Responsabilidad afectiva: ¿Qué es y por qué es importante?

Responsabilidad afectiva Paula



Señales confusas, ambigüedades y un gusto amargo de que las cosas nunca estuvieron claras. Así recuerda Sofía Humeres (27) la relación que mantuvo con Francisco. Si bien nunca le pusieron una etiqueta a lo que tenían, conversaban de que se gustaban mutuamente. “Él me decía que quería estar cerca de mí, pero que su personalidad era extraña”, comenta Humeres. Con el tiempo eso se tradujo en una serie de situaciones que comenzaron a incomodarla, como cuando él evitaba saludarla en algún pasillo de la universidad a pesar de mantener contacto por WhatsApp. Tiempo después la relación se volvió inestable. “Empecé a pasarlo realmente mal, tanto así que comencé a ir terapia. Mis sesiones eran exclusivamente para entenderlo a él y hablar de esta pseudo relación que teníamos”, cuenta.

El último episodio que recuerda antes de alejarse de manera definitiva fue en una fiesta. Ella dejó a su grupo de amigas para quedarse con él, hasta el final. “Vivía lejos y a esas alturas de la noche estaba un poco curada. Le pregunté si me podía ir a su casa, porque no me sentía bien, pero él me respondió que no tenía porqué irme a su casa y que lo resolviera sola. Ese día tuve que esperar en la calle a que abrieran el metro hasta las 8 de la mañana”.

La irremediable necesidad de repensar los modos en que nos relacionamos con un otro para querer y querernos mejor, es lo que enmarca el concepto de responsabilidad afectiva. En resumen: ahondar en nuestras propias expectativas y deseos y tomar una postura crítica ante los vínculos y las relaciones que decidimos mantener. ¿Qué implica? Darnos el tiempo de pensar cómo queremos relacionarnos e impactar en otras personas, haciéndonos cargo de transparentar nuestras intenciones y lo que esperamos de las relaciones que construimos y sostenemos.

Más allá de las dinámicas de pareja y las etiquetas, lo relevante está en ser honestas y poner bajo la lupa cómo nos hace sentir lo que queremos y deseamos. Las especialistas concuerdan en que este es el camino para poder relacionarnos de manera más sana y transparente. Una de las fallas, de hecho, según explica Constanza Lastra, psicóloga y activista en La Rebelión del Cuerpo, está en que “tendemos a esperar a que, mágicamente, las personas nos quieran exactamente de la manera que esperamos ser queridas. La responsabilidad afectiva viene justamente a remover eso”.

Con el tiempo, Humeres dice que se propuso desaprender el “mal querer” que le dejó ese vínculo. “Me desplacé completamente. Esa relación no cumplía ni el mínimo de lo que yo quería y realmente estuve muy enganchada. Yo pensaba que él me quería de esa forma y que tenía que aceptarlo si quería estar con él. Naturalicé ese descuido”.

Replantearse la forma en que nos vinculamos con un otro se ha vuelto cada vez más habitual, cuenta la psicóloga Carolina Aspillaga. A través de los talleres de amor romántico que realiza, ha evidenciado un mayor interés, principalmente entre mujeres, por cuestionarse la forma en que se vinculan sexoafectivamente con un otro. “El concepto de responsabilidad afectiva ha surgido como parte de la crítica de los círculos feministas frente a este modelo de amor romántico. Esto es establecer vínculos que no necesariamente se basen en el modelo tradicional amoroso”, explica. “Se trata, precisamente, de hacerse cargo de los afectos que están en juego en las relaciones afectivas de todo nivel”, explica Marcela González Barrientos, psicoanalista, doctora en estudios de género y académica PUCV.

Para querer y querernos mejor

Para construir relaciones libres de violencia y miedo es importante reflexionar cuánto modificamos nuestras acciones para agradar a otro, lo que va en directa relación con ser responsables con nosotros mismos.

Mirando en retrospectiva, Josefa Salgado (24) cuenta que nunca le manifestó a su ex pareja lo que sentía por temor a que él decidiera ponerle fin a la relación. “Todo era con mutuo acuerdo y con la condición de que en el momento de que uno de los dos sintiera algo más, tenía que comentárselo al otro”, cuenta Salgado. “Yo creo que ese fue mi error. Hubo una falta de responsabilidad conmigo misma. Hubo situaciones en las que me preguntaba si todo estaba bien y yo, en el plan de querer mantener el vínculo, nunca le quise decir que me gustaba. Con el tiempo a él le gustó otra persona. Nos alejamos, dejamos de hablar y el tema quedó inconcluso”, cuenta.

Marcela González Barrientos explica que ser responsables socioafectivamente con nosotros mismos implica poder llevar los vínculos que mantenemos con otros a nuestra esfera subjetiva. Es decir, “interrogarse por ese aspecto no transparente de uno mismo, en vez de forzar o castigarse. Saber qué es lo que pasa, de manera más profunda y personal, para poder encontrar una forma de relación que no pierda el norte con respecto a lo que es facilitar la posibilidad de encuentro con la diferencia del otro, cualquiera sea el género de este”.

Es importante entender también que el tomar responsabilidad no implica hacernos cargo de las expectativas de otras personas “sino justamente poder conversarlas y establecer límites y acuerdos en conjunto; es no pasar a llevar a alguien, pero sin pasarte a llevarte a ti misma tampoco”, explica Constanza Lastra. Pero ojo, esto por ningún motivo debe confundirse con ser individualista y pensar solo en nosotros, más bien tiene que ver con no ceder en lo que quiere la otra persona sólo por el hecho de estar.

La psicóloga María José López explica que es muy común repetir la dinámica de aceptar lo que el otro quiera o intentar calzar con sus deseos, a pesar de que se contradigan con nuestras intenciones. Sin embargo, “cuando uno es responsable con lo que piensa, quiere y busca en un vínculo, está siendo respetuoso consigo mismo y no se fuerza a hacer cosas que no quiere. Hablar de responsabilidad afectiva no es cargar al otro con la culpa de que si uno sale dañado, sino también entender que se trata de algo que se construye”, explica.

Pero el concepto también oculta una problemática: la idea de una racionalidad y voluntad del individuo con respecto a sus afectos para poder calibrar lo que le pasa al otro respecto a uno, según explica la psicoanalista Marcela González Barrientos. “Nuestros deseos y los del otro cambian, son dinámicos. A veces se cae, por algunas circunstancias que no veíamos venir, y otras veces se acrecienta este deseo hacia personas que no debiesen interesarnos. Hay algo ahí que interpela a cada uno, que no va por el camino de la racionalidad. Es una buena intención y nos permitiría llegar a un ideal, pero en el momento en que se convierte en un ideal también se convierte en un mandato”, señala Barrientos.

La especialista también agrega que lo anterior es problemático cuando uno empieza a hacer suposiciones sobre especie de homogeneización del otro con respecto al propio sentir. Lo que en términos prácticos es algo imposible de predecir. Esto, según lo que plantea la experta, posibilita malentendidos entre ambas experiencias.

¿Cómo mantener vínculos responsables?

Si bien no existen recetas mágicas y no se pueden protocolizar las relaciones humanas, de acuerdo con lo comentado por las expertas existen estrategias para mejorar la responsabilidad en tus vínculos socioafectivos. Una de ellas es practicar la honestidad, la transparencia y la empatía.

Para esto, María José indica: “lo más importante es la sinceridad, los espacios de comunicación, sobre todo en una era y tiempos de pandemia donde todo es digital y las relaciones no son de cara a cara. Un buen ejercicio es preguntarse: ¿cómo me sentiría si me hicieran eso mismo que le estoy haciendo a otra persona?”.

Ya al entrar en la interacción propiamente tal, las expertas concuerdan que lo más importante es la comunicación constante y respetar los acuerdos previos. “Poder transparentar lo que nos está pasando y tener la apertura también a escuchar lo que la otra persona tenga que decir, esto Implica abrirnos a tener conversaciones que puedan ser difíciles, incómodas incluso, pero entendiendo que al final valen la pena”, termina Constanza Lasta.

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