Me enamoré del amigo de mi pareja
“Era el año 2005 y estaba en la licenciatura de 4to medio de Rodrigo, mi pololo de ese tiempo. Yo sabía que el tenía amigos, pero no los conocía personalmente. No hasta ese día.
Cuando vi a Maximiliano – uno de sus amigos más cercanos - inmediatamente me gustó. Me gustó todo de él. Era tan alegre, caballero, simpático. Además, su forma de ser me recordaba a mi papá que había fallecido el año anterior a causa de un cáncer. Pero, aunque me gustó, lo dejé pasar.
Desde ahí, Maximiliano siempre estuvo presente en nuestro pololeo, nos llamaba y nos juntábamos todos. Cada vez que lo veía yo sentía lo mismo por él, pero esos sentimientos me los guardaba para mí, porque yo tenía pareja, y el Maxi también.
Cinco años después, en 2010, Rodrigo y yo terminamos nuestra relación. Él entró a estudiar una nueva carrera y se empezó a rodear de chicos a los que solo les interesaba la fiesta. Me dejó de lado y lo descubrí chateando con otras mujeres. Aún así yo no decidí terminar, fue él.
Cinco días después, Maximiliano me llamó como era de costumbre y le dije: “Maxi, ya no estoy con Rodrigo, terminamos. Así que si quieres, llámalo a él”. Pero seguimos hablando y quedamos de juntarnos ese mismo día a las 8 pm.
Pensé que no iba a llegar porque lo esperé 40 minutos, pero apareció y estaba más apuesto que nunca. Ese día fue inolvidable. Conversamos sin parar y nos fuimos a caminar a la playa como a las diez de la noche. En medio de risas y miradas, por fin ocurrió el tan anhelado beso. Nunca pensé que pasaría porque era amigo de mi ex, pero en realidad siempre lo había deseado. Aunque estábamos nerviosos y con mucha culpa, ese momento fue maravilloso. Nos fuimos besando todo el camino de vuelta a casa y desde ese día estamos juntos.
Las primeras semanas de citas fueron a escondidas, pero después de un tiempo decidí contarle a mi ex. Rodrigo se quedó en silencio, pero su mirada me lo dijo todo, hubo mucha rabia. Sin embargo, con el paso del tiempo las cosas decantaron. Me lo topé una vez en el supermercado e intercambiamos palabras cordiales, y mi marido lo saluda cada vez que se han visto.
Todo valió la pena. Con el Maxi ya llevamos 13 años juntos y en 2016 fuimos padres de nuestra princesa. A lo largo de todo este tiempo hemos pasado por muchas cosas. Nada es perfecto, ha habido altos y bajos, pero el amor siempre sigue estado ahí.
Uno de los momentos más difíciles que he vivido fue cuando murió mi madre en 2021 por Covid. Mi papá ya había fallecido hace años atrás así que quedé destruida. A los 32 años estaba sin mis padres y me sentía sola, sin raíces. En ese momento de tanta angustia, tristeza y soledad me aferré con todas mis fuerzas a Maximiliano; mi compañero incondicional. Él estuvo ahí cada noche de llanto. No tenía que decirme nada, porque con tan solo escucharme lograba mitigaba ese dolor.
Hoy en día las mujeres aprendimos a amarnos, respetarnos, y cuidarnos a nosotras mismas, pero también hay amores que logran entregarte todo eso, como el Maxi lo hace conmigo. Hasta el día de hoy mi marido sigue siendo mi compañero incondicional; ese que llora conmigo, me escucha y me calma. Todos los días nos despedimos de un beso por la mañana, nos enviamos un ‘te amo’ por mensaje. Siempre una mirada. Siempre una caricia. Siempre de la mano”.
Yessenia tiene 34 años.
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