El miedo a la soledad y volver a estar soltero podría ser la razón por la que muchas parejas se mantienen unidas. Así lo constató un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Toronto y publicado por The Journal of Personality and Social Psychology donde un 40% de los encuestados confesó que temía no tener un compañero de largo plazo, mientras que un 18% aseguró que le aterraba convertirse en un solterón o solterona. Además, el 11% no quería envejecer solo y el 7% indicó que se sentiría inútil si no tuviese pareja.
Para Gianella Poulsen, directora de la unidad de terapia de pareja y sexualidad de la Red Salud de la Universidad Católica, estas actitudes podrían responder a un tema de inseguridad. “El hecho de aferrarse a una relación por miedo a estar solo se vincula mucho con el temor de sentir que, si no es esa persona, nadie más lo va a elegir. Que no podrá encontrar a otro porque cree que no es digno del amor. Por eso recomiendo que para estar en un vínculo de pareja, lo primero es aprender a amarse a uno mismo. Porque si alguien no sabe hacerlo, le costará relacionarse de una manera sana”, explica. Además, asegura que estar enamorado tampoco se trata de querer o tener que estar todo el tiempo con la otra persona, sino que puede haber un equilibrio entre los espacios propios y la compañía de la pareja.
¿Pero cómo podemos detectar si se trata de esto? El amor va mutando por lo que es normal hacerse preguntas respecto al vínculo. La antropóloga Helen Fisher plantea que el amor posee tres etapas fundamentales: lujuria, atracción y unión, seguidas a veces de una cuarta etapa, de desunión, que llevaría al quiebre de la pareja. En la primera, lo se siente un fuerte impulso sexual y la sensación de bienestar, optimismo y proclividad a soñar despiertos. En la segunda, en cambio, se desarrolla un pensamiento fijo hacia una persona y el estar con esta se transforma casi que en una necesidad vital. Y cuando la pareja logra superar esa etapa –que dura aproximadamente tres años– comienza una unión que se asocia a los sentimientos de confianza, generosidad y empatía. Además, se produce una valoración más profunda del otro y la agitación de los primeros años mutan a la calma y el apoyo incondicional.
Sin embargo, a medida que las relaciones van madurando, comienzan a darse escenarios que podríamos asociar con el desamor. “El problema es que muchas parejas se dejan estar con el paso de los años y se olvidan de trabajar su relación. Pero todo lo que uno quiere desarrollar necesita de un esfuerzo y el amor también forma parte de eso. Las parejas que perduran felices son quienes invierten mucho en ese vínculo”, explica Gianella.
Y es que si esto no sucede, podría pasar que la relación mute a una de amigos, más que de pareja. “Lo que pasa harto es que muchas parejas a las que se les acaba la sensualidad, tiene la sensación de que el otro es como un hermano. Y ahí empiezan a cuestionarse qué tanto amor de pareja sienten. Tiene que ver con que el otro no despierta ese lado de mujer o de hombre que potencia el atractivo, pese a que el vínculo de ambos sea súper bueno. Pueden ser buenos padres, buenos amigos, pero no hay pareja”, cuenta la especialista.
Pero hacerse este tipo de preguntas tampoco significa que algo está mal. Gianella, de hecho, recomienda que las personas siempre se pregunten cómo se sienten en su relación ya que, gracias a ese ejercicio, uno puede ir mejorando. Pero también depende el tipo de duda que surja. Si el cuestionamiento se centra en si la persona con quien se mantiene una relación es o no es para uno, podría ser una señal de que hay algo que no está funcionando. Sin embargo, esto tampoco significa que ya sea demasiado tarde para tratar el problema.
La buena noticia es que existen algunas características propias del amor y que servirían de guía para aclarar aquellas dudas. “Si bien en el amor hay amistad, también hay pareja. Y el ser pareja tiene que ver con el erotismo, que es exclusivo de ambos. Tampoco se trata simplemente de sexo, pero sí de una complicidad y coqueteo. Hay una pregunta que me sirve mucho en terapia y es que si la gente se siente enamorada. Normalmente, cuando alguien quiere dejar una relación, independiente de la razón, ya no se siente de esa manera. Esta es una experiencia subjetiva, al igual que los orgasmos. Quienes dudan de si lo han tenido alguna vez, lo más probable es que nunca los hayan experimentado. Porque quien los ha tenido, lo sabe. Con el amor es lo mismo. El que se desenamora lo sabe porque siente que esa sensación se apagó”.