Mommy Brain y los cambios cognitivos durante el embarazo
Confusiones, menor capacidad de retener información o concentrarse y una especie de nube que hace más difícil cualquier tarea que requiera de esfuerzo cognitivo son algunos de los síntomas de este fenómeno poco estudiado que se da durante el embarazo y posparto.
Agendar a dos pacientes en el mismo horario, tener problemas para recordar si la conversación que está teniendo en el momento ya la ha tenido en sesiones anteriores o, derechamente, olvidar que tenía una cita programada en su agenda de atenciones hace semanas son cosas que le han comenzado a ocurrir a la psicóloga de la Universidad Católica y especialista en salud mental perinatal, Francisca Ávalos (41) hace algunos meses. Situaciones que antes no vivía —o que eran al menos muy excepcionales— de olvidos y pequeños descuidos que alteran la rutina diaria son hoy parte de su vida y así se lo comunica a sus pacientes cuando necesita reagendar o hacer ajustes porque, desde que está esperando a su segundo hijo, pareciera que su mente a veces se desconectara de lo que está viviendo en el momento presente.
Pero Francisca no es la única. Olvidos, confusiones, menor capacidad de retener información o concentrarse y, en general, una especie de nube que hace más difícil cualquier tarea que requiera esfuerzo cognitivo son algunos de los síntomas más comunes del Baby Brain o Mommy Brain. En español, conocido como Cerebro de embarazada, este fenómeno poco estudiado es uno de los efectos de la gestación en la salud materna del que no todas las mujeres tienen conocimiento. Si bien durante un embarazo la mayoría conoce y espera un gran número de cambios a nivel físico, no siempre se habla de los efectos que dar vida a una guagua tiene en lo cognitivo y que son invisibles a los ojos pero que se perciben con total claridad en el fuero interno de una embarazada.
La psicóloga perinatal y miembro de la Red Chilena de Salud Mental Perinatal Valeria Romero, explica que el Mommy Brain afecta a un gran número de mujeres en etapa de gestación pero también en etapa del puerperio. “Muchas madres en consulta perinatal mencionan síntomas asociados al llamado Baby Brain, es decir, sentirse olvidadizas, desmemoriadas, más lentas o que olvidan fácilmente cosas importantes”. La psicóloga agrega que hay estudios que se centran en los cambios hormonales que vive la mujer gestante y cómo estos afectan directamente a las neuronas —produciendo efectos similares a los de la adolescencia—. Y otros, indican como protagonista de estos cambios la contracción o pérdida de materia gris en el cerebro. “Ambos procesos permiten a la mujer prepararse para el maternaje y desde lo mamífero, proteger a la cría”, comenta la psicóloga. “Hay una reorganización del cerebro en esta etapa que es necesaria para responder a las necesidades propias, del bebé intrauterino y posteriormente al nacimiento”.
Según un estudio publicado en la revista científica Nature Neuroscience, durante el embarazo se producen importantes cambios en la fisiología del cerebro de las madres y que se pueden observar incluso hasta 2 años después del nacimiento. Uno de ellos es la reducción de la materia gris —especialmente en la zona del hipocampo donde se activa la función de la memoria— y otro, es un proceso que se conoce como poda neuronal similar a la que ocurre en el cerebro adolescente. Es decir, se eliminan ciertas conexiones neuronales existentes facilitando la generación de nuevos caminos neurológicos. Por esta razón, una de las especialistas y autoras del estudio publicado en Nature Neuroscience explicó durante una entrevista para el New York Times que, si bien normalmente hablar de “reducción de materia gris” tiene una connotación negativa, en la práctica se ha observado que es un proceso natural y potencialmente beneficioso para las madres. A través de esta poda neuronal que reduce la cantidad de materia gris del cerebro materno se eliminan conexiones neuronales antiguas menos relevantes y se promueve la formación de nuevas conexiones que permiten a las personas navegar de forma exitosa una realidad completamente nueva como es la maternidad. “En vez de enfocarse en pequeñas y relativamente inconsecuentes piezas de información, el cerebro de las mamás reasigna recursos a otras áreas como la del control de teoría mental que permite descifrar las necesidades y requerimientos de otros”, explica la Ph.D y profesora de psicología médica del Columbia University Irving Medical Center, Catherine Monk durante la misma entrevista.
Francisca Ávalos explica que, según su experiencia clínica, es habitual trabajar con pacientes gestantes a quienes se les olvidan las cosas, les cuesta más pensar y organizar ideas pero que este Mommy Brain no suele ser el principal motivo de consulta. A pesar de lo frustrante que puede llegar a ser la aparente disminución de la capacidad cognitiva en una persona que espera a un hijo, las pacientes suelen llegar a consultar con especialistas de la salud mental como resultado de todos los cambios a nivel psíquico que se producen durante el embarazo en su conjunto. “El Baby Brain se refiere a los cambios en la capacidad de concentración y memoria especialmente. Pero, además de estos, ocurren cambios a nivel cerebral mucho más amplios durante el embarazo”, explica la especialista. Francisca Ávalos agrega que, como han mostrado las investigaciones, efectivamente existen cambios fisiológicos a nivel cerebral pero que los olvidos, los descuidos o las confusiones no son la única manifestación de un cerebro que vive la gestación de una guagua. “A partir de los cambios concretos a nivel cerebral se producen una serie de procesos psíquicos que son importantes y que caracterizan la gestación”.
Algunos de los cambios que se pueden observar durante el embarazo según explica la especialista, asociados a lo cognitivo pero que van más allá del Mommy Brain, son la transparencia psíquica y la conducta materna primaria. “La transparencia psíquica apela a una alta sensibilidad emocional durante el embarazo. Mucho material que estaba guardado en el inconsciente, durante el embarazo se hace consciente”. La psicóloga agrega que muchas pacientes llegan a consultar por estos nuevos miedos, penas o temas de infancia que antes parecían no afectar pero que con el embarazo, han tomado relevancia de forma repentina e inesperada. Otro de los efectos del embarazo que genera muchas consultas entre las mujeres, sobre todo en los meses finales del proceso de gestación, es la mayor sensibilidad con la que se percibe el ambiente y las acciones de otros. Situaciones a las que antes quizás no se prestaba atención, hoy se vuelven relevantes para una mamá que está ad portas de recibir a su guagua y, Francisca Ávalos explica que esto también tiene un fundamento desde la neurociencia. “A medida que avanza el embarazo la actitud afectiva de la mamá se vuelve más sensible a las caras, los gestos y a interpretar señales”, comenta. “Es como estar ensayando para luego reconocer las necesidades de un hijo, poder interpretar y leer a tu guagua”.
Si bien muchas cosas se hacen más difíciles para las embarazadas, la terapia psicológica y el abordaje de temas no resueltos es algo que se ve potenciado gracias a los cambios que ocurren en el cerebro de una futura mamá.
Francisca agrega que, si bien todos estos efectos a nivel cognitivo y emocional pueden ser abrumadores para una mamá que espera un hijo, es importante recordar que son situaciones esperables y que, tal como ocurre con los cambios visibles del cuerpo, estos tienen una función en el proceso de gestación. Valeria Romero explica que algunos de los aspectos más desafiantes del embarazo son para las mujeres estos cambios a nivel cognitivo. “Sentirse que ya no son las mismas de antes puede percibirse como pérdida de identidad”, explica Valeria. Y agrega que también muchas veces las mujeres sienten aprensiones respecto a los cambios del funcionamiento y de que éstos no permitirían cuidar de su guagua de la mejor manera.
“Lamentablemente en ocasiones se culpabiliza a las madres ante su capacidad cerebral, generando expectativas y exigencias de eficiencia en su rol, lo que repercute fuertemente en su salud mental. Es ahí cuando acuden a consulta por síntomas depresivos o ansiosos de etapa perinatal”, explica la especialista. Y si bien todos estos cambios no visibles del organismo de una gestante son desafiantes, Francisca Ávalos explica que no implican solamente más dificultad para realizar tareas del día a día sino que pueden ser una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. La especialista comenta que, si bien muchas cosas se hacen más difíciles para las embarazadas, la terapia psicológica y el abordaje de temas no resueltos es algo que se ve potenciado gracias a la mayor sensibilidad, la transparencia psíquica y los cambios que ocurren en el cerebro de una futura mamá. Por eso, si bien el embarazo puede ser un periodo de mayores olvidos y poca atención, es también una etapa ideal para abordar situaciones de la infancia pendientes, replantearse relaciones y vínculos emocionales con los propios padres, entre muchos otros temas que, con la ayuda de un especialista y los cambios del embarazo, se pueden ir trabajando durante la espera de forma más abierta.
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