Erika Parra recomienda pintar sin prejuicios, reproduciendo lo que ves, no lo que crees que debes pin­tar.

Materiales

• Una tela

• Carboncillo

• Trementina

• Un trapo

• Óleos de los siguientes colores: ocre, amarillo, azul, blanco, verde y naranja.

• Pincel espatulado Nº 18

• Aguarrás

• Brocha gruesa

Instrucciones

1. Compone tu motivo, míralo bien y decide desde qué ángulo lo vas a reproducir. Con carboncillo dibuja so­bre la tela las líneas definitorias del mo­tivo que vas a copiar, ubi­cándolo es­pacialmente y marcando sus lí­mi­tes pa­­ra que quede completo dentro del lien­­zo.

2. Mantiene a la misma distancia del modelo y de la tela para captar perfectamente las proporciones. Con tre­mentina y un color determinado, re­­pa­sa las líneas definitorias del dibujo que consideras correctas.

3. Deja secar y con un trapo retira el carboncillo para que no manche las pin­turas cuando las comiences a po­­ner sobre el dibujo.

4. Comienza a manchar desordenadamente fondo y figura al mis­mo tiempo. Pon tonos neutros, ocre más amarillo al fondo, porque son to­nos complementarios del azul, que es el color de la tetera.

5. Recuerda que estás pintando una obra de arte y no una pa­red, de manera que acomodes las pin­celadas en forma desordenada para ir llenando los objetos de color ayudando a crear una idea de volumen.

6. Erika no aclara los tonos con mé­­dium y elige los pinceles que usa sacándolos de un frasco con aguarrás. Los limpia con un trapo y los em­­­plea, uno para cada color usado.

7. Pinta sin prejuicio, reproduciendo realmente lo que ves, no lo que ra­cionalmente crees que debes pintar. Con­sidera la deformidad que se pro­vo­ca en la silueta de la tetera, al mirarla a tra­vés del vidrio de la botella.

8. Acostumbra a usar una brocha lo su­ficientemente gruesa, lo que pro­­­­duce una pintura más suelta y es­pon­­­tánea. Erika prefiere un pincel es­pa­tulado Nº 18, que puedes usar de can­­to, para hacer detalles finos o de lle­no para cubrir mayor superficie. Pon­­­­ lu­­ces sobre la tetera, tomando co­­mo ba­­se los colores claros del fon­do, des­­­de el blanco puro hasta el o­cre a­­ma­­­­ri­llo­so.

9. Establecidas las luces y sombras en el motivo es el momento de pin­tar el fondo, que es creatividad pu­­ra y no necesariamente copia fiel del na­tural. Agre­ga luces más dra­má­ti­cas para llamar la aten­ción so­bre una zo­na de la obra.

10. Pone detalles en la botella, nun­ca hay que olvidar que lo im­portante es lo que está en pri­mer pla­no. Maruja Pinedo, la maestra de Erika, decía que pa­ra va­lorar había que aprender a sa­crifi­car. Se más minuciosa con los de­­­ta­lles de la botella, sacrificando los de la tetera, que está en segundo pla­no.

11. Recuerda que el arte es crea­ti­­vidad, de manera que no te asus­tes ante tu propia visión de la bo­te­lla; por ejemplo: ella será tan verde como la veas.