_
En el marco del Día de la madre, la compañía de investigación de mercados GFK publicó los resultados de un estudio realizado en Chile, en el que se revela de manera cuantitativa la extenuante y dura realidad que están viviendo las madres durante la pandemia, es decir el 71% de la población femenina del país.
De los datos recopilados, quizás el más impactante es que el 81% de las mamás dice estar más estresadas que antes de la pandemia, lo que no es extraño si consideramos que el 55% ha aumentado el tiempo que le dedica a las tareas domésticas y el 48% se involucra más que antes en las tareas escolares de sus hijos. A esto, se le suman sus trabajos remunerados; el 38% de las mamás considera que su carga ha aumentado en el contexto de pandemia y un 50% dice que le ha resultado más difícil concentrarse en el trabajo, versus solo un 20% de los papás.
Y este estudio no es el único que lo ha demostrado. La última Encuesta de Empleo del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales ya había develado que el 38% de los hombres en familia destinó 0 horas semanales a las tareas domésticas durante la pandemia. Y que el 57% de los papás le dedicó 0 horas al cuidado de los niños.
Si a estos datos le sumamos los que ya se manejaban previo a la pandemia, que establecen que en las parejas heterosexuales adultas –de entre 24 a 59 años– que cohabitan y en las que ambos cuentan con un trabajo remunerado, las mujeres destinan en promedio 6,6 horas al día al trabajo doméstico y de cuidado versus 3,2 horas en el caso de los hombres, se da cuenta de la inequidad sistémica que viven las madres a diario. Inequidad que por lo demás se ve influenciada directamente por el sentido de culpa cuando no se logra cumplir con un mandato impuesto de la maternidad perfecta. Y es que tal como establecimos en un artículo previamente publicado, la maternidad, como la conocemos, es una construcción social y cultural. “Históricamente el patriarcado ha utilizado la maternidad como un instrumento para controlar el cuerpo y el destino de las mujeres. De aquí que siempre se ha establecido un ideal de buena madre: Una mujer sacrificada, abnegada, sin vida propia. Un ideal en el que la mujer desaparece tras la figura de la madre que no tiene otros intereses más allá de la crianza”, explica la autora del libro Mamá Desobediente, Esther Vivas.
Por eso, para este día conmemorativo y después de un año en el que la maternidad nuevamente se puso a prueba, nuestro Especial del Día de la madre se enfoca en la maternidad imperfecta, porque es importante visibilizar que no hay una sola forma de maternar y que parte de ser madre es también fracasar, no lograr todo lo propuesto y tener el derecho a quejarse. O, como lo dice el título de nuestro especial, a desahogarse.
Abrimos un canal de comunicación directa con nuestras lectoras para que nos envíen sus desahogos, quejas, gritos y aprendizajes por audio al whatsapp +56 9 7986 7194. Queremos escucharlas y dar cuenta de que, aunque las realidades difieran, las madres no estamos solas en esto.
Aquí, algunas de sus voces: