En Makewelawen, la farmacia herbolaria mapuche, condensaron en gotas un estracto de la planta Turnera aphrodisiaca y lo etiquetaron con el nombre mapuche Palwen. El frasquito promete mejorar y recuperar la libido perdida debido a la ansiedad, el temor, la culpa, la angustia y al estrés de la vida moderna. Es decir, promete acción cuando ná ni ná.

Según el químico farmacéutico Rodrigo Olivares, encargado de la reformulación fito química del Palwen el efecto afrodisíaco mapuche" se siente a partir de la primera semana de tratamiento sublingual de 15 gotas aplicadas tres veces al día. "Esto no es el viagra mapuche, pues no interviene en la erección sino en el centro cerebral del deseo sexual. La pareja se hace susceptible a los estímulos, reacondicionando y equilibrando el deseo en baja", jura el químico desde una sucursal de calle San Antonio cuyo sound track es un kultrún y una rogativa al canelo. Cuando no hay a qué santo prenderle una vela, hasta un machitún vale. ¿O no?