Pintar para sanar: el boom de los libros para colorear para adultos y la diferencia con el arte terapia

pintar para sanar - paula



Johanna Basford es una ilustradora escocesa que saltó a la fama como una de las propulsoras del fenómeno de los adultos que colorean que comenzó a desarrollarse a principios de la década del 2010 pero que hoy ha encontrado más y más seguidores. Y es que, si bien pintar o colorear ilustraciones es una actividad que se asocia con la infancia o como un pasatiempo de niños al que, probablemente le dedicamos horas de nuestras tardes infantiles, las palabras colorear y adultos no parecieran ir con frecuencia en una misma frase.

Con millones de copias vendidas en todo el mundo el primer libro para colorear dirigido a adultos de Johanna Basford titulado Secret Garden, ha sido traducido a más de 45 idiomas y se convirtió en el pionero de un género que hoy ya está consolidado. En la actualidad es común que editoriales publiquen libros para colorear no para niños sino que, específicamente dirigidos a una población mayor. Y muchos de los autores y casas de publicación se aferran a los posibles efectos positivos de esta actividad creativa en adultos —especialmente en el ámbito de la salud mental—para promocionar sus títulos.

Y es que si bien muchos adultos se acercan al colorear de forma análoga, utilizando lápiz y papel porque es una actividad que puede ayudar con la desconexión y el relajo, afirmaciones como colorear para “calmar la ansiedad”, “eliminar el estrés”, “ganar amor propio” o “combatir la depresión”, que se pueden leer frecuentemente como subtítulo o como un tagline que introduce el título del libro, pueden inducir a errores.

Si bien, organizaciones médicas como la Clínica Mayo han reconocido los beneficios de colorear en la adultez como una forma de poner en práctica el mindfulness (vivir en el momento presente) y mejorar los niveles de tolerancia a la frustración al desarrollar una actividad que está llena de imprecisiones y error, colorear no es una solución mágica a problemas serios como trastornos de ánimo, burnout o estrés laboral. Y sin duda, no reemplaza una terapia especializada para abordar este tipo de problemas.

La diferencia con el arteterapia

Natalia Alonso es psicóloga, profesora de Artes Plásticas especialista en Arte terapia y creadora de la comunidad de Instagram @arteterapiandolagente donde ofrece sesiones abiertas de arteterapia y comparte contenidos sobre el tema. Explica que el uso de ciertos términos alusivos a la propiedades terapéuticas de colorear que se hace en muchos libros dirigidos a adultos puede ser problemático. “Me parece que los libros para pintar que se publicitan de esta manera son poco responsables”, comenta.

“Venden la sanación a través de la adquisición de un objeto y eso nunca va a ser así”, explica. La especialista quien también se desempeña como Arte Terapeuta en el Hospital Pediátrico Dr. Exequiel González Cortés, trabajando con pacientes infantiles y adolescentes en el servicio de psiquiatría y salud mental, explica que un aspecto positivo de realizar este tipo actividades de manera autodidacta es que pueden contribuir a la disminución de la ansiedad, mejorar la concentración y la atención e incluso pueden ser un aporte desde el punto de vista del mindfulness. “Colorear es una acción que implica un ejercicio constante y presente, de encuentro con tu propia persona”, comenta Natalia.

Pero a pesar de los beneficios conocidos y que quizás son la razón por la que este boom de colorear en la adultez no pasó simplemente como otras modas sino que logró establecer un público adepto y constante, no son equivalentes a una terapia. El uso del arte como una herramienta en el cuidado de la salud mental y el tratamiento de condiciones tan complejas como el Trastorno por Estrés Postraumático o incluso la depresión no es una estrategia nueva. El arte terapia es una rama de la psicología que mezcla ambos mundos y utiliza la creación como base de la sanación mental y emocional. “La Arte terapia es una disciplina que combina el uso de materiales de arte plástico visual —todos los que te puedas imaginar— y el proceso de crear una obra, mientras te acompaña una persona profesional del área”, explica Natalia. “Es un encuentro donde la relación triangular: paciente, arteterapeuta y obra, es fundamental”.

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El arte terapia se diferencia de una sesión de psicoterapia porque la conversación o la comunicación verbal entre terapeuta y paciente pasa a un segundo plano. Lo principal es el proceso creativo y la obra que se crea con los materiales, que son el lenguaje principal. La terapeuta Natalia Alonso explica que una sesión de arteterapia se desarrolla en un espacio especial, que puede ser una consulta, estudio de arte o sala, donde es imprescindible que se tenga a disposición una mesa, sillas y ojalá con acceso a agua y luz natural. “Una sesión puede ser individual o en grupo, es decir, exclusivamente para ti o donde compartes junto a otras personas, con una duración de entre 60 a 90 minutos”, comenta Natalia. “Lo importante es que se enmarca dentro de un foco o propósito y suele enmarcarse en procesos más largos, de 12 o más sesiones con continuidad, tal como una psicoterapia”.

Elegir el camino adecuado

Y así como el arte terapia tiene marcadas diferencias con otros sistemas y abordajes de la psicología, también se separa claramente de pasatiempos como colorear u otras actividades manuales porque se enmarca dentro de un proceso en el que un especialista guía y acompaña. “Vas a estar haciendo arte terapia solo si te encuentras en una actividad dirigida por una persona profesional del área, puesto que un proceso así es mucho más solemne y estructurado que completar un libro, es una actividad relacional donde es indispensable la comunicación a través del arte y el diálogo con tu obra, propiciado por una persona que está capacitada para guiar responsablemente este sutil proceso”, explica Natalia.

La psicóloga explica que la arteterapia es recomendable para todo tipo de temáticas y personas. Pero que es clave que, para que el proceso sea exitoso, la persona tenga la disposición, deseo y apertura de participar en un proceso con este enfoque. “Creo que cada persona hace como una especie de match con un tipo de terapia y terapeuta para un momento o situación vital específica”, comenta Natalia. Sin embargo, si hablamos de salud mental y situaciones complejas, la especialista sostiene que el arte terapia tiene efectos positivos en los trastornos por estrés post traumático, duelos patológicos, trastornos de ánimo y trastornos de la conducta alimentaria. Y más aún cuando se trata de rehabilitación de personas que, por diversos motivos, necesitan fortalecer el yo, mejorar su tolerancia a la frustración, autoconfianza y autoestima.

Pero incluso dentro de la arteterapia hay elementos a considerar para asegurar que estamos eligiendo un camino apropiado para lo que necesitamos. “Si decides hacer un tratamiento con arteterapia, es fundamental que preguntes el currículum de quién será tu terapeuta, pues esto determinará si el arte terapia será complementario a una terapia tradicional o no”, explica Natalia. Las modalidades de trabajo en arte terapia pueden ser de “psicoterapia a través del arte” o de “arte como terapia”. El primer caso implica una formación en psicología clínica del profesional que acompaña y por tanto, se trata de un especialista con las competencias profesionales para acompañar un proceso psicológico complejo. En cambio, en el caso del arte como una terapia, los profesionales a cargo suelen tener una formación desde el arte o la educación. Y si bien, según explica Natalia Alonso, pueden acompañar desde el arte y estimular para desarrollar aspectos como creatividad, tolerancia a la frustración y autoestima, sería poco responsable pretender que cumplan la misma función que un profesional de la salud mental. “El arte funciona como un medio para desafiarte dentro de un espacio seguro y en compañía de una persona capaz de sostener tus más profundos afectos y movilizarlos”, agrega Natalia.

En este contexto los libros para colorear que se publicitan como terapéuticos pueden inducir a confusión y errores, sin embargo, no hay duda de que reencontrarse con los lápices, las pinturas, los colores y el papel puede ser una experiencia reconfortante que vale la pena probar como adultos. En una entrevista con la revista Smithsonian Magazine, la autora de los best seller Secret Garden, Enchanted Forest y de más de 15 libros para colorear, Johanna Basford comenta que “si pasas todo el día tecleando en el computador y lidiando con hojas de cálculo, volver a la casa y pintar es un cambio de mentalidad monumental”. La autora está convencida que, más allá de los eslogan y promesas terapéuticas que hacen algunos libros del género para enganchar a los usuarios, es en realidad el cambio de mindset que general el colorear en la adultez lo que “despierta algo en nosotros que es lúdico, nostálgico y reconfortante”.

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