Mi mascota diferente
Aunque los perros y gatos son los animales más domesticados, hay personas que prefieren la compañía de especies fuera de lo común, una decisión que, están seguros, les cambió la vida.
Tortuga al escape
"Cuando le cambiamos el agua a su acuario, la dejamos en una cajita mientras estamos limpiando. Y más de una vez nos ha pasado que abre la caja y al ir a verla ya no está", dice Cristóbal Melej (20) sobre las escapadas de Tortuit, su tortuga acuática que tiene 10 años. "Siempre pensamos 'no puede ir tan lejos una tortuga', y tenemos que empezar a buscarla. Una vez le estábamos cambiando el agua a su acuario en el segundo piso y se nos perdió. Cuando la encontramos estaba en la cocina, que está en el primero. Bajó la escalera, no sabemos cómo pero lo hizo".
¿Conejo o guagua?
"Thor es es un conejo cabeza de león muy regalón -el pelo de su cabeza va aumentando en la medida en que crece-, le gusta dormir en brazos de espaldas, igual que las guaguas, y camina dentro de la casa a mi lado. Cuando se esconde es porque está haciendo alguna travesura, como comer cables o algún cargador tirado", cuenta Cristóbal Tuteleers (11), quien recibió a Thor como regalo de su hermana mayor para que no la extrañara tanto mientras ella está en Estados Unidos, a donde se fue a vivir por un semestre.
El rey de la casa
Will es una serpiente pitón macho, conocida popularmente como pitón bola, por la forma que adopta cuando se pone nerviosa. Llegó a la vida de José Ignacio Ananías (28) y Benjamín Guzmán (23) en septiembre, y desde entonces no han hecho más que hacerlo sentir como el rey de la casa: "Tenemos una pieza del departamento adecuada para sus necesidades, con una temperatura específica. Donde más hemos invertido es en su terrario: tiene una piscina, un tronco para rascarse y estamos esperando que llegue una casita", cuentan.
El gatoperro
"Un savannah es un gato con alma de perro", afirma Javiera Ugarte (@afrikancats), dueña de Arya, que apenas tiene un año. "Es una raza extremadamente cariñosa, inteligente, activa, que ama a su familia (…), son un espectáculo. Puedes sacarlo a pasear, llevarlo de vacaciones, meterte a la piscina y nadar con él, enseñarle trucos, puedes tirarle una pelota y el savannah te la va a traer". Arya es una gata savannah F1, es decir, es hija de un gato serval africano con una doméstica. "Ella puede ser amiga de un perro, de otro gato y de toda tu familia. Pero aunque los savannah sean muy cariñosos, no hay que obligarlos a interactuar porque en esa imposición puedes hacer que reaccione mal".
Las púas de Uva Lipa
"Cuando te pican las púas, queda la sensación de cuando tocas una ortiga. Mucho rato. Si esto es masoquismo, galla", dice Carol Barraza (@tallerdepelo) respecto a Uva Lipa, su erizo de tierra. "Es muy mal genio, es enojona. Nos parecemos harto en ese sentido. La Uva me la regaló mi pololo porque él tuvo erizos. Quiere ver si soy capaz de criar porque me dijo: 'sobrevivieron tus plantas, así que ahora estás preparada para una mascota'. Todos los días tengo que hablarle, también le tengo una polera mía en su jaula para que reconozca mi olor. No sé si los erizos tienen memoria a largo plazo, pero me da la idea de que a corto plazo es muy limitada. Entonces, no es que yo le hable y ella salte. No llego a la casa y está feliz esperando. Era esto o tener peces, y los peces los encontraba más fomes todavía (ríe). Si me preguntas qué gracias tiene la Uva, en realidad no son muchas pero es bonita y calentita, y no molesta en nada".
Volka, la perra loba
Hace un año y diez meses Joaquín Stephen (28) se trajo de España a Volka (@volka_la_perra_loba), una perra loba checoslovaca. "Es una raza relativamente nueva y poco conocida acá en Chile, pero cuando la conocí por internet me fascinó y me obsesioné con ella", cuenta, y agrega: "No es una raza fácil, como tienen harto de lobo en su ADN (un 30%), tiene varios comportamientos propios de ellos; por ejemplo, no puede dormir dentro de la casa porque le encanta revolcarse en cosas 'olorosas', como caca, basura o en cualquier olor fuerte para camuflar el suyo. También es supertímida, silenciosa y curiosa, y usa mucho su hocico para expresar el cariño, así que muerde bastante, pero es muy leal y le encanta estar en manada. Es una perra que requiere de mucho tiempo, atención y cuidado, pero me encanta".
Era pata
"Pensábamos que era pato, hasta que hace algunos días puso huevos cerca de la piscina", cuenta Josefina García (17) sobre Mac, el pato que compró hace un año en el Pueblito Los Dominicos y al que bautizaron de esa forma porque pareciera que tiene los ojos delineados. Mac convive en el patio con una perrita shih tzu y duerme en la cocina para no pasar frío. Pese a que los patos tienden a ser ariscos, le gusta estar en brazos de su dueña y que le hagan cariño.
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