Mitos y realidades en torno al cáncer de mama

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El cáncer de mama se ha vuelto una enfermedad cada vez más recurrente entre la población femenina y es el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres chilenas. Y, aún cuando está latente en la consciencia de muchas producto de los controles anuales recomendados, todavía existen mitos en torno a esta enfermedad.

Creencias erróneas que no solo afectan nuestra concepción del cáncer, sino que además, pueden impedir un diagnóstico oportuno. Producto del miedo, el desconocimiento o la transmisión de estos mitos disfrazados de verdad, muchas mujeres evitan las mamografías. O viven con miedo a una serie de prácticas y productos que, según la creencia popular, aumentarían el riesgo de padecer cáncer, pero que poco tienen que ver con la realidad.

La doctora y especialista en cáncer de mama de la Universidad de Chile, Patricia Arancibia desmiente mitos y distingue entre la realidad y la ficción en torno al cáncer de mama.

Los antitranspirantes aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama.

La doctora explica que no hay evidencia de que el uso de antitranspirantes aumente el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, comenta que existen algunas investigaciones aisladas sobre la influencia de parabenos y sales de aluminio —contenidos en algunos de estos productos— en el riesgo de desarrollar esta patología. Aclara que aún se requiere de mayores y mejores estudios para comprobar esta posible relación.

Tener implantes de silicona aumenta el riesgo de cáncer

“No. El uso de implantes no aumenta el riesgo de cáncer originado en el tejido de la mama propiamente tal. Sin embargo, existe una variante de linfoma, llamado linfoma anaplásico de células gigantes, que se asocia a la presencia de un tipo específico de implantes”, comenta la especialista. Agrega que se trata de una patología muy poco frecuente y que, en general, tiene buen pronóstico.

Las mujeres que han tenido cáncer de mama no pueden volver a amamantar

“Esto depende del tipo de cirugía”, comenta la doctora. “Una paciente que ha sido sometida a una mastectomía, no tendrá posibilidad de amamantar por ese lado, pero sí con la mama contralateral. Por otra parte, una paciente que ha sido sometida a una mastectomía parcial, es decir, a la resección de una parte pequeña de su mama, por lo general sí podrá amamantar”. Patricia agrega que en los casos en los que la paciente ha recibido radioterapia, es posible que la producción de leche sea menor.

La radiación de una mamografía es riesgosa

“No. Esto está muy estudiado y normado y las dosis de radiación en la mamografía son hoy en día muy bajas”. Patricia agrega que, el riesgo de morir por un cáncer de mama es muy superior al riesgo de morir por un cáncer causado por la radiación. Y esta probabilidad es aplicable tanto para las mamografías digitales como para la tomosíntesis o mamografía 3D. “Las dosis de radiación en una mamografía son mucho más bajas que las de una tomografía computada de tórax o abdomen, por ejemplo”, aclara.

El cáncer de mama siempre se manifiesta con tumores palpables

No. La doctora de la U. De Chile explica que el que un cáncer sea o no palpable depende de varios factores, siendo el más determinante el tamaño. “Un profesional entrenado puede palpar un cáncer de entre 5 a 10 milímetros y una paciente, sobre 10″, explica. Aclara que otra de las variables a considerar es qué tan superficial sea el tumor y el tamaño de la mama. “Justamente es por esto y porque queremos tratar de encontrar los cánceres antes de que sean palpables, que se recomienda realizar una mamografía anual a partir de los 40 años en una mujer en riesgo promedio”, explica. “De esta forma podemos encontrar cánceres de menor tamaño y lograr que, por lo general, tengan mejor pronóstico o permitan tratamientos menos complejos”.

La mamografía anual asegura la detección precoz

“En la mayoría de los casos va a detectar tempranamente”, comenta. Sin embargo, agrega que existen cánceres con una alta velocidad de multiplicación de sus células y que pueden crecer rápidamente en el intervalo de un control a otro. “Afortunadamente estos casos son poco frecuentes. Por eso también es muy importante el autoexamen mamario, de manera que si encontramos un nódulo palpable antes del año, especialmente si es indoloro, debemos consultar con el especialista a la brevedad”. Agrega que, esta recomendación también es válida para las pacientes menores de 40 años que aún no han comenzado su chequeo anual con mamografía.

Si no tengo antecedentes familiares no es necesario el control periódico

“Esta es una las grandes creencias que hay que erradicar. Una paciente que no tiene antecedentes familiares de cáncer de mama sí necesita controlarse regularmente”, explica Patricia. Agrega que, la mayoría de las mujeres que desarrollan esta enfermedad no tienen antecedentes familiares relevantes. “Por lo tanto, cualquier mujer mayor de 40 años debe realizar su control médico con mamografía anualmente”. Explica que, una mujer con antecedentes de familiares cercanos que han tenido cáncer de mama, tienen un riesgo aún mayor que el resto de la población, que, en general, ya es muy elevado. “No debemos olvidar que el cáncer de mama es actualmente la primera causa de muerte por cáncer en la mujer en nuestro país y en el mundo”.

Nuestro estilo de vida y hábitos pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama

“Sí. Hay numerosos estudios que han demostrado asociación entre un mayor riesgo de cáncer de mama y factores como la obesidad, la falta de actividad física regular, el consumo de alcohol y tabaco”, comenta. La ventaja, según explica la especialista, es que estos factores de riesgo son modificables y dependen de nosotros. A diferencia de otros como los antecedentes familiares o la edad sobre los cuales no podemos influir.

Si no siento dolor significa que no hay cáncer

“Este es otro gran mito que debemos aclarar”, comenta la especialista. “Muchas pacientes llegan muy preocupadas por dolor en una o ambas mamas y en la mayoría de los casos el examen es normal. Al revés, quienes tienen un nódulo indurado, incluso a veces de gran tamaño, suelen retrasar la consulta porque no les duele”. Patricia aclara que el cáncer de mama es una patología que no duele y ese es justamente uno de los grandes problemas. “Nadie se queda en casa con una apendicitis, pero es increíble ver llegar pacientes con tumores muy grandes y avanzados que no han consultado por la ausencia de dolor”.

Informarnos y estar conscientes respecto de qué es realidad y qué es ficción en relación al cáncer de mama puede marcar la diferencia entre la detección precoz y un buen pronóstico —los cánceres diagnosticados a tiempo tienen hasta un 95% de probabilidad de recuperación según datos de la Corporación Cáncer de Mama Chile— versus enfrentar un cáncer avanzado que requiere de tratamientos mucho más invasivos. Patricia explica que es importante saber que hoy en día las opciones de tratamiento se encuentran en estado muy avanzado. Y en este sentido, es mejor prevenir que cerrar los ojos ante la posibilidad de un diagnóstico que, para muchas, puede parecer devastador e incluso una condena. “En nuestro país tenemos excelentes equipos de especialistas dedicados a esta enfermedad. Además, el cáncer de mama está dentro de las patologías cubiertas por las garantías GES. Tenemos que entregarnos, confiar y dejarnos acompañar”.

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