“A mi abuela, mi mamá y a mí, nos llegó la regla por primera vez a los 12 años y medio. Es algo que siempre supe, porque a muchas de mis compañeras les llegó a los 11, y recuerdo que para mí en esos años igual fue tema esperar tanto para que me tocara. Sé que estaba en el rango, no era un problema médico, por decirlo de alguna manera; mi rollo era que quería que me pasara lo mismo que a mis amigas y no ocurría”, cuenta Consuelo Inostroza (41). Dice que esa fue la razón por la que descubrió que a todas las mujeres de su familia que la antecedieron, les llegó la menarquia exactamente a la misma edad. “Como no me llegaba hablé con mi mamá, que me llevó a una endocrinóloga y ahí ella nos dijo que en esto juega un rol importante la genética. Y por esa misma razón, siempre pensé que a mi hija de 11 años le ocurriría lo mismo. Sin embargo, hace algunos meses le llegó la regla por primera vez, rompiendo la “tradición” familiar”, cuenta.
Como Consuelo era tan consciente de que su hija estaba experimentando una pubertad más precoz que ella y las mujeres de su familia, la llevó a un doctor. Allí le dijeron que si bien se ha visto que el inicio de la pubertad en las niñas se produce en una edad cada vez más temprana, desde el comienzo de la pandemia esta curva se ha acelerado y se cree que diversos factores relacionados al confinamiento pueden ser los causantes. Así al menos se demostró en un estudio llevado a cabo en Italia y publicado en la Revista italiana de pediatría (Italian Journal of Pediatrics), que plantea que es posible que las cuarentenas sean las responsables del aumento del impacto de factores que interfieren en el desarrollo de la pubertad, como son la adiposidad y el bienestar psicológico. “Durante este periodo, se dio una mayor incidencia de depresión, ansiedad y estrés en adultos, y a pesar de que los datos en niños, niñas y adolescentes son escasos, es probable que tuvieran reacciones psicológicas similares”, dice el informe.
Para este estudio compararon los resultados con los datos del mismo periodo de los últimos cinco años. Se muestra que hay tres factores que podrían contribuir a afectar el adelanto del desarrollo puberal: sobrepeso, dispositivos electrónicos y salud mental. “El uso de dispositivos electrónicos mostró un aumento significativo durante el confinamiento. El principal uso fue para clases y estudios escolares, pero también para entretenimiento (TV y videojuegos). Se estima que el tiempo que los niños dedican a los dispositivos electrónicos se multiplicó por 2,5 durante el encierro”, explican. Y agregan que “es plausible que un mayor uso de dispositivos electrónicos conduzca a una reducción de los niveles de melatonina que, a su vez, desencadena los cambios endocrinos que conducen al inicio del desarrollo puberal a una edad más temprana”.
En el caso de la nutrición y sobrepeso, indican que ésta juega un papel fundamental en el momento de la pubertad ya que, por ejemplo, la obesidad se asocia con la aparición de la menarquia a edades mucho más tempranas. Y por último mencionan que los factores psicológicos también pueden ser importantes. “Es probable que la pandemia afectara la salud mental y el bienestar de niños y niñas considerablemente. El miedo a la dolencia, la ansiedad y el distanciamiento social pueden haber tenido efectos perjudiciales en la salud de niños y niñas. Y antes ya se había estudiado la importancia de los factores psicológicos en la pubertad precoz, por ejemplo, en niños que migran de países en desarrollo a países desarrollados. Se ha planteado la hipótesis de que para los niños adoptados que pasan de un entorno desfavorecido a un entorno rico en recursos, los factores ambientales que ralentizan o retrasan el desarrollo puberal se desactivan, mientras que los factores que favorecen el desarrollo puberal aumentan, desencadenando el inicio de la pubertad”.
Y aunque el mismo informe plantea que se necesitan estudios adicionales para confirmar estos datos y sobre todo para dilucidar la importancia relativa de los factores en juego, este aumento en los casos de pubertad precoz es algo que muchas doctoras y doctores han podio ver en sus consultas. Una de ellas es la endocrinóloga infantil de Clínica Alemana, Ana Rocha. “A los endocrinologos nos ha llamado la atención que ha aumentado la prevalencia de pacientes con pubertad precoz, no solo en niñas sino que también en varones”, dice. La doctora explica que las causas aún se siguen estudiando, pero coincide con las que se mencionan en el informe italiano. “El sedentarismo ha hecho que en niñas y niños aumente el nivel de grasa corporal, o la composición corporal, y la grasa activa hormonas como la lectina, que puede hacer que gatille la pubertad. También se ha hipotetizado sobre el mayor uso de las pantallas, ya que disminuye los niveles de melatonina y esta hormona en bajas concentraciones hace que parta la pubertad”.
Andrea von Hoveling, ginecóloga de Clínica Santa María, obstetra y directora de la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica (SOCHEG) agrega que lo que se ha observado es un aumento en los casos de pubertad precoz y no específicamente de menarquia precoz. “La pubertad precoz, es decir, desarrollo mamario y vello púbico antes de los 8 años, a veces se asocia con menarquia precoz (que se define cuando ocurre antes de los 10 años). Es apurado decir que todas esas niñas van a tener una menarquia precoz, sin embargo es un tema que nos preocupa porque efectivamente al momento de la menarquia, que suele asociarse con una edad biológica sobre todo a nivel óseo de 12 años, las niñas y adolescentes no es que detengan en un cien por ciento su crecimiento, pero se acaba el estirón liberal y quedan los centímetros finales de crecimiento”, explica.
Agrega que la otra preocupación –“y esto es muy variable de niña a niña”, dice– es el impacto social y psicológico de ser la primera que usa sostenes, toallas higiénicas, etc. “A algunas les da lo mismo, pero para otras el impacto es grave”. Son ambos factores los que les preocupan de una pubertad precoz, una vez que se descarta que no se trate de una enfermedad que la esté gatillando.
Andrea dice que las teorías que existen hoy sobre el aumento en la pubertad precoz están arraigadas en conocimientos que ya existen, como que el estrés adelanta la pubertad. “Tenemos que entender el estrés no solo como la angustia y la ansiedad, cualquier cambio de hábito es estresante, ya sea en la alimentación, en el sueño, etc. Y también tenemos que considerar que aun no tenemos claro el efecto del uso de pantallas en las hormonas sexuales, pero sí sabemos que tiene un efecto a nivel cerebral y todo el desarrollo liberal parte en el cerebro. Por eso es importante, dentro de lo posible, que las madres y padres mantengan hábitos saludables en niñas, niños y adolescentes, que incluyan ejercicio físico, las horas de sueño que corresponda a su edad y control en el uso de pantallas, sobre todo antes de dormir, que ojalá no las usen dos horas antes del sueño”, concluye.