Paula 1154. Sábado 16 de agosto de 2014.

Según la medicina tradicional china el hígado es el órgano encargado de mantener despejados todos los canales del cuerpo para que la energía circule y así evitar que el cuerpo y la mente se estanquen en alguna zona o estado mental. Para los chinos, cuando el hígado está en desequilibrio genera emociones negativas como la ira, el enojo, la rabia y la frustración, que pueden bloquear sus aspectos o funciones positivas, que son la capacidad de planificar y la creatividad. Cuando son muchos los enojos y las rabias que se acumulan en el cuerpo, según el acupunturista, especialista en artes marciales chinas, Lucas Estrella, el hígado se bloquea y pierde sus cualidades planificadoras que le permiten a la persona proyectar una realidad distinta y elaborar una estrategia para lo que se desea alcanzar. "Si manejo justo a la hora de un taco, es normal que me produzca enojo. Lo que no es normal es que ese enojo se vuelva permanente y uno se estanque en esa emoción. Eso es señal de un hígado cuya energía está congestionada", señala Estrella.

Responsable de más de 500 funciones, el hígado es el encargado de la metabolización y depuración de sustancias tóxicas para el organismo, además de sintetizar proteínas y producir bilis, secreción que se almacena en la vesícula y que es esencial para la digestión de los alimentos, especialmente de las grasas.

Expuesto a un batallón de sustancias tóxicas, el hígado muchas veces es sobrepasado en su capacidad detoxificadora por la acción de químicos que alteran su funcionamiento. Pueden ser externos, como los aditivos y colorantes de alimentos, el cloro y arsénico del agua, los fármacos o el alcohol, entre muchos otros. Y también están las toxinas internas, como las sustancias orgánicas que se producen por el estrés e incluso el CO2 de la respiración. Cuando estas sustancias se acumulan, el hígado se congestiona y aparecen dolores de cabeza y espalda, rigidez muscular y articular, cansancio, estreñimiento. Todas señales de que algo ocurre con la salud de este vital órgano.

La mayoría de los pacientes que se hace una limpieza hepática evacúa barro biliar en forma de gránulos verdosos que parecen piedras. Pueden ser del tamaño de una cabeza de alfiler hasta una moneda, y no tienen nada que ver con los cálculos biliares.

LA FÓRMULA DE LA LIMPIEZA

"Cualquier persona, incluso una sana, tiene algún grado de congestión hepática", señala el doctor boliviano Rodrigo Alcázar, médico-cirujano de la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz, quien se especializó en medicina integrativa, abordando los campos de las medicinas homeopática, sintergética y biológica, entre otras.

Radicado en Chile hace más de 12 años, el doctor Alcázar es director y fundador del centro médico Bioquantum, hasta donde a diario llegan pacientes con estreñimiento, lesiones en la piel, caída del pelo, calambres, mal aliento, insomnio, exceso de peso, cefaleas, dolores lumbares, tendinitis, esguinces y alergias. "El denominador común en todos ellos es un hígado congestionado, sobrecargado de toxinas que urge limpiar", afirma Alcázar.

Para resetear el hígado la fórmula de Alcázar es una estricta dieta de siete días que, entre otras cosas, incluye la ingesta de un litro de jugo de manzana diario. El día clave es el sexto, cuando después de tomar una taza de agua con sulfato de magnesio –sales de epsom–, y otra de aceite con jugo de pomelo se produce el milagro: decenas de piedrecillas son evacuadas, arrastrando con ellas gran parte de las toxinas acumuladas en el hígado. Aunque cuestionada por la medicina alópata, la pócima para la limpieza que aplica el doctor Alcázar es también un best seller mundial que hoy va en su quinta edición: La sorprendente limpieza hepática y de la vesícula, libro publicado en 1998 por el naturópata alemán Andreas Moritz quien, radicado en Estados Unidos, recopiló distintos sistemas de sanación como el ayurveda para armar su propio método de depuración basado en el do it yourself o hágalo usted mismo.

Pese al descrédito que Moritz ha recibido por parte de la comunidad científica, que lo tilda de charlatán –sobre todo por su repentina y reservada causa de muerte en 2012 cuando tenía 58 años–, su receta para la limpieza hepática tiene miles de seguidores en todo el mundo, que incluso la practican periódicamente.

Carolina Muñoz, (periodista, 35 años) leyó al pie de la letra el libro de Andreas Moritz que le prestó una amiga. "Cuando cumplí 30 años me sentía muy angustiada, tenía problemas en el trabajo y recién había terminado una relación. Estaba irascible, muy irritable. Me fumaba 15 cigarros diarios y para mí era normal no ir al baño en dos días. La rabia y la angustia me tenían cansada y constipada. Por eso, algo en ese libro me hizo sentido, y decidí seguir el paso a paso para la limpieza que venía muy bien explicado", cuenta.

La primera vez que Carolina se hizo la limpieza tenía 30 años y, según recuerda, no fue agradable: "Tuve diarrea dos días y me sentía débil. Es que este método te deja sin energía porque está todo tu cuerpo y tu mente enfocado en la depuración". Pero a los tres días se sintió distinta: "Sentí una liviandad emocional y física que jamás había experimentado. Me convencí que todo lo que había botado era toda esa rabia enquistada en mi hígado. Dejé de fumar y comencé a alimentarme sano. Se me pasó la angustia y por fin me sentí bien después de mucho tiempo", dice Carolina que cada seis meses limpia su hígado para prevenir y mantenerse sana. "No soy talibana, pero me cuido", dice.

A mediados del año pasado Francina (ejecutiva de ventas, 53) comenzó a sentir fuertes molestias en codos y rodillas. "El dolor se fue intensificando cada vez más. Tanto, que cada tres días tenía crisis tan fuertes que me dejaban en cama. No podía caminar, estaba rígida". Por cuatro meses tuvo que suspender sus clases de yoga, que practica hace diez años. El diagnóstico: artritis reumatoide, una enfermedad crónica y degenerativa que afecta las articulaciones. Reticente a tomar medicamentos y convencida de que podía curarse por otros métodos, llegó a tratarse con biomagnetismo, donde conoció el nombre del doctor Rodrigo Alcázar. En octubre pasado se sometió a su primera limpieza hepática. Hoy, lleva cinco. "Después de la tercera limpieza sentí una mejoría. Las crisis se espaciaron, hasta ahora, que ya no las tengo. Aunque mi enfermedad sigue, los síntomas desaparecieron y he sido testigo de cómo mi cuerpo se ha regulado. Aprendí que mi curación está en mis manos. Solo de esa forma pude volver a empezar", concluye Francina, quien ha vuelto a practicar yoga tres veces por semana.

"Aunque es un método absolutamente natural, lo mejor es hacerlo con la supervisión de un médico", advierte Alcázar, uno de los pocos especialistas que indican esta terapia en Chile.

Además del método de Moritz existen varias otras alternativas naturales para limpiar el hígado, como la homeopatía con que el mismo doctor Alcázar trata a los niños que llegan a su consulta por alergias que él relaciona con mal funcionamiento hepático. Para el acupunturista Lucas Estrella, para mantener el hígado descongestionado, lo vital es el movimiento y la actividad física. "Según cuan enojados e irascibles estemos, a algunas personas les bastará con un paseo en bicicleta, mientras que otras necesitarán recurrir a otros métodos de sanación como la acupuntura", explica. En cualquier caso, antes de limpiar el hígado, hay que limpiar el pulmón y el intestino grueso, órganos asociados a dejar, soltar, abandonar. Para esto, según Estrella, conviene hacer ejercicios de respiración, hidratarse y comer frutas y verduras. "La idea de volver a empezar tiene que ver necesariamente con dejar algo atrás. Con los pulmones y los intestinos depurados, las cualidades planificadoras del hígado permitirán proyectar una realidad distinta a la presente y diseñar un camino para concretarla", remata el acupunturista.

El doctor Rodrigo Alcázar, director y fundador del centro médico Bioquantum, www.bioquantum.cl

¿QUÉ TAN ENFERMO ESTÁ MI HÍGADO?

¿Se enoja e irrita con frecuencia? ¿Se siente estresado? ¿Siente rigidez y dolores musculares, en especial en la zona lumbar? Son algunas de las preguntas que el doctor Rodrigo Alcázar realiza a sus pacientes en el centro médico Bioquantum. Cuando hay más de una respuesta afirmativa, lo más probable es que estos síntomas sean indicio de que algo anda mal con el hígado. "80% de los dolores lumbares se deben a la acumulación de material tóxico en el hígado, que obstruye los conductos e inflama toda la zona lumbar. Cuando se evacúa la congestión, desaparece el dolor", afirma el doctor Alcázar. "Además, si una persona me dice que come frituras, grasas, harinas y azúcares refinados, que fuma y bebe alcohol, entonces está claro: el hígado necesita una revisión", agrega el especialista, quien diagnostica bloqueos a través de técnicas de la medicina energética como la medición de las pulsaciones y la utilización de una máquina de biorresonancia que emite ondas electromagnéticas.

Una vez detectada la congestión se puede establecer un nivel leve, moderado o grave y se indica el procedimiento de limpieza hepática que, según Alcázar, se debería realizar por lo menos una vez al año, incluso en personas sanas, salvo embarazadas. "Así como se lleva el auto a la revisión técnica, uno debería realizar esta limpieza para prevenir y para mantener la salud hepática", acota.

7 DÍAS DE LIMPIEZA

Básicamente, el método que aplica el doctor Alcázar en su centro médico Bioquantum, es similar al que ideó el naturópata alemán Andreas Moritz. Una nutricionista evalúa de forma personalizada a cada paciente para sugerir un plan de alimentación de siete días que se basa en consumir verduras crudas –ojalá de hojas verdes, cuyo alto contenido de clorofila es detoxificador– combinadas con quínoa, arroz y fideos integrales y frutas. Descartadas todas las proteínas, legumbres, lácteos, alcohol y tabaco, y se evalúa caso a caso la ingesta de medicamentos.

Hay que beber muchas infusiones de boldo, hinojo o diente de león, además de un litro de jugo de manzana al día, cuyo ácido málico dilata los conductos biliares. Al sexto día, el paciente toma cuatro tazas de agua con sal de epsom para dilatar los conductos y dos de aceite de oliva y jugo de pomelo. "Este es el último paso de la limpieza y provoca un efecto jabón, que arrastra los sedimentos alojados en los canales del hígado a través del conducto digestivo", explica el doctor Alcázar.

Importante es el paso previo y final de la depuración: antes y después de la limpieza hepática el paciente se debe someter a una hidroterapia de colon, sistema que consiste en infiltrar vía rectal agua purificada que recorre las paredes del colon limpiando los residuos alojados en él. "Este procedimiento es fundamental para facilitar el drenaje del hígado y favorecer la eliminación de la sustancias acumuladas", señala el especialista.

Según la medicina china la mejor época del año para limpiar el hígado es la primavera, estación asociada a este órgano. "El hígado es representado por la madera, un estado de energía que se expande radialmente durante esta estación, tal como las flores que brotan. Es en este periodo cuando conviene depurarlo", afirma el acupunturista Lucas Estrella.

BARROS VERSUS CÁLCULOS

"La mayoría de los pacientes evacúa barro biliar, que es como una arena con gránulos verdes que parecen piedras, pero al aplastarlas tienen la consistencia del lodo.

A este sedimento, que se forma esencialmente por lípidos y bilis se le ha llamado erróneamente piedras o cálculos, pero en realidad no lo son", aclara el doctor Alcázar. Aunque este proceso es indoloro, a veces el barro contiene demasiada bilis, que puede resultar un tanto abrasivo para la zona de evacuación debido a su alcalinidad.

Por otro lado, existen los cálculos biliares, patología conocida como colelitiasis, que son piedras duras y oscuras que se forman en la vesícula por cristalización del colesterol y densificación de la bilis a causa de una dieta alta en colesterol o por el uso de anticonceptivos orales –que se sintetizan en el hígado–, entre otras. "En este caso, la única solución es la extracción de la vesícula mediante cirugía", afirma el doctor Edgar Sanhueza, hepatólogo de Clínica Alemana, quien afirma que en relación a métodos naturales, no existe evidencia científica ni explicación fisiológica que los respalde. "Por lo tanto, no es posible conocer los efectos ni los peligros de estas terapias y no es posible emitir juicio". Para el doctor Alcázar, en cambio, una limpieza de hígado al año puede prevenir la formación de cálculos biliaries. "Chile, junto con Bolivia, Argentina y Perú, lideran los índices de cálculos biliares debido a una dieta rica en grasas, sobre todo por el alto consumo de cordero. Antes de llegar a una cirugía, las personas debieran hacer esta limpieza como prevención", acota Alcázar.

DIETA PARA DEPURAR EL HÍGADO

Para lograr resultados y prolongarlos en el tiempo es importante seguir una dieta rica en verduras y frutas. "La salud hepática se mantiene con una dieta, ojalá con sobre 50% de vegetales y frutas", dice la nutricionista Trinidad Völker del centro médico Bioquantum, quien agrega: "De nada sirve hacer esta limpieza si no se cambian los hábitos alimenticios y se incluye al deporte dentro del estilo de vida", sentencia. Por sus efectos depuradores, estimulantes y protectores hepáticos, existen alimentos que no deberían faltar en la dieta diaria, como alcachofa, crucíferas (brócoli, repollo, coliflor), achicoria, ajo, cebolla, rábanos, limón, betarraga, uva y manzana. "Todos ellos potencian la desintoxicación del organismo,

estimulan la función hepática y la producción de bilis", explica la especialista.