No es casualidad que el coronavirus, según la Organización Mundial de la Salud, mate a más hombres que mujeres. En la Universidad de Wuhan (China) se estableció que la tasa de mortalidad por el coronavirus en hombres era del 2,8% mientras que en mujeres se reducía a un 1,7%. En España, en cambio, según estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Sanidad, la relación entre hombres y mujeres infectados es de 40-60, pero al considerar el número de muertes, se invierte.
Y es que las mujeres no solo vivimos más, sino que también frente a amenazas virales nuestro organismo responde de una mejor manera que el de los hombres. ¿Cuál es la razón de estas diferencias? Al parecer, la respuesta está en el diferente comportamiento del sistema inmunitario y endocrino, ambos estrechamente relacionados.
“La mujer se diferencia del hombre respecto a la inmunidad, porque tiene respuestas más rápidas”, explica Óscar González, profesor del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Según el especialista –en palabras simples– hay dos sistemas de inmunidad: innato y adquirido. Uno nace con el primero, que es una inflamación que se produce en defensa para todas las amenazas. Y el segundo, en cambio, se relaciona con células de los glóbulos blancos, llamadas linfocitos (que los estrógenos y progesterona contribuyen a desarrollar), que actúan generando anticuerpos. Por lo tanto, tienen una respuesta específica para cada antígeno, como virus, bacteria o químicos, lo que provoca que el organismo pueda reconocerlos y saber cómo defenderse. Ambos sexos hacen lo mismo, pero la respuesta del sistema inmune es más rápida en las mujeres.
Sin embargo, las hormonas nos juegan a favor hasta cierto punto. Y es que después de la menopausia –que generalmente llega entre los 45 y 55 años– el sistema inmune se descontrola, reaccionando ante los tejidos propios como si fueran extraños, originando enfermedades autoinmunes y aumentando la susceptibilidad a enfermar por infecciones. Así lo explica Óscar González: “La respuesta a los antígenos o al propio organismo reacciona con el sistema inmune adaptativo. Entonces, la mujer hace inflamaciones defensivas como un método de ataque. Pero cuando el sistema inmune empieza a envejecer, esa inmunidad responde mal contra el propio organismo y por eso las mujeres tienen enfermedades como esclerosis múltiple, artritis, hepatitis, entre otras”. Y agrega: “Los hombres tienen un sistema hormonal que es parejo. Si bien va decreciendo, pero termina más allá de los 85 años de producir sus hormonas. En cambio a la mujer se le acaban abruptamente en el periodo de la menopausia. El estradiol, que es una de las hormonas importantes de los ovarios junto a la progesterona y testosterona, tiene un sistema mucho más sintetizador que el del hombre. Es decir, la mujer renueva todos sus tejidos cada cierto periodo”. Y la progesterona, por su parte, tiene un efecto anti inflamatorio que actúa rápidamente cuando hay una inflamación y, por lo tanto, cumple con un rol protector.
Esto provoca, según el especialista, que el envejecimiento no dependa de los años, sino que de las hormonas. Y por eso la menopausia suele tener un impacto tan fuerte en las mujeres. “La edad cronológica es cuántos años tienes y la fisiológica es como estamos para esos años. El hombre tiene una línea de envejecimiento que se asocia a su edad cronológica, pero la mujer depende del nivel de hormonas. Si uno compara a dos mujeres de la misma edad, seguramente la que tuvo la menopausia antes, envejeció más rápido y ese fenómeno tiene que ver con la respuesta inmune”, cuenta.
Pareciera, entonces, que al perder bruscamente dicha protección, las mujeres deberíamos morir antes que los hombres que no la pierden. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. “El diseño del cuerpo de la mujer era para que durara hasta la menopausia y nada más. Entonces, los hombres deberían vivir más. Pero el problema está en que el estilo de vida de ellos es muy malo, en todo sentido. Y eso hace que tengan más riesgos de morir. De hecho, las Estadísticas mundiales de salud 2019, de la OMS, muestran que de las 40 causas principales de mortalidad en el mundo, en 33 de ellas los hombres mueren antes que las mujeres. Porque ellos tienen estilos de vida que son más nocivos. En general, representan a la mayor parte de la población con obesidad, sedentarismo y fumadores”, dice González.
Y concluye: “Las mujeres, además, cuentan actualmente con la posibilidad de la terapia de reemplazo hormonal que disminuye el riesgo cardiovascular. Desde el año 2002 el Ministerio de Salud aprobó la compra de hormonas para mujeres menopáusicas en los consultorios, sin embargo, éstas se pierden ya que –por una por una inexplicable razón– son indicadas a sólo el 11,9% de los pacientes que las necesitan. Además, para disminuir los riesgos del envejecimiento del sistema inmunitario frente a la infección, es indispensable hacer regularmente ejercicio y mantener una nutrición adecuada. Y no fumar”.