Nicole ha probado distintos estilos. Fue diva pop, adolescente enamorada y una romántica melancólica. Pero con Mercurio en Acuario, el Oráculo es claro esta semana y apunta al segundo álbum de esta cantante chilena, lanzado a finales de 1994: Esperando nada, que es un canto a los sentimientos puros.

Este panorama astral es un llamado a reparar en las palabras como herramientas de comunicación y las canciones de ese disco están llenas de pequeñas joyas que hablan de relaciones, de amor y sobre todo de una forma emocional de estar en el mundo. Desde Sólo el mar hasta Cuando yo me transforme hay un afán de búsqueda y entender quiénes somos a través del amor. Pero sin expectativas.

Una de las más claras es Dame luz, en la que se vinculan las palabras a lo luminoso. Y con Mercurio en Acuario esta es una oportunidad para comprender mejor nuestra misión, mirándola con perspectiva y recurriendo a las formas de comunicación verbal y escrita. Es una buena semana para conversar con quienes amamos y escribir lo que nos pasa.

Y como guía para nuestras decisiones, el título del disco nos dice mucho: hagamos desaparecer las expectativas de las situaciones en las que invertimos tiempo y energía. Especialmente en las amorosas. Esperar algo de una relación nos predispone a un estándar que si no se cumple puede ser frustrante. Esperemos todo de las personas a las que queremos, pero esperemos nada del amor. Y dejémonos sorprender.

Concéntrate: En trabajar profundamente los vínculos emocionales, ya sea con otros o contigo misma. No hay nadie más que tú y yo.

Extraña: Ser.

Piérdete: Recógete y vuélvete a derramar. Recurre solo al mar.

Elementos: Sal, coral, espuma y barro.