Mujeres que impactan: Catalina Fernández y su meta de transformar vidas a través del deporte

En medio de la pandemia, Catalina Fernández se encontró cara a cara con una realidad que partía el alma. Al sumarse a un grupo comprometido en llevar ayuda a barrios y campamentos vulnerables, descubrió un panorama desolador: niños y niñas sin acceso a educación, sin un plato de comida en la mesa, sin un techo que los protegiera. Madres y padres con miradas llenas de angustia, luchando en un entorno que parecía no dar tregua. Cada rostro, cada historia, le revelaba la crudeza de una desigualdad que no podía ignorar.

Fue en ese contexto devastador que nació Fundación Gol de Oro en 2020, con la misión de transformar esa dura realidad. Catalina, directora ejecutiva, junto a su equipo se propusieron generar un impacto positivo en la etapa formativa de niños y niñas, utilizando el deporte colectivo como una poderosa herramienta de cambio, acompañándolos de manera sostenida y respetuosa.

A lo largo de los años, han trabajado sin descanso para que cada niño, independientemente de su situación socioeconómica, tenga acceso a oportunidades que amplíen su horizonte y les permitan soñar con un futuro lleno de posibilidades.

En los barrios vulnerables, muchos niños pasan gran parte de su tiempo en la calle, enfrentándose a un entorno lleno de riesgos donde los espacios deportivos suelen ser ocupados por la droga y la delincuencia. Sin embargo, al transformar esos lugares en escenarios de deporte formal, han logrado recuperar el espacio y erradicar conductas peligrosas, brindándoles un ambiente seguro.

La organización se integra en el corazón de los barrios, revitalizando sus espacios deportivos y transformándolos en puntos de encuentro que fortalecen el sentido de comunidad. En las canchas, se llevan a cabo talleres socio deportivos que no solo ofrecen diversión a niños y niñas, sino que también promueven valores como el trabajo en equipo y la cohesión social.

El compromiso de la organización también incluye a los adultos, a quienes se incentiva a participar activamente en estas iniciativas, fortaleciendo la red comunitaria y creando un entorno seguro y colaborativo. Con el esfuerzo conjunto de todos, se generan espacios públicos que no solo son seguros, sino que también promueven el desarrollo integral de la niñez y el fortalecimiento del tejido social. “Nosotros ocupamos como herramienta para adherir a los niños al programa el deporte y el fútbol en sus canchas de barrio, que es su territorio, y desde ahí trabajamos fuertemente en todas estas experiencias formativas. Esto los ayuda justamente a crear capital social. Trabajamos con su familia y con la comunidad de una manera integral” comenta.

La fundación desarrolla un trabajo integral que combina equipos sociales, deportivos y formativos, enfocados en impactar positivamente la vida de niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Durante aproximadamente dos años, trabajan estrechamente con ellos, y al finalizar ese periodo, realizan mediciones de impacto para evaluar cómo estas intervenciones transforman sus vidas tanto a nivel personal como emocional. Este enfoque permite no solo demostrar resultados concretos, sino también reforzar la importancia de programas diseñados para atender sus necesidades.

Inicialmente, el objetivo era trabajar con niños institucionalizados, quienes ya contaban con ciertas intervenciones. Sin embargo, pronto identificaron que existía una población igualmente vulnerable: los niños en contextos territoriales abandonados, especialmente aquellos que utilizan las canchas de barrio. Estos espacios, a menudo olvidados, carecían de programas oficiales que fomentaran su participación y desarrollo. Además, en las escuelas tampoco encontraban oportunidades para fortalecer su vínculo con el deporte. “Cuando ellos están cerca de su territorio es mucho más fácil poder adherirse a estos programas” comenta Catalina.

Al reconocer esta necesidad, la organización decidió actuar, desarrollando iniciativas que devolvieran a estos niños su lugar en la sociedad asegurando que nunca más fueran ignorados. Su misión es clara: hacer visible lo invisible, transformando vidas y generando oportunidades donde antes no las había.

Es por eso que Catalina fue destacada en el año 2024 por el Premio Mujer Impacta y pasó a ser parte de una red de emprendedoras sociales a lo largo de todo Chile. Sobre este reconocimiento cuenta: “Muchas veces este es un trabajo invisible para los ojos de muchos, pero para quien lo realiza, es muy gratificante. En mi caso, siento que me ha dado la fuerza para poder seguir adelante y empoderarme también como mujer en el mundo. Va mucho más allá de la labor social que haces, sino que cuando tú cuentas de tu premio el orgullo, la satisfacción y cómo te presentas al mundo, es mucho más poderoso como mujer” finaliza.

Además, la directora ejecutiva de Fundación Gol de Oro, destaca la importancia de construir una red colaborativa entre los proyectos sociales. Reconoce que, aunque ha aprendido mucho a lo largo de su trayectoria, gran parte de ese aprendizaje fue resultado de un proceso solitario de ensayo y error. Más tarde, identificó que existen fundaciones y organizaciones que ofrecen formaciones y recursos valiosos, pero que muchas veces esta información no llega a quienes la necesitan. Por ello, considera que una red colaborativa es esencial para compartir conocimientos, herramientas y oportunidades, fortaleciendo el trabajo conjunto de todas las fundaciones.