Mujeres liderando la telemedicina

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A comienzos de 2020 la pandemia por Covid 19 obligó a implementar drásticos cambios en todos los ámbitos de la sociedad. Una de las áreas que más fuerte vivió el impacto del Coronavirus fue, sin duda, la salud. Los profesionales no solo tuvieron que responder a la enorme sobrecarga que generó un virus sin precedentes, sino que además, el sistema en su conjunto tuvo que ser capaz de hacerse cargo de todas las demandas de la población que seguía requiriendo de las mismas prestaciones de salud y cuidados que de costumbre.

Sin embargo, lo que parecía ser un callejón sin salida para una infraestructura médica que, a todas luces no daría abasto ante la creciente demanda por prestaciones, se convirtió en un campo fértil para soluciones tecnológicas altamente creativas. Una de ellas fue la masificación de la telemedicina.

Un concepto futurista pero que ya podía ser imaginado en la década de los 60 en caricaturas como Los Supersónicos —en las que, en una versión ficticia del año 2062, los protagonistas tenían consultas médicas con especialistas mediante video conferencias—, la telemedicina era visualizada como una realidad posible. Si bien estamos más de 40 años adelante de los pronósticos de la productora de Los Supersónicos Hanna Barbera en el desarrollo de lo que se conoce mundialmente como telehealth, parece sorprender que, solo a partir de la carga que representó la pandemia para los sistemas de salud es que se haya masificado este formato de prestaciones médicas. Cuando, en realidad, la tecnología necesaria para realizar consultas por doctores a distancia ha estado disponible por décadas.

Y es que uno de los principales beneficios de digitalizar la atención de profesionales de la salud es el crecimiento exponencial de la cobertura que pueden alcanzar, la optimización del tiempo —un recurso tremendamente valioso tanto para médicos como para pacientes— y la conveniencia que permite el no tener que salir de la casa para asistir a una hora con el doctor.

De acuerdo con una encuesta realizada por TrialliantHealth, el 60% de los pacientes de consultas de telemedicina durante 2020 y 2021 fueron mujeres. Y, según un estudio publicado en JAMA Journals en 2020 sobre las características asociadas a los pacientes que eligen consultas presenciales vs. telemedicina, las mujeres entre 18 y 44 años de edad son el grupo demográfico que prefiere esta última modalidad de atención de salud por sobre las antiguas visitas al doctor.

Daniela Retamal es médico en la red Medismart que ofrece prestaciones de telemedicina en diferentes países de Latinoamérica. Explica que, en su experiencia trabajando en consultas en formato remoto, las pacientes están prefiriendo esta dinámica porque se trata de un modelo que les resulta particularmente conveniente a ellas. “Muchas me han dicho que no sabían que existía esta modalidad y que les ha gustado, es más que nada porque es un formato que les acomoda. Las mujeres, en general, somos multi funcionales. Estamos haciendo mil cosas a la vez, entonces el poder estar conectado de forma remota con un médico es ideal”, explica Daniela. Agrega que, para muchas de sus pacientes que son dueñas de casa, jefas de hogar y están a cargo de todos los miembros de la familia este formato es la única oportunidad de consultar con un médico.

Incluso levantadas las restricciones impuestas durante la pandemia, si pueden evitar el tener que dejar a los niños o tener que pedir permiso en el trabajo para ir al doctor, prefieren hacerlo. “No debería ser así, pero he tenido pacientes que están trabajando y se están atendiendo conmigo en un break”, comenta Daniela. Si bien está lejos de ser una situación ideal, las atenciones remotas otorgan la flexibilidad necesaria para mujeres que, de otra forma, no podrían acceder a consultas con especialistas o que tendrían que posponerlas de forma quizás indefinida. “Se toman unos minutos para hacer la atención y después se reintegran. Pero en el fondo no tienen que entrar a tomar una micro. Basta con una buena conexión”, comenta la doctora. “Es un formato que permite, en el fondo, que las mujeres no tengan que dejar de lado otras cosas por por tener que ir al médico. No es algo que yo respalde 100% porque uno siempre debería darse el tiempo para su salud, para hacerse sus chequeos, siempre. Pero de repente, hay casos en los que sí es bastante útil y las pacientes lo agradecen”.

Sin embargo, no son solo las mujeres como consumidoras de servicios quienes prefieren la telemedicina. Son también ellas como médicos quienes están tomando una posición de líderes al momento de decidirse por dar el salto hacia las consultas online. De acuerdo con un estudio conducido por investigadores del Massachusetts General Hospital a raíz de la pandemia por Covid-19, la mayoría de los más de 3.000 profesionales encuestados que se decidían a adoptar la telemedicina de forma temprana en sus consultas eran mujeres. Daniela Retamal explica que, si bien en su experiencia personal ha observado que la proporción de médicos hombres y mujeres es bastante simétrica, una tendencia a la telemedicina mayoritariamente femenina en una profesión que solía ser dominada por hombres no le sorprende. “Puede deberse a una serie de cosas que vienen cambiando con el mundo, con los años y con la sociedad”, comenta. “Porque si bien esta es una carrera donde hoy en día vemos muchas mujeres, antiguamente medicina en particular era una carrera que prácticamente estaba reservada para los hombres. Ver a una mujer estudiando medicina era rarísimo”. Agrega que, no hasta hace tanto tiempo, las mujeres que se atrevían a incursionar en la medicina lo hacían bajo su propio riesgo porque todavía existía mucha discriminación al interior de las escuelas del área de la salud. “Hoy en día somos cada vez más. En mi generación éramos casi el mismo número de mujeres que de hombres. Por lo mismo es que cada vez vemos más médicas o médico generales mujeres que estamos en esta área”. Daniela explica que, una de las mismas motivaciones que llevan a las pacientes hacia la telemedicina es la que podría explicar porqué este formato es también atractivo para sus colegas. “Un factor que puede influir en que en la telemedicina también hayan hartas mujeres, y lo he visto en algunos casos, es que muchas médicos a veces también son jefas de hogar, son mamás y este formato es remoto y flexible”, explica.

Pero, independiente del motivo que impulse a las mujeres hacia la medicina, como pacientes o profesionales, el resultado es beneficioso para todas. La simplificación del acceso y la mejor cobertura médica para mujeres de la mano de la telemedicina son buenas noticias. Y es que, los datos que muestran que la falta de médicos mujeres desincentiva las consultas y retrasa los diagnósticos certeros es abundante. En 2021 el National Institute for Health and Care Research de la Universidad de Nueva York patrocinó un estudio que mostró cómo las pacientes percibían sus consultas de salud siendo invisibilizadas en el sistema médico cuando los profesionales a cargo atribuían cualquier síntoma a efectos secundarios de embarazos, anticonceptivos o menopausia. En contextos como estos, poder acceder a profesionales de la salud del mismo género, desde la privacidad del propio hogar es, sin duda, un contra peso a una balanza que venía hacía muchos años cargada en contra de la salud de las mujeres.

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