LA PREGUNTA:

Me pongo mal al pasar tiempo a solas. Tengo pareja y muchos amigos, pero me genera ansiedad cuando me toca pasar horas en soledad ¿Cómo reconecto conmigo para disfrutar de mi propia compañía? ¿A qué se debe este miedo?

Karina, 33 años

LA RESPUESTA:

“El miedo a estar solos es mucho más común de lo que creemos y todos nos hemos enfrentado a él en mayor o menor medida. El miedo a pasar tiempo solos o a quedarnos solos en términos de pareja, por ejemplo, es algo muy potente, sobre todo en la sociedad actual donde hay una exigencia instaurada de estar en pareja, tener muchos amigos, salir y estar haciendo cosas constantemente”, dice la psicóloga y terapeuta sexual Florencia Grebe (@sobresexo.cl).

En ese sentido, debemos tener claro que el miedo puede ser muy decisivo respecto de cómo actuamos y nos relacionamos con los demás. Por ello es importante identificarlo y empezar a conocerlo. “Lo primero es ser conscientes de cuando aparece y descubrir qué tanto tiene que ver con mi historia, con los patrones familiares o con la cultura a la que estoy expuesta. Con esto, se puede empezar a reconectar con uno mismo y tomar decisiones más saludables. Cuando tengo identificada la raíz de este miedo puedo aprender a manejarlo, privilegiando espacios de soledad, en el sentido de no estar acompañada por no querer estar sola. Si yo puedo manejar mejor el miedo, puedo disfrutar de otras cosas y de vínculos con los cuales sí quiero compartir, versus otros que no”, recomienda Florencia.

Exigencias y expectativas

Para conectar con nosotros mismos es fundamental saber quiénes somos y cómo nos comportamos. Hacerlo con ayuda profesional será lo ideal, pero también podemos apoyarnos al hacernos preguntas como: ¿por qué me pasa esto? ¿qué me hace decidir este miedo?

“Es bueno aceptar que muchas veces no vamos a querer estar solos, que es parte de la vida no estar súper felices todo el tiempo. En ocasiones la vida pasa y al conocernos más podemos tolerar mejor esa incomodidad, la frustración y los ratos de ‘aplanamiento’”, agrega. Y es que hay varios factores que influyen en sentir miedo a la soledad. “Lo cultural, el qué dirán, la perspectiva del fracaso: estar solo es como haber fallado. Hay un factor de auto exigencia, esperar estar rodeado de un montón de amigos y gente todo el tiempo. Existe la ilusión de que mientras más sociable eres, mejor eres en la vida y hay muchas exigencias por cumplir con esas expectativas. También es importante la presencia del miedo al abandono y esto tiene que ver con los estilos de apego y aprendizajes de la infancia y relaciones familiares”, profundiza la especialista.

Señales de alerta

Por causa del miedo a la soledad se pueden generar relaciones de dependencia o muchas veces la persona se llena de actividades para evitar pasar momentos de soledad. De ahí la importancia de identificar si las decisiones que tomas las tomas por ti o por el ‘miedo a’.

“Cuando me doy cuenta de los vínculos que estoy generando o de qué tan insatisfecha estoy en una relación y me sigo manteniendo ahí, el miedo a la soledad se materializa. Esto pasa mucho en las relaciones de pareja, por ejemplo, si estamos con alguien y no somos felices, estamos con alguien y no queremos estar, o no cubre lo que yo necesito o no me cuido. Cuando ocurren esas cosas y me doy cuenta, es un buen momento para acudir a un especialista. También es importante poner ojo a los momentos en que estas ‘rellenando’ espacios. O cuando sientes mucho cansancio y te das cuenta de que te llenaste de panoramas en los que no querías estar”, aconseja la psicóloga.

A la hora de enfrentar los miedos, lo más recomendable es ir paso a paso. Primero identificarlo: cuándo aparece, en qué momentos me siento así, qué emociones siento, cómo actúo. “Puedo encontrar espacios para estar sola de manera progresiva, por ejemplo: tomar desayuno sin celular y sin televisión, conectada conmigo, aunque sean 15 minutos. Empezar a enfrentar momentos de estar sola y privilegiar lo que de verdad quieres hacer”, sugiere Grebe como punto de partida.