Mi razón para permanecer en una relación ambigua
“Soy de las que se ha leído todos los libros de la deconstrucción del amor romántico y sigue todas las cuentas de psicología que advierten sobre los amores tóxicos. Pero en mi defensa, de la teoría a la práctica a veces hay un abismo. O como dicen los viejos: otra cosa es con guitarra.
Estoy saliendo hace aproximadamente 6 meses con un tipo mayor que yo que me tiene trastornada, en todo el sentido de la palabra. Tenemos mucha química, quizás eso es lo que se me hace más difícil de todo. Es minísimo y lo admiro en lo que hace. Lo pasamos muy bien juntos, no importa el plan que hagamos, siempre el tiempo juntos es mágico y especial, también romántico y con mucho amor y palabras lindas. Y, sobre todo, nos reímos juntos.
El problema, y lo que me trastorna, son sus desaparecidas constantes. O esa personalidad ambigua que tiene donde siempre deja espacio a la duda sobre ‘nosotros’. Nunca sé cuándo nos vamos a volver a ver o si realmente nos vamos a volver a ver. De más está decir que no sé qué es lo que somos, si amigos, andantes, pololos. No me atrevo ni a preguntarle por miedo a que se apanique y no vuelva más. Yo intento adecuarme a eso y tener paciencia porque me doy cuenta de que le cuesta el tema y que entre más lo presiono, más se escapa.
Me dice que nos veamos el finde, pero sin definir ni dónde ni cuándo hasta último minuto. Y ahí estoy yo, bloqueando mi agenda viernes, sábado y domingo a la espera de que me llame. A veces no llama y mi nivel de ansiedad y tristeza explota. A veces aparece a último momento y yo dejo todo botado para vernos, pero nunca es capaz de ser claro. Cuando nos vemos se me olvida todo, porque ahí es distinto, me siento muy cerca de él. Es muy cariñoso, me trata con mucha delicadeza, me apoya y me tira para arriba. Me ha abierto su mundo, he conocido a su familia y amigos, compañeros de trabajo que me tratan como su polola. Pero nunca me ha presentado como tal, solo soy la “Lula” para ellos, una pareja que está cuando él quiere que esté.
La ansiedad que me produce no saber qué somos, si va o no va a llamarme este finde, si me va a responder ese whatsapp o si va a querer verme, me destruye. Pero luego me llama y olvido todo porque cuando estamos juntos esa química y complicidad me dan seguridad y me parece en ese momento que nuestra relación es incuestionable. Luego desaparece y ahí estoy, dudando de todo otra vez.
¿Por qué los hombres hacen eso? ¿Tienen un problema con el compromiso? ¿Será igual en la relación entre mujeres? Porque me doy cuenta que entre mis amigas hétero es igual, todas están en la incertidumbre de si el mino con el que salen las va a volver a llamar o no.
Mi teoría es que en el ‘mercado del amor’ los hombres tienen miles de ventajas y eso los hace estar siempre en una actitud de poder con las mujeres. No sé por qué, pero tienen a miles de mujeres siempre en la lista de espera. Tienen a tantas para salir, que no quieren comprometerse con ninguna y estar siempre disponibles, como esos taxis que no apagan nunca la luz de ‘libre’, aunque vayan con alguien adentro. Nosotras en cambio estamos ahí, en la esquina parando el dedo para que nos lleven, llenas de ansiedad esperando a que se decidan por una.
Sé que lo que estoy contando aquí es la lógica más patriarcal del mundo, pero es muy difícil descomponer patrones tan establecidos, o al menos yo no soy capaz ahora mismo en esta relación, porque estoy enamorada y cuando una se enamora la teoría se va a las pailas. Sí creo que lo que tenemos algo real y que me quiere, solo que él tiene un problema serio para comprometerse. No sé cuánto pueda seguir aguantando hasta que se decida, porque me afecta mucho en mi salud mental”.
Lula tiene 27 años y es kinesióloga.
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