciudadanos. Ciertamente el crecimiento hay que cualificarlo, ponerlo en contexto. Pero para crecer se hace necesario tener energía. Países más antiguos que nosotros en temas medioambientales, como Costa Rica, han resuelto razonablemente esto gracias a que el Estado se metió en la solución, e identificó cuáles eran las zonas donde se pueden instalar las centrales energéticas, y qué tipo de energía se debía producir. En Chile el sector privado está sin regulación. Por lo que debemos delinear zonas y señalar el tipo de energía. Yo Estado digo: "Se podrá producir energía desde Las Torres del Paine para acá. Y si quiere sacar la energía desde allá, tendrá que hacerlo vía cableado bajo el mar". Luego será el sector privado el que deberá adecuarse a esa regulación. Nosotros tenemos mucha agua, y se convierte en un recurso estratégico para levantar hidroeléctricas. Pero toda transmisión, e inundación, debe ser realizada bajo estrictas normas de protección al medio ambiente.
Klotz: Para lograr algo así de razonable necesitas un plan maestro. Y en relación a las hidroeléctricas, encuentro muy complejo el tema de la propiedad del agua. Me parece inverosímil que una empresa privada sea la dueña de los derechos de agua porque se le asignó de alguna manera en algún momento. ¡Por favor! Es un recurso natural escaso, estratégico para el Estado. Y es por este punto por donde primero partiría viendo el tema de HidroAysén. Antes de discutir si hay central o no hay central, o de qué matriz vamos a tener. Pero bueno, aquí volvemos otra vez a la imposibilidad de discutir los temas de fondo y planificar.
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