Mujeres en los medios: una brecha pendiente
¿Están los medios sujetos a la desigualdad entre hombres y mujeres? ¿Con qué frecuencia protagonizan las noticias? ¿Que imagen se forja de la mujer en los medios? Son algunas de las interrogantes que impulsaron el informe Mujeres sin nombre, realizado por la firma LLYC, que trata la visibilidad de las mujeres y su representación en los medios. Para la elaboración de este estudio, un equipo analizó 14 millones de noticias publicadas durante el último año con mención explícita al género en 12 paises. Los datos fueron categóricos en cuanto a la desigualdad; en la mayoría de los paises los hombres firmaban un 50% más de noticias que las mujeres. Chile destaca entre los países con una baja autoría femenina ocupando el puesto 11 en el ranking, solo superando a República Dominicana. A nivel nacional, las noticias son firmadas un 108% más por hombres que por mujeres, es decir, más del doble de las noticias. Quizás por esto mismo, en el último año, se han publicado 2,5 veces más noticias sobre hombres que sobre mujeres. “Esta infrarrepresentación es incluso más aguda en ciertos ámbitos, como el deporte, donde las noticias que tratan sobre mujeres representan solo 1 de cada 20. A través de nuestros resultados, también hemos descubierto que a las mujeres se las asocia más con los cuidados y la vida saludable, mientras que la ciencia y la investigación continúan siendo ligadas a los hombres”, dice Luisa García, Chief Operating Officer Global la firma.
Eso solo para partir: el estudio arrojó que el nombre propio de las mujeres aparece un 21% menos en titulares que el de hombres. Esto quiere decir que como lectores y lectoras solemos enfrentarnos a noticias de mujeres sin nombre. ¿Un ejemplo? “Una mujer podría ser la nueva presidenta de Estados Unidos”; un tipo de titular que se suele elegir para comunicar en medios, en vez de directamente mencionar el nombre propio de la candidata en cuestión, como sí se hace, y sin dudar, en el caso de los hombres. “Nos sorprende que cuando se habla de mujeres, muchas veces se hace como si fueran anónimas. Es decir, no se habla de sus nombres propios. Parece economía del lenguaje, pero lo cierto es que transmite sesgo, no es informativo e invisibiliza” dice Luisa.
Y no solo se trata del nombre propio de las mujeres que protagonizan las noticias, sino también de cómo se especifica el género agregando el apellido “femenino” cuando están implicadas las mujeres. Esto sucede cuando se habla de “Literatura femenina” en vez de simplemente literatura cuando las autoras son mujeres. O “deporte femenino” cuando es un equipo de mujeres o “trabajo femenino” cuando se trata de la ocupación laboral de las mujeres. En 2022, entre las 431.000 noticias analizadas en Chile, un 60% exponía un tema con el apellido “femenino” Esta mención explícita al género es 2,3 veces más frecuente en mujeres que en hombres. “Cuanta mayor es la mención del ‘apellido femenino’, menor es la tendencia a citar el nombre propio de las protagonistas. Esta subordinación semántica las relega a un rol secundario y anecdótico”, señala Luisa.
La escritora, docente y lingüista Viviana Ávila Alfaro, quien lleva años trabajando sobre la importancia del uso del lenguaje respecto al género, señala que “en los medios de comunicación la palabra mujer aparece como adjetivo, como un complemento de alguna otra cosa. Cuando hablan de la literatura femenina, de los trabajos femeninos lo que se busca diferenciar, hacer énfasis en las brechas, sin embargo en ese esfuerzo se sigue entendiendo que lo masculino es universal. Esto sucede porque lenguaje refleja la realidad y si en la realidad las mujeres no estamos siendo protagonistas eso también va a tener una consonancia en el ámbito de lenguaje”.
La doble victimización
Con respecto a la cobertura de la violencia de género, el estudio arrojó que hay una doble vitimización: se sigue poniendo foco en la víctima en vez de en el agresor. Se nombra casi 3 veces más a la mujer que al hombre cuando se habla de violencia y el doble en situaciones de acoso. Cuando se le menciona a él, es un 20% más probable que en el titular aparezca el término “mujer” en lugar de “hombre”. Y si las víctimas son expuestas por su nombre, el del agresor a menudo queda oculto por su alias. Viviana, quién además es autora del libro de La Mató por amor, un ensayo que aborda cómo la violencia de género se refleja a través de las prácticas discursivas, señala al respecto que este tipo de tratamiento en las noticias configura el modo de interpretar la realidad acerca de hechos, que en este caso son violentos. “El lenguaje tiene que cumplir la función de darle forma a la realidad de manera tal que permita visibilizar, en este caso, la violencia de género”.
¿Cómo se representa a la mujer cuando se habla de ella?
Un dato no menor: el modo en el que visten las mujeres se refleja en 1 de cada 25 noticias sobre ellas. Por otra parte, las mujeres y sus familias parecen ser aún inseparables en las noticias: se menciona un 36% más a la familia en noticias sobre mujeres y hay un 366% más de menciones a la familia en noticias sobre empresas asociadas a la mujer que al hombre (4 veces más), y un 191% en el caso de ciencia (2 veces más). Además, según el estudio, los referentes de mujeres dan el mensaje constante de que ser buena no es suficiente, debes ser excepcional. “Con mucha frecuencia, el referente de mujer que reflejan los medios es de éxito y excepcionalidad. Las noticias sobre mujeres políticas, por ejemplo, destacan un 50% más sus aciertos y minimizan sus errores en comparación con los dirigentes masculinos. Esto acentúa el síndrome de la impostora y del burnout en aquellas mujeres que se plantean tener mayor exposición y visibilidad”, señalan las conclusiones del informe.
Los resultados de este estudio se suman a muchos otros que reflejan una panorámica similar. En 2020, el 6º Proyecto Global de Monitoreo de Medios es liderado por WACC, apoyado por ONU Mujeres, monitorió 30.162 historias pertenecientes a 2.251 medios. Dentro de los resultados interesantes del Proyecto Global está la ausencia de mujeres profesionales expertas a las cuales recurrir para abordar ciertos temas. “Las mujeres siguen apareciendo en los medios chilenos principalmente como parte de una “opinión popular” (45 %) y relatoras de experiencia personal (32 %). Como experta o comentarista solo están presentes el 29% de las ocasiones”. La conclusión de sus resultados proponía que, si todo sigue tal cual, necesitaremos al menos 67 años más para cerrar esta brecha promedio de igualdad de género en los medios de comunicación.
¿Qué hacemos con esta información?
“Primero hay que valorar que en los últimos años, la panorámica sí ha mejorado sustancialmente”, dice Luisa. “Esto se debe en gran medida a que las sociedades continúan avanzando hacia una igualdad real entre hombres y mujeres, lo cual vemos reflejado en un mayor porcentaje de mujeres periodistas. Las corresponsalías de género son un buen ejemplo de ello, ya que proporcionan los medios para incrementar y mejorar la cobertura sobre temas relacionados con la igualdad. Confiamos en que, si seguimos priorizando la igualdad, obtendremos grandes avances en la cobertura y la participación de las mujeres en los medios de comunicación. Sin embargo los medios de comunicación deben seguir midiendo sus contenidos para encontrar donde están las disparidades de género. De esta manera, podemos fomentar una mayor igualdad en los medios, desligarnos de los sesgos inconscientes e impulsar a que más mujeres tengan voz en espacios tradicionalmente ligados a los hombres, como la economía o el deporte. Estoy convencida de que utilizando los datos como herramienta divulgativa podemos hacer mucho para mejorar el tratamiento y la presencia de la mujer en los medios”.
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