Mimetizados

Hay parejas que son muy parecidas. No solo en gustos o hábitos, sino en la forma de moverse, de hablar y hasta en el físico. Estos pololos y matrimonios se asemejan tanto que, de forma recurrente, suelen preguntarles si son hermanos o primos.




Francisca y Arturo

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Hermanados por los rulos

Se pusieron a pololear sin nunca haber tenido una cita. Sin haber salido solos, ni al cine. Nada. Francisca Palacios (19) y Arturo Vial (20), compañeros de College en Ciencias en la Universidad Católica, compartieron recreos con el resto de sus amigos y él, después de seis meses de conocerla, en la fiesta de la carrera le pidió que fuera su polola. "Tenía claro que tenemos el mismo humor: nos reímos de las mismas cosas, nos entendemos. Muchas veces, incluso, nos completamos las frases. Por lo mismo, sabía que no había para qué probar", cuenta Arturo. Muchos de sus compañeros quedaron sorprendidos porque pensaban que eran hermanos. "Todo el mundo nos dice que somos iguales, yo creo que es porque los dos tenemos rulos. Lo divertido es que efectivamente nos parecemos harto, pero no solo por nuestro tipo de pelo", agrega Francisca.

Charles y Nataly

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Mi álter ego

Se conocieron por facebook. Charles Bustos (21), gendarme, le envío una solicitud de amistad a Nataly Fernández (20), estudiante de Enfermería, porque la vio en el perfil de un amigo en común y la encontró bonita. Ella aceptó y empezaron a chatear. Luego de las típicas preguntas de rigor, él le pidió que se vieran por webcam. "Me gustó su cara", dice Charles. "Porque me parezco a ti", agrega Nataly y ambos se ríen. "Tenemos el mismo humor. Nos reímos de las mismas cosas. Los dos somos divertidos y pintamonos", dice Nataly. Luego de un año y medio de cyberamistad, decidieron verse las caras y se juntaron en el Cerro Santa Lucía, donde se dieron su primer beso. Dos días después ya estaban pololeando. Hoy llevan 1 año y 9 meses juntos y tienen planes de casarse después de que Nataly termine la universidad.

Mariana e Ignacio

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Contextura equivalente

Han subido, entre los dos, más de 20 kilos desde que se casaron. A Ignacio Flores (27), que trabaja en el área de soporte de una empresa de aire acondicionado, y Mariana Mardones (28), técnico en enfermería, les gustan las pastas y la comida chatarra. Y jamás, en sus casi cinco años de matrimonio, han comido en otro lugar que no sea el comedor de su casa, porque para ellos este minuto es una manera de compartir y hacer familia. Cocinar es un panorama que disfrutan juntos. Y su nueva contextura, el metro setenta de altura, el pelo castaño oscuro y los anteojos ópticos, características que comparten, hacen que en forma recurrente tengan que aclarar que no son hermanos. Pero su parecido físico contrasta con sus personalidades: mientras Mariana es reservada, Ignacio es bueno para la talla y siempre se las arregla para terminar siendo el alma de la fiesta.

Diego y Begoña

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Iguales sobre el escenario

Mucho antes de conocerse, Begoña Ortúzar (23) y Diego Adrián (31) ya se gustaban de vista. Los dos, sin saberlo, se miraban todos los viernes cuando se encontraban por casualidad en la feria de la calle Fray San Camilo. Después se toparon en fiestas. En asados. Hasta que se pusieron a pololear, hace un año y medio. Ella es artista; él, músico. Comparten el talento musical y los primeros meses de pololeo les gustaba tocar covers de canciones románticas en su tiempo libre. Hace casi un año crearon el dúo pop Los Terrys, cuyo primer disco está en producción. "La primera vez que tocamos en vivo, vimos videos de la presentación y nos dimos cuenta de que nos parecíamos mucho. En el escenario cada vez nos vemos más iguales. Ahora me acuerdo de que me fijé en ella en la calle sin ni siquiera conocerla y pienso que hay algo de narcisismo ahí", dice Diego.

Ximena y Francisco

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Homogéneos desde que tienen canas

Treinta años de matrimonio. Cinco de pololeo. Una casa propia donde viven con tres hijos y un nieto. Una vida en común, su pelo corto canoso y la baja estatura es lo que comparten Ximena Vidal (52) y Francisco Figueroa (57), quienes se conocen desde que tienen recuerdo porque cuando niños eran vecinos. "Desde que me aburrí de teñirme, me parezco más a él porque, además, uso el pelo corto y los dos estamos canosos", dice Ximena riendo. Sus personalidades son distintas: él es de carácter dominante; ella se reconoce más sumisa. Pero comparten casi todos sus gustos, en especial su fanatismo por las rancheras, algo que han heredado también a sus hijos. Los mariachis ya son un clásico infaltable en las celebraciones familiares.

Juan Manuel y Koen

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Tanto en común

Comparten su gusto por los viajes, descubrir nuevas culturas. Por dormir bien, por cocinar y comer rico. Juan Manuel Pérez (40) y el belga Koen Frison (37) están juntos desde 2002 y llevan siete años casados. Celebraron su matrimonio civil mientras vivían en Bélgica, país en el que Juan Manuel estuvo radicado por trece años trabajando y que dejaron atrás hace tres porque el chileno echaba de menos a su familia. Cohen es independiente y puntual. Juan Manuel, como buen latino, apegado y cálido. Pero pese a la cultura que los diferencia, suelen preguntarles si son parientes. La nariz de punta redonda y los dientes perfectamente parejos hacen creer a algunos que comparten ADN. "No nos gusta que nos digan que nos parecemos físicamente. Es cierto que tenemos muchos gustos en común, pero mantener las diferencias nos parece importante", comentan.

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