¿Para qué sirven las mascarillas de carbón?

De color negro o gris oscuro, en general estas mascarillas vienen en formato cremoso o como una tela pegajosa que se retira con mucha dificultad. ¿Qué prometen? Eliminar puntos negros y suciedad de la piel. ¿Cumplen? El maquillador Marcelo Bahnu da su opinión.

“El carbón como producto de uso cosmético estuvo de moda hace un par de años, luego fue quedando en el olvido tras los adelantos en la industria y hace un tiempo volvió con más fuerza al ser incorporado como el componente principal de mascarillas que se pueden usar en la casa y en diferentes formatos”, dice Bhanu.

De origen vegetal, sus características lo hacen beneficioso para la piel incluso en quienes no siguen una rutina de limpieza y cuidado diario. “Es altamente capaz de limpiar y exfoliar la superficie de la piel ayudando a absorber impurezas, residuos oleosos, polución y toxinas ya que tiene propiedades antibacterianas y desinfectantes. El carbón es perfecto para destruir bacterias que se han depositado sobre la piel y que pueden traer consigo la aparición de granos y espinillas”, explica Bhanu.

“Se puede empezar a incorporar de manera paulatina con mascarillas de papel, en formato gel, cremas, exfoliantes para cuerpo e incluso en esponjas”, recomienda el maquillador. Y asegura que es un componente apto para todo tipo de pieles, aunque trae más beneficios a pieles mixtas y grasas por su capacidad de absorber impurezas y mantener la superficie de la piel más uniforme.

Recomendaciones para usar una mascarilla de carbón activado

Lo primero es tener la piel limpia, sin ningún tipo de suciedad ni restos de maquillaje. Aplicar la mascarilla y dejarla actuar entre 15 y 30 minutos, dependiendo de las instrucciones específicas. Si es una mascarilla húmeda que se seca sobre la piel, se debe remover con abundante agua. Luego, aplicar algún tipo de tónico o agua micelar que ayude a dejar los poros limpios para que los siguientes productos que se apliquen penetren de mejor manera.

No se recomienda usarla más de una vez por semana ya que si se hace muy seguido, puede resecar la piel y dejarla extremadamente sensible y debilitada.