Hace una década nadie usaba primers o pre bases de maquillaje, pero desde que aparecieron en las principales marcas de belleza, cientos de mujeres y maquilladores aseguran que es el secreto para que el maquillaje dure todo el día y no se absorba ni desaparezca a medida que pasan las horas. Pero, ¿es tan necesario y efectivo? “Si no es bien utilizado, la verdad es que puede empeorar todo”, advierte el maquillador Marcelo Bhanu, quien desmitifica este producto.
“Los primers son productos de uso cosmético que en su mayoría tienen como componente principal la silicona o alguno de sus derivados. Cuando recién aparecieron en el mercado, se hablaba de que su uso principal era dar mayor duración a las bases, pero con el paso del tiempo han diversificado sus funciones de tal forma que se encuentra un primer para casi todo”, asegura Bhanu.
Según cuenta el makeup artist, existen primers para todo tipo de piel, para modificar la textura de la misma al tacto o para generar un efecto óptico al contacto con la luz artificial o natural. “Hay personas que los evitan por la silicona, la cual podría obstruir poros y ser comedogénica, y con el uso prolongado podría hacer aparecer granos o impurezas”, advierte el profesional.
No hace milagros
El primer es un producto que promete modificar la textura de la piel de manera temporal, por lo que muchas personas lo usan en vez de la base de maquillaje. Pero Bhanu recomienda no hacerse muchas expectativas: “Funciona bien si prefieres no usar una base muy densa, pero hay que considerar que no es un producto que haga milagros ni que produzca un cambio permanente gracias a su uso reiterado”.
Por eso, para quienes buscan conseguir los resultados prometidos, lo recomendable es preocuparse por los productos que se aplicarán antes y después, los cuales deberían tener componentes similares y prometer los mismos resultados. “Por ejemplo, si usas productos para preparar la piel que son libres de aceites o emolientes y encima agregas un primer de composición oleosa para luego aplicar una base de maquillaje con acabado mate o sin brillo, lo más probable es que el primer termine cortando la base y dejando una textura áspera al tacto, encapsulando o granulando la base en la superficie de la piel”, advierte Bhanu. Si eso pasa no es que el producto sea malo, sino que no se le dio un uso correcto que lo hiciera efectivo.
Los hay para casi todo
Para matificar la piel: Eliminan el exceso de oleosidad sobre la superficie de la piel dejándola suave y aterciopelada al tacto. Se pueden usar a diario antes de la base de maquillaje o incluso luego de haberla aplicado, para retocar si es que aparece brillo durante el día. Este tipo de primer no asegura mayor duración del maquillaje, pues su principal función es controlar la oleosidad en la piel.
Para corregir: Sirven para emparejar diferencias de color tenues tales como un hematoma. Vienen en colores específicos según el color que se quiera neutralizar y en algunos casos, ayudan a hidratar la piel para que se vea fresca.
Para que dure el maquillaje: Suelen estar pensados para los párpados grasos a los que se le corta la sombra.
Para minimizar los poros: aunque los poros no se abren ni se cierran, sí existen primers que pueden dar el efecto óptico de achicarlos.