El lugar donde anotar recados y asuntos pendientes no tiene por qué ser caótico ni antiestético.

Materiales

• Un marco en desuso y que no sea muy chico: recuerde que en él debe pegar matraces, perejiles u otras yerbas y que, además, debe quedarle espacio para escribir.

• Un pedazo de cholguán que sea de la medida exacta del interior de su marco.

• 1 tarro de óleo opaco negro

• 1 brocha

• Alambre no muy delgado

• 2 matraces. Tienen que ser matraces, no sirven tubos de ensayo, pues deben tener una saliente donde afirmarse en el alambre.

Instrucciones

1. Agarra la brocha, destapa el óleo y comience a pintar el cholguán. Primero dale una mano en sentido horizontal, espera a que se seque, dale otra mano en sentido vertical, deja que se seque, y luego aplica una tercera mano en sentido horizontal. Esto es para hacer una especie de trama, y para que no te queden marcadas las cerdas del pincel.

2. Pon el cholguán en el marco (por detrás, obviamente) y clávalo con unas puntas (clavos chicos y sin cabeza). Si no comprendes esto, mira por detrás cualquier cuadro enmarcado que tengas en tu casa y se te aclarará la película.

3. Pon dos tornillos a cada lado del extremo superior del marco, y amarra un alambre de un cabo al otro. Esto es para colgarlo.

4. Ubica los matraces en el extremo inferior de su pizarrón, equidistantes unos de otros. Si prefieres, puedes poner sólo uno en una esquina.

5. Para sujetar los matraces al pizarrón, procede así: usando unos clavos delgados, haz dos perforaciones muy cerca la una de la otra y cerca de la boca del matraz. Por una perforación pasa un extremo del alambre, abraza al matraz y pasa el otro cabo hacia atrás; amarra los alambres por detrás.

6. Pon hierbas frescas, compra tiza y cuelga tu pizarrón.