Nicolás Jaar: canción valiente

1

El hijo pródigo de la electrónica chilena viene a Santiago a presentar Sirens, su trabajo más consistente. En él, escarba en su pasado, amplía su paleta sonora, se reconcilia con el legado de su padre –el artista Alfredo Jaar–, y deja la canción de protesta más inesperada de la década. Un disco con estatura de clásico.




Paula 1217. Sábado 14 de enero de 2017.

Hasta 2011 había guardado distancia de la obra de su padre, el artista visual Alfredo Jaar, porque consideraba que el espectador debía conocer el contexto político y social a la que se refería. Según contó a Rolling Stone, Nicolás Jaar (26) creía que cualquiera podía entender la música, que no necesitaba contexto. Hasta que ese año viajó a Chile por primera vez en calidad de músico y lo invitaron al Museo de la Memoria. "Conocía la historia, había visto películas, hablaba con padres y primos sobre eso. Pero después de ir al museo, empecé a poner más detalles físicos e imágenes", le dijo en su momento a Pitchfork.

De pronto entendió que en sus trabajos hablaba solo de cosas personales una y otra vez. No es que fuera música hedonista, de hecho se dio a conocer por su maestría para trabajar por igual los silencios y las secuencias. Desde 2008, cuando estrenó sus primeros singles, pero sobre todo con su alabado debut de 2011 Space is only noise, era una suerte de Erik Satie del nuevo milenio.

Debido a su creciente renombre (en la que ayudaron sus trabajos más abstractos Nymphs y Pomegranates) fue invitado en 2015 a dictar un taller en la Berklee College of Music de Boston. En él hablaron de lo sospechoso que podía resultar alguien de su perfil étnico (latino de ascendencia árabe) en una ciudad que aún recordaba el atentado de la maratón de 2013. Y juntos trabajaron un collage sonoro, luego del que se preguntaron de si era posible hacer música electrónica con contenido político. "A partir de ahí quise hacer música con contexto", como aseguró en entrevista a The Guardian.

Su trabajo más reciente –Sirens– es la decantación de estas experiencias, un disco diametralmente distinto a su debut de 2011 y ligado sutilmente a su trabajo con su proyecto Darkside. Un disco con formato de canción más definido que se interna en sonidos más duros y en piezas más largas y sincopadas. Pero lo central: es marcadamente político. Lo es desde la foto de portada con la célebre instalación This is not America de su padre en el Time Square, pasando por las letras de canciones como Killing time o History lesson, que hablan sobre la violencia del Primer Mundo contra naciones subdesarrolladas, hasta No, la que hace referencia al desencanto de la transición chilena y la crisis política actual. Su coro "Ya dijimos No, pero el Sí está en todo" es lo más directo, conciso y bailable que hemos escuchado desde Los Prisioneros. La canción de protesta de esta generación vino del lugar menos pensado.

Ha dicho la crítica especializada:

"Este es la magia de Jaar, un álbum increíble que le hará ganar un ejército de fans".

XLR8R

"Más que cualquier lanzamiento anterior, Sirens demuestra que Jaar es tan capaz como Radiohead (post Kid A) o Flying Lotus para crear una verdadera obra maestra".

PopMatters

"Sirens, es una exploración musical y política de la contradicción –entre "sí" y "no", el pasado y el presente– y las posibilidades que se abren entremedio".

The Quietus

Nicolas Jaar actúa el 26 y el 28 de enero en el teatro La Cúpula del Parque O'Higgins. Entradas por el sistema Puntoticket.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.