Pensión de alimentos: ¿estamos considerando los “gastos hormiga”?
En general, como el gasto que hacen las mujeres es cotidiano y permanente, son montos más pequeños y que pocas veces se contabiliza, lo que automáticamente hace que ese gasto hormiga ni siquiera se considere como algo necesario, lo que no implica que no exista y que si lo sea.
Cuando existen hijos en común, la forma de contribuir a sus gastos por parte de ambos padres, es algo que no siempre es fácil de acordar, y cuando llega marzo, esto se hace más evidente; son muchas las madres que se encuentran con matrículas impagas o tienen que costear solas los gastos asociados a uniformes o útiles escolares.
Y es que, si bien tanto madres como padres tenemos la obligación legal y moral de entregarle el soporte emocional y económico a nuestros hijos e hijas para que puedan vivir de la mejor manera posible, es sabido que en muchos casos esto no ocurre. “Cuando se produce una ruptura familiar, la distribución y asignación del costo de la vida de los hijos es bastante compleja, básicamente porque la repartición de como contribuimos y/o invertimos los hombres y las mujeres en nuestras familias, está marca por una división sexual, que se hace más notoria al momento de una separación”, dicen las abogadas Javiera Fuller y Alexandra Maringuer del Estudio Jurídico M+F.
Así bien –agregan las expertas– es usual que hombres paguen el concepto asociado al techo, es decir, dividendo y contribuciones o arriendo y gastos comunes; la educación, es decir colegios y universidades; y la salud, a través de la Isapre y seguros, entre otros gastos que estarían dentro de los catalogados como “básicos”, “necesarios” o “importantes”. Todos estos suelen ser montos mayores e incluso gastos que luego reportarán ganancia o serán de inversión.
Por otro lado, las mujeres, madres, que pocas veces se hacen cargo de estos ítems, tienen que pagar otros como supermercado y vestuario. “Se trata de gastos más ‘cotidianos’ y por lo tanto se les suele restar importancia. Además se trata de cuestiones ‘perecibles’, es decir, cosas que mes a mes se esfuman y no generan ningún reporte económico a simple vista, sin embargo, son fundamentales en el estilo de vida que llevan los hijos y para cumplir con sus necesidades”, agregan las expertas.
Entonces, según las abogadas, cuando se encuentran en la situación de tener que negociar o acordar una pensión de alimentos, lo primero que ven es que se ponen sobre la mesa los “gastos importantes”, “necesarios” y “relevantes” para la subsistencia de los hijos comunes, y automáticamente se minimizan todos los otros, los que generalmente contribuyen las mujeres.
Se trata de los que se conoce como “gastos hormiga”, ese pequeño gasto que se va generando día a día –y que va asociado estrechamente a las labores de cuidado– como por ejemplo el regalo de cumpleaños del amigo, el material que piden de último minuto en el colegio, el helado que se quisieron comer en el quiosco, o ese par de zapatillas extras porque se rompieron antes de lo previsto.
“Probable muchos cuestionen dicho gasto como “necesario” y/o “relevante” para ese niño o niña, incluso nosotras mismas no somos conscientes de su importancia, pero cuando es uno de los progenitores el que está a cargo del cuidado la mayor parte del tiempo, las necesidades cotidianas que van surgiendo van sumando y se hacen cada vez más relevantes”, dicen las especialistas.
Y agregan: “Cuando llega una clienta que necesita regular la pensión de alimentos en favor de sus hijos, lo primero que hacemos en enviarles una planilla Excel, ya que familiarizarnos con los gastos reales que se producen en una familia es esencial para tomar consciencia y generar una estrategia que busque un equilibrio real en la contribución a estos. Y ahí viene la sorpresa de muchas, sus hijos o hijas gastan muchísimo más de lo que ellas mismas creían, porque en los cálculos de los gastos ‘básicos’ no se consideran estos gastos hormigas. Menos aún los gastos asociados a las labores de cuidado, lo que recientemente ha sido incorporado en la legislación, que es un deber tener que tasarlo”.
En general, como el gasto que hacen las mujeres es cotidiano y permanente, son montos más pequeños y que pocas veces se contabiliza, lo que automáticamente hace que ese gasto hormiga ni siquiera se considere como algo necesario, lo que no implica que no exista y que si lo sea. Por eso, aclaran desde el Estudio Jurídico, generar la estrategia adecuada en una negociación, mediación o demanda, reconociendo debidamente la distribución de la economía familiar y considerando todos los gastos, es lo único que permite que logremos pensiones de alimentos más justas, en donde se visualice el real aporte que hacemos las mujeres madres.
“Cambiar la cultura social, económica y judicial parte por gestos tan simples como considerar los gastos hormiga que van asociados al debido cuidado y necesidades cotidianas de nuestros hijos e hijas, es fundamental y parte por incorporar la necesaria perspectiva de género en las decisiones asociadas a nuestras relaciones familiares. Sólo de esa manera vamos a evitar que seamos las mujeres las que nos sigamos empobreciendo aún más al momento de una separación”, concluyen las expertas.
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